Durante el mes anterior el desempleo creció 0.7%, y se perdieron, en los últimos 30 días, más de 30.000 puestos de trabajo genuino. Además, las empresas no quieren contratar personal porque temen que les incremente el pasivo a causa del alto impuesto al trabajo y la presión tributaria en general. Comienza a bajar la recaudación por cargas sociales. No es un tema menor: ellas financian el Sistema Integrado de Jubilación y Pensiones (21.17%); Obra Sociales (9%); el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (4.5%); las asignaciones familiares de ANSeS (4.44%), el Fondo Nacional de Empleo (0.89%) y las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo. Y todo este financiamiento depende del sector privado.
El Proyecto de Ley del Presupuesto, aprobado por la Cámara baja para el ejercicio fiscal 2019, prevé un aumento en la presión tributaria respecto al corriente año. El objetivo de alcanzar el equilibrio fiscal primario exige una corrección tanto por el lado del gasto como por el lado de los ingresos.
Ahora bien, este año no fue bueno para la economía argentina y uno de los principales factores que colaboraron con la caída de la recaudación de los impuestos nacionales fue la continuidad de la errada reforma tributaria sancionada a fines del año 2017, caracterizada por el aumento del mínimo no imponible y la convergencia a una alícuota efectiva más baja.
En términos reales, para 2019 habrá una caída en la recaudación de impuestos de 2,8% en la Seguridad Social (equivale a una caída del 0,1% del PIB). Recordemos que la recaudación tributaria nacional en términos del PBI argentino es un indicar usado para medir la presión tributaria efectiva del país, en tanto que el PBI representa el monto de los recursos que se generan en la economía del país y el Estado se apropia de él para el financiamiento de sus propias actividades.
Aportes y contribuciones a la Seguridad Social ocupó el 3° lugar en términos de crecimiento interanual al registrar $70.650 millones, lo que equivale a un crecimiento interanual en torno al 22,2% (en los últimos 10 años se experimentó el 25%), por lo que es de preocupar observar que tan solo en la recaudación de septiembre cayó un 13% en términos reales.
Aportes y Mercado Laboral
El avance de los aportes y contribuciones a la Seguridad Social se encuentra atado al desempeño del mercado laboral. La performance de julio, agosto y septiembre mostró efectos de la reforma tributaria sobre las contribuciones patronales que se vieron en baja por los efectos de dicha reforma.
Dentro de las medidas anunciadas, por el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, se sabe que se suspenderá por un año la reducción de contribuciones patronales. De esta manera, no se cumplirá con el cronograma previsto en la ley de reforma tributaria, que preveía un aumento escalonado de dicha detracción hasta llegar a los $12,000.
Actualmente, la detracción del mínimo no imponible es de $2.400 y pasará a ser de $4.800 en enero próximo año. En tanto que, la alícuota de las contribuciones fijada originalmente en 17%, hoy es de 17.5% y será de 18% para el próximo año. Es decir, nos aumentaron las cargas sociales del 17% al 18% en un año y lo cubrieron con una detracción, en términos reales, de $408.
Según dichos del ministro, los $2.400 se mantendrán por todo el 2019, pero no habrá cambios respecto a la alícuota, que si pasará a 18% el próximo año. Lo que representa un aumento de 1% en el costo laboral a partir de enero próximo.
De esta manera, el gobierno se dio cuenta, después de un año, de frenar una “truncada” reforma tributaria Ley N°27.430, en lo que respecta a la modificación del Decreto 814/01, aunque en reiteradas ocasiones se les hizo ver que la mentada reforma detraía las cargas sociales y atrasaba crecimiento del pleno empleo –según publica Urgente 24-.
Las cargas sociales financian el Sistema Integrado de Jubilación y Pensiones (21.17%); Obra Sociales (9%); el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (4.5%); las asignaciones familiares de ANSeS (4.44%), el Fondo Nacional de Empleo (0.89%) y las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo. Y todo este financiamiento depende del sector privado.
En el país del revés
En nuestro país funciona todo al revés. Las cargas sociales son más regresivas, ya que inciden con similar intensidad independientemente del nivel de las remuneraciones e impactan de manera mucho más agresiva en los salarios y a las empresas. Como ya sabemos, tienen un fuerte impacto regresivo sobre la distribución del empleo en la Argentina, siendo esto el principal problema respecto a los bajos índices de empleo registrado.
Si bien, debemos tener en cuenta que los aportes y contribuciones de la Seguridad Social son 1 de los 3 pilares de la recaudación nacional, estos no pueden equipararse al Impuesto al Valor Agregado (IVA), y tener más carga porcentual que ganancias. Es por ello que el gobierno nacional debe tomar medidas tributarias reales que auxilien al financiamiento del sistema previsional argentino el próximo año.
La recaudación por las cargas sociales tuvo una baja por la sencilla razón de que el desempleo durante el último mes sufrió una suba de 0.7%, mientras que el empleo registrado dependiente reflejó una baja del -0.50% y se perdieron, en los últimos 30 días, más de 30 mil puestos de trabajo genuino.
Sumado a esto, está el temor de las empresas a endeudarse más si contratan gente, debido al alto impuesto al trabajo y presión a la carga tributaria. Estas cargas son las responsables del principal problema del empleo no registrado en Argentina, basta ver el registró del último mes elaborado por el Ministerio de la Producción y Trabajo.
Fijar las cargas sociales con un sentido de progresividad y con la aplicación de un mínimo no imponible, ajustado por inflación, en forma gradual hasta alcanzar los $12.000, a valores de hoy, a partir de enero de 2022, NO es lo que se necesita para que suba el empleo en Argentina. Parece que no tomaron en cuenta que las Pymes representan 80% del empleo formal en la Argentina, son el único motor genuino para aumentar el empleo, acrecentar las cargas sociales en las Pymes del 17.5%, incrementándose 0,5 punto porcentual anualmente a partir de 2019 hasta llegar al 19,50% en el 2022, “gradualmente” es un error que, por fin, se dieron cuenta. De todos modos, el próximo año el aumento es efectivo.
Ni duda cabe, la reforma tributaria, mediante un mínimo no imponible y la detracción de un mínimo, encubrió una suba fiscal en materia de seguridad social. Con la postergación por un año de la suba del mínimo no imponible de las contribuciones a la Seguridad Social prevista para el año 2019 el gobierno espera una recaudación adicional de $40.000 millones en 2019.