Durante su discurso en el acto de celebración por los 202 años de la Revolución de Mayo, en la ciudad rionegrina de Bariloche, la presidenta Cristina Kirchner llamó a la “unidad nacional”, entendida ésta “no como un acuerdo con el gobierno” de turno sino como el entendimiento de que “no puede haber nada más importante que los intereses de la patria” y que no deben estar por debajo “de ninguna facción ideológica ni sectorial”.
Además, destacó el proceso de “crecimiento ininterrumpido” que el país tiene desde la asunción de Néstor Kirchner, de la que hoy se cumplen nueve años. También rechazó las acusaciones de “proteccionismo” que le criticaron al Gobierno los Estados Unidos y Europa, a quienes endilgó medidas de ese tipo aún más duras contra las economías emergentes.
“Este siglo XXI nos encuentra de otra manera, con otra perspectiva de nosotros mismos”, enfatizó la mandataria al resaltar los sostenes de su gestión que, según dijo, es la “continuación” de los cuatro años que inició Néstor Kirchner, porque “fueron dos gobiernos, pero un mismo proyecto”. En este sentido destacó en Página 12 que el modelo «se trata de un patrón de acumulación basado en un sólido mercado interno, exportaciones y desendeudamiento que permite libertad para decidir políticas que no dependen del financiamiento externo a tasas siderales».
También volvió a agradecer a las bancadas de la oposición por haber votado junto al oficialismo la expropiación de YPF y destacó su política hidrocarburíferas al señalar que ella permitirá el «autoabastecimiento» de combustibles.
Un párrafo especial del discurso tuvo el recuerdo a Néstor Kirchner, de cuya asunción se cumplen hoy nueve años. Aquel día, rememoró la Presidenta, ella y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zanini, elaboraban el discurso que daría ante la Asamblea Legislativa, y al leerlo “nos lo tiró por la cabeza”. “Cuando lo leyó dijo ‘esto es una porquería, no lo leo, no dicen nada…’ Le pregunté ‘qué querés que diga’ y nos ametralló con diez o doce ideas que fueron escritas ene se papel que leyó al otro día”. “Igualmente -añadió-, lo importante de los discursos no es leerlo, sino concretarlos.”
De todas maneras, destacó que “si uno lee ese discurso” encuentra “la definición más exacta” de lo que fue la gestión y que “está cuando dice ‘cambios en nombre del futuro’. Ahí estuvo definido el eje”. Y para explicarlo sostuvo que, más allá de las medidas “fuertes” que Kirchner tomó -como el desendeudamiento, quitar el cuadro del dictador Videla de la Esma, sancionar la nueva ley de educación o anular las leyes de la impunidad-, “lo más importante es que le hemos devuelto a los argentinos la patria que le habían arrebatado. Esa patria que es la pertenencia, la identidad; que hace que uno se sienta orgulloso de decir que es argentino y que puede mostrar su país, que está en crecimiento en un mundo que se derrumba”.
Luego remarcó que “este es mi primer 25 de Mayo patagónico” y volvió a recordar a Kirchner, “cuando ingresé a mi habitación del hotel recordé que allí, hace 20 años, estuvimos con Néstor cuando le transfirieron la presidencia de la Ofephi (Organización Federal de los Estados Productores de Hidrocarburos) en momentos que se iniciaba el proceso de privatización y luego el de desnacionalización” de la explotación hidrocarburífera. “Lo que son las vueltas de la vida”, expresó para marcar el contraste con la reciente nacionalización de YPF, aunque no obstante enfatizó que “las vueltas de la vida y de la historia que no se den solas. Porque para que den vuelta (las cosas) hay que empujar. Y empujar para el lado de las transformaciones”.
