Maurizio Buratti, de 61 años, se hizo famoso por promover teorías conspirativas y negacionistas de la pandemia y se hacía llamar el “esparcidor de la peste”.
Un ferviente antivacunas italiano que se ganó un séquito de culto por sus llamadas telefónicas regulares a un popular programa de radio ha muerto a causa del covid, publica Infobae.
Maurizio Buratti, de 61 años, conocido por sus fanáticos como Mauro de Mantua, se había jactado de ser un ‘esparcidor de peste’ después de ir deliberadamente a un supermercado Carrefour sin máscara mientras se sentía enfermo y tenía una temperatura de 38 grados, pocos días antes de su hospitalización.
Dijo que estaba ‘defendiendo la constitución’ al ignorar los consejos de salud pública y se negó a hacerse la prueba porque creía que los hisopos causaban el virus.
Buratti, quien trabajaba como mecánico, estuvo 22 días en cuidados intensivos antes de su muerte el lunes. Sus últimos momentos los pasó intubado y sin responder al tratamiento contra el mortal virus.
En sus recurrentes llamadas a la estación radial, Buratti también promovió teorías de conspiración antisemitas, y pese a caer gravemente enfermo, permaneció antivacunas hasta el final, negando repetidamente la existencia del Covid.
Después de jactarse de su enfermedad en las ondas de radio, los presentadores del programa y sus fanáticos lo instaron a ir al hospital y aceptó de mala gana.
Pero dijo que no iría al hospital en su Mantua natal porque “allí hay comunistas, no confío en ellos”, y en su lugar fue a Verona.
En una de sus últimas llamadas telefónicas por radio, Buratti dijo que saldría de Italia y buscaría asilo en Corea o Turquía para evitar verse obligado a vacunarse.
Antes de su enfermedad, el teórico de la conspiración era un habitual de las protestas contra las normas Covid y era un feroz oponente del Green Pass, que obliga a todos los trabajadores italianos a vacunarse o mostrar evidencia de anticuerpos Covid.
Buratti fue un habitual del programa radial Zanzara durante diez años, inicialmente criticando a las grandes farmacéuticas y al “lobby judío”.
Más tarde, su atención se centró en el Covid y se le dio un espacio regular en la radio para compartir sus teorías locas.
“Descansa en paz donde sea que estés, viejo teórico de la conspiración. Solo espero que su triste historia sirva de ejemplo para todos aquellos que todavía están alimentando dudas sobre la eficacia de las vacunas”, escribió en su despedida Davide Parenzo, uno de los presentadores del programa del que participaba Buratti.