Entre los diversos sectores golpeados por la crisis, el de la carne se perfila como uno de los más afectados. Referentes del sector registran una fuerte baja en las ventas y aseguran hacer lo imposible por sostener el precio frente a los aumentos, que nacen de la suba en la cotización del dólar y el incremento de las ventas a China. Así, como dos imágenes de la crisis, los cortes para milanesa se convirtieron en los más elegidos de los últimos meses, mientras que el asado ya es un lujo en la mesa argentina.
Alberto William, presidente de la Asociación de Carnicerías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, confirmó a A24.com que “el aumento que se está trasladando a las carnicerías porteñas ronda entre un 10% y 15%, según la zona y calidad de la carne. Nunca tuvimos un año tan difícil como este. Aún en el 2001 se vendía y uno tenía trabajo. Hoy ya no tenemos trabajo”.
Además, el referente señaló que durante el último año cerraron 280 expendios de carne, 80 pertenecientes a la Ciudad y 200 en el ámbito del Gran Buenos Aires. “Principalmente, se debe al incremento de los alquileres. Por las renovaciones, en algunos casos, se les hace imposible seguir. En el sector estamos muy preocupados, no sólo por los costos sino porque cada vez se consume menos”.
Respecto al mercado interno, en el Informe Económico Mensual de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCDRA) según informa A24 se relevó que “en los primeros 9 meses de 2019, el consumo per cápita de carne vacuna fue de 50,8 kg, lo que representa una caída del $10,5% anual”. Es decir, se consumen 6 kg menos al año.
Desde la cadena de carnicerías “Los Hermanos”, las mismas que fueron adjudicadas como “Cortes esenciales” que implementó el Gobierno bajo el plan de “Productos Esenciales”, explican en diálogo con este medio que si bien el programa fue un éxito -les representó un 30% de aumento en sus ventas-, después de las PASO se produjo el efecto inverso. «Las ventas generales cayeron abruptamente en un 20%”, comentó Mariano, gerente de los locales.
“Es un año muy flojo. Con este último aumento, intentamos aguantarlo lo que podemos. Pero tenemos que trasladar entre un 10% y un 12%. Nosotros nos abastecemos de matarifes que les venden a frigoríficos exportadores y ellos están con una cuota muy alta de ventas a China. Esto nos afecta porque hace que la base de costo de la media res se eleve. Encima, con el aumento del dólar preelectoral y que por más cepo que tiende a normalizar el cambio, hubo un incremento. Si pagábamos antes de las elecciones $133 el kg de media res (500 kg), el miércoles el precio ya estaba en $160 y este viernes podría bajar a $155”, detalló el comerciante.
Según el último informe de (CICCDRA), de enero a septiembre de 2019 se produjo un total de 2,28 toneladas de carne vacuna, un nivel similar al de los primeros 9 meses de 2018. “La industria frigorífica logró compensar la retracción del mercado doméstico con la expansión de las exportaciones, que ascendieron casi 570 mil toneladas. En la comparación interanual esto habría implicado un crecimiento de 183,9 mil toneladas, es decir, una suba del 47,7%”. Si los valores de septiembre se mantienen como en agosto pasado, las exportaciones podrían representar el 25% total producido y llegar a marcar un nuevo récord histórico.
Por su parte, Hugo Chalin, dueño de las carnicerías que llevan su nombre, contó que en sus locales, a partir del próximo lunes, llevarán el impacto a sus góndolas. “No nos queda otra. Desde la semana, subiremos entre 8% y 12%. Las pizarras de ganado esta semana estaban hasta un 7% más caras”, se excusó.
Pero no pierde la esperanza. «Si bien se notó mucho la baja en las ventas, también, estamos a fin de mes y es algo común. Esperamos que el panorama se vaya acomodando y se normalice todo”. Y agrega: «Hace 4 años que venimos viendo que nuestras ventas bajan. Durante este Gobierno, ya cayeron un 50%”.
El sector de la carne vacuna desde hace tiempo viene sintiendo la baja en el consumo y el reemplazo por otras variantes, como el pollo y el cerdo. La especialista en consumo Carolina Suárez comentó que “el cambio en el comportamiento del consumidor se debe a dos variables: por un lado, el económico, que tiende a comprar cortes más dinámicos y baratos, como la milanesa y la carne picada. Por otro, en el hábito de una alimentación más vegetariana. Incluso, se sustituye la ternera por otras carnes. El pollo creció a 44 kg anuales, un 12% más. Mientras que el cerdo, que hace tres o cuatro años se comían 13 kg, en 2019 pasó a prácticamente 18 kg”.
Para los bolsillos flacos, el clásico asado quedó retraído como un consumo de lujo en la mesa argentina. William expresó que “hoy en día, el asado es el único vicio que todavía se puede dar un argentino. Sinceramente, no sé a dónde vamos a llegar. ¡Ojalá que Dios nos ayude!”, resume.
