La Encuesta Permanente de Hogares del Indec brinda cada trimestre las pautas por la cual en la Argentina se repite y agrava el fenómeno particular en el que los puestos de trabajo crecen sostenidamente, pero ya no tienen la fuerza para posibilitar el aumento del PBI, es decir del ingreso medio de los empleados y de sus familias.
En primer lugar, eso ocurre porque la franja más dinámica del mercado laboral es la de los puestos informales que se declaran como “no registrados” por el Sistema Integrado Previsional Argentina, pero sí captados por el Indec, al punto que hasta llega a estimar mes a mes la variación de sus salarios, y trimestralmente el ingreso medio, los cuales se caracterizan por el bajo “clima educativo”, como se denomina al nivel de capacitación adquirido.
En segundo término, porque esa restricción que impone el limitado grado de instrucción, junto a la recurrente carencia de políticas públicas orientadas a promover la inversión productiva por parte de las empresas y la conquista de mercados externos exigentes para poder ingresar en la senda del desarrollo sostenido y sustentable, ha llevado a un persistente deterioro de la productividad media de los factores, según se advierte en la brecha negativa que trimestre a trimestre muestran las cuentas nacionales entre la variación del empleo total y del PBI, publicó Infobae.
Y, en tercer término, no menos importante, por el constante debilitamiento de las finanzas públicas y de las cuentas externas de la Argentina, porque han derivado por un lado en una asfixiante presión tributaria, y por el otro en crecientes limitaciones a las importaciones de insumos y equipos esenciales para la producción de bienes y servicios, que fueron restando capacidad de reacción al sector privado en su conjunto.
Los datos del segundo trimestre 2023 de la EPH revelaron que frente a 1% de aumento del empleo total (en 202.000 personas, sobre una oferta laboral cercana a 22 millones), el PBI acusó una caída de 4,9 por ciento.
Ese cuadro, observado previamente a la devaluación pos PASO y suba de la tasa de interés de referencia del Banco Central, junto a la baja de impuestos y profundización del déficit fiscal, se habría agravado severamente porque esas medidas dispararon el ritmo de inflación y profundizado la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos de la población, porque son los insumos primarios para que crezca el dolorosamente elevado universo de pobres e indigentes en un país que produce alimentos para más de 400 millones de personas, pero que no llegan plenamente a los hogares con más de 4 millones de los 47 millones de habitantes de la Argentina.
El gobierno del Frente de Todos puede mostrar que desde el inicio de su gestión hasta el segundo trimestre de 2023 se registró sendas subas de 8,1% y 9,5% en los puestos totales y la actividad agregada, respectivamente, que arroja una mejora de la productividad laboral de 1,3% en el acumulado 42 meses.