El cierre de su local por la pandemia le impidió seguir vendiendo al público, pero de igual manera un cliente habitual le compró los cafés que hubiera consumido en noviembre de haber abierto.
En Bilbao, ciudad de la región vasca en España, Patxi Trujillo se llevó una gran sorpresa al abrir las persianas de su restaurante “La Viña del barrio San Francisco de Bilbao”.
En un sobre que se encontraba allí en la entrada, con la inscripción “hasta enseguida”, encontró una carta anónima de un cliente habitual, que le pagaba el valor de los cafés que hubiera consumido en noviembre que no podrán ser debido al cierre obligado por la pandemia de Coronavirus.
«No puedo evitar que os obliguen a cerrar. Yo sí voy a poder trabajar ese mes, así que he sacado la cuenta de lo que consumiría aquí en noviembre si estuviera abierto. Ya sé que esto no resuelve vuestra situación… Me hubiera gustado poder hacer esto el viernes 6, pero no podía pasar. Un abrazo muy fuerte», escribió el cliente anónimo.
Patxi, administrador del lugar, relató haber abierto las persianas y encontrar la carta allí, donde descubrió a El País que “me deja una nota y 30 euros en un sobre diciendo que no pudo venir el viernes y que me deja el dinero de los cafés que se tomaría en noviembre”.
“Sabía que tenía clientes buenos hasta este punto no me lo imaginaba”, expresó emocionado, confesando que no sabe de quién se trata, pero “le diría que me ha dado energía para luchar toda la vida, que no son los 30 euros sino lo que conlleva, lo que ayuda. Sabes que te digan que lo haces bien, que no es culpa tuya y con esto, se sigue adelante toda una vida”.