Un músico santafesino conocido como Lichi Grams viajaba a Buenos Aires y escribió unacrónica en Twitter de una requisa que hubo en su colectivo. En el procedimiento, personal de Gendarmería confiscó un cargamento de cocaína, por lo que los pasajeros fueron demorados durante algunas horas en la jornada del martes. La secuencia se viralizó en las redes sociales, al punto de acumular más de 3 millones de reproducciones en ocho horas.
“Estoy en un micro volviendo a CABA y frenamos porque subió Gendarmería y justo hay un bolso que nadie reconoce con varios paquetes rectangulares que, si los sacudís, cae polvo blanco. Están viendo si es merca o budines, literal estamos acá esperando que venga un ‘narcoperro’”, fue el primer tuit que funcionó de disparador para una anécdota que perfectamente podría ser sacada de un capítulo de una tira cómica.
“No te voy a mentir, me divierte un poco estar viviendo el operativo. Ojalá salgamos en un tuit de (Patricia) Bullrich”, agregó con humor.
estoy en un micro volviendo a CABA y frenamos porque subió gendarmería y justo hay un bolso que nadie reconoce con varios paquetes rectangulares que si los sacudis cae polvo blanco, están viendo si es merca o budines literal estamos acá esperando que venga un narcoperro
— LICHI 🐊 POCODRILO YA DISPONIBLE (@lichigrams) June 4, 2024
Luego de confirmarse que los paquetes contenían droga, los gendarmes apuntaron contra un pasajero de origen tucumano, debido a que la perra detectora de narcóticos marcó su mochila. Entre la larga espera del protagonista de la historia, le puso nombre a la mascota, a la que nombró “Canina Jelinek”, en alusión a la modelo y empresaria.
Mientras el acusado de transportar la cocaína alegaba inocencia, los usuarios que siguen a Lichi Grams en Twitter fueron dejando sus teorías de lo sucedido. Asimismo, el músico hizo una encuesta para saber si sus seguidores consideraban inocente o sospechoso al tucumano.
Conforme pasaban las horas, el protagonista relataba el hambre que iba acumulando y hasta dejó su alias bancario, en el que fueron depositados 200 pesos. Tras seis horas esperando una resolución de la situación, el joven mostró que “Canina Jelinek” se había vuelto tendencia en Twitter.
De repente, cuando el reloj marcaba las 15.40, los gendarmes hicieron subir a los pasajeros al colectivo. A esa altura, “Tucu” (tal como apodó al tucumano) ya no estaba en libertad y había sido retirado con esposas para verificar si era culpable o inocente.
Ya en viaje hacia Buenos Aires, dejó el tuit final a modo de broma: “Espero que Canina siga trabajando así de bien y sigan llevándola a los operativos; si es droga o es otra cosa, lo dejan a su criterio”.