El endeudamiento externo del gobierno nacional de Mauricio Macri también fue imitado por otras quince provincias, lideradas por Buenos Aires, entre 2016 y 2017. En apenas 24 meses emitieron bonos por unos 12.200 millones de dólares, que bancos internacionales distribuyeron con entusiasmo entre inversores locales y del exterior y la devaluación ya despierta alarmas -el dólar pasó de 17 a 40 pesos entre diciembre del año pasado al viernes último-, indica un informe de Página/12.
En marzo de 2016, la gestión de María Eugenia Vidal en Buenos tomó deuda por 1250 millones de dólares a una tasa elevadísima del 9,125 por ciento. Otras emisiones se concretaron en junio (500 millones) y octubre de ese año (otros 500), y el resto en febrero y octubre de 2017. En total, 5082 millones de dólares. Fue la provincia que emitió más deuda en dólares. Del total de la deuda bonaerense, el 76 por ciento está nominado en dólares.
Un informe elaborado por Delphos Investment detalla que entre las provincias que tienen el mayor porcentaje de su deuda en dólares se ubican Santa Fe y Córdoba, con el 99 y 95 por ciento del total, respectivamente. Le siguen Chubut (86 por ciento), Buenos Aires (76), Neuquén (76), La Rioja (66), Entre Ríos (59), Tierra del Fuego (55) y CABA (54). Entre las provincias que menor porcentaje de su deuda en dólares se ubican Chaco, con 35 por ciento, Río Negro, con 40, Mendoza, con 42 y Salta, con 49 por ciento.
Córdoba tiene tres bonos en circulación (con vencimientos en 2021, 2024 y 2027), a tasas de 7,125 a 7,450 por ciento anual. La deuda del territorio político de Juan Schiaretti, al 30 de noviembre de 2017, era de 42.845 millones de pesos, con un tipo de cambio de 17,50 pesos por dólar, equivalente a 2500 millones de dólares. La megadevaluación macrista elevó ese pasivo a casi 100 mil millones de pesos.
Con tasas altísimas en pesos en el mercado local y sin acceso al financiamiento externo, se deteriora la capacidad de pago de provincias. La agencia Moody’s indicó en un reporte acerca de las deudas provinciales que en el bienio 2016-2017 aumentó la deuda sin cobertura cambiaria porque fueron cada vez más las contraídas en el extranjero en relación al financiamiento conseguido en el mercado local. Para concluir que “se incrementó así el riesgo de no poder refinanciar esas deudas al vencimiento”. Esa situación se conoce como riesgo de cesación de pagos o default.