La diputada le puso plazos a Macri, habló de romper Cambiemos y después bajó el tono. “Perdí la confianza en el Presidente”, dijo la líder de la CC y avisó que Macri tenía hasta fin de año para cambiar. Luego aseguró que no va a romper Cambiemos. En el medio, el macrismo confirmó que acercaron posiciones sobre sus reclamos respecto de la Corte y la AFIP.
Elisa Carrió subió la pelea con el presidente Mauricio Macri (ya dejó de ser con su ministro de Justicia) al nivel de una posible fractura de Cambiemos. La aliada cívica le indicó al mandatario que tenía hasta fin de año para cambiar su posición, porque después sería “irreversible”. “Perdí la confianza en el Presidente”, afirmó. “Siempre dije que el Presidente está entre la línea de Angelici y la línea Carrió. Y va a tener que elegir. Elige o cae”, lanzó. Hacia la tarde, intentó bajarle el tono: “No se preocupen. No voy a romper Cambiemos”. ¿Qué ocurrió en el medio? Según indican en la Rosada, hay líneas de conversación abiertas. Carrió está demandando que la acompañen en su cruzada para destituir a Ricardo Lorenzetti de la Corte Suprema y hay sectores cercanos al Presidente que lo están considerando. También reincorporarán en la AFIP a dos asesores a los que ella consideraba “héroes”.
Tras anunciar que iba a pedir el juicio político al ministro de Justicia, Germán Garavano, tras cuestionar los cambios que hizo la AFIP y que, según Carrió, garantizan la impunidad del primo del Presidente, Angelo Calcaterra, luego de que ya pareciera que no podía escalar más la interna oficial, la líder de la CC dio un ultimátum: “Perdí la confianza en el Presidente”. “Se rompió el pacto contra la impunidad.” “En el Gobierno hay doble juego.” Estas fueron algunas frases que reprodujo el diario La Nación, en donde Carrió incluso dejó en claro que la pelea de fondo no es con un ministro: “Garavano hace lo que le dice Peña”. Incluso detalló que se negaba a hablar con Macri: “Tres veces me llamó Anita, su secretaria. Pero no tengo más nada que decir. La decisión de actuar es de Macri”.
“Le pido al Presidente que revea esta situación. Perdí la confianza. Si esto no cambia, a fin de año mi relación con Cambiemos se torna irreversible. Macri tiene dos meses para pensarlo”, fue la advertencia que reprodujo el diario Clarín.
Por si quedaban dudas, subió a su cuenta de Twitter fragmentos de una presentación del libro de la diputada del Parlasur Mariana Suvic. “Siempre dije que el Presidente está entre la línea de Angelici y la línea Carrió. Y va a tener que elegir. Y tiene tiempo para elegir. Pero sabe que elige o cae”, sentenció Carrió. “O se va con Angelici o vamos a hacer el país en serio. Si es Angelici, son los barrabravas, los contenedores, los jueces, los equipos de fútbol, Moyano. No vamos a estar ahí. Pero tampoco me voy a ir porque no voy a ser funcional a los que me quieren echar. Yo garantizo la gobernabilidad”, aseguró. E insistió en que no va a atender más a Macri: “Es cierto que el Presidente me busca. Solo tiene que dar una respuesta. Yo ya no necesito hablar. El partido está jugado así”.
Por la tarde, Carrió hizo un intento de desescalar: “No se preocupen: no voy a romper Cambiemos. Pero hay cosas en materia de justicia que tienen que cambiar. La impunidad no es negociable”. “No rompo Cambiemos. La verdad no es buena ni mala, pero no tiene remedio”, hizo una cita libre de Joan Manuel Serrat. Y luego citó a Martin Luther King: “Nunca tengas miedo de hacer lo correcto. Los castigos de la sociedad son pequeños en comparación con las heridas que infligimos a nuestra alma cuando miramos para otro lado”.
“No va a romper. Hay líneas abiertas”, aseguraron los dirigentes cercanos al Presidente que suelen ser los interlocutores con Carrió. “Tiene razón en lo que dice, pero el responsable no es Garavano. Aunque fue imprudente en hablar en vísperas del fallo de Menem”, se atajan ante la andanada de críticas de la aliada cívica. En la Rosada indicaron que las negociaciones con Carrió tienden a desescalar el conflicto: “Ahora nos está pidiendo apoyo contra Lorenzetti y otras cosas… que seguramente le demos”, aventuraban.
Cerca de Carrió, en tanto, indicaban que “se va a encauzar de a poco. Estamos trabajando en cambios necesarios en la Justicia”. Además, advirtieron que ya habían logrado revertir algunas de las renuncias en la AFIP que ella consideraba que apuntaban a mantener la impunidad en torno al primo del Presidente. A diferencia de con Garavano, no culpaba al titular del organismo, Leandro Cuccioli, por esto (“es un buen muchacho”, dijo). Concretamente, Carrió reclamaba que siguieran en su cargo una serie de funcionarios de la AFIP a los que llamó “héroes” y que habían sido desplazados, como reveló la periodista Emilia Delfino en el periódico Perfil.
Según señalaban en el entorno de Carrió, desde el macrismo se comprometieron con ella a mantener a Jaime Mecikovsky y Carlos Bo. Se trata de dos integrantes del equipo que trabajó sobre Iecsa, la empresa que supuestamente vendió Calcaterra (aunque hay dudas sobre esto en el Poder Judicial). Carrió sostuvo que faltaba entregar información al juez Claudio Bonadio y puso en duda la sinceridad del testimonio de Calcaterra: “Su arrepentimiento es incompleto”, dijo Lilita sobre el primo del Presidente. También le apuntó a una asesora de Cuccioli, la subdirectora general de coordinación técnico institucional, Jimena de la Torre. Según Carrió, en el pasado trabajó para Iecsa. Habrá que ver si, en pleno intento de sellar las paces, esa funcionaria sigue en su puesto.