Dean Corll asesinó a más de 20 niños en Houston. Libros y películas contaron su escalofriante vida.
Clarín.- La forma en la que Dean Corll atraía a las personas era rara y escalofriante. Candyman, como se lo terminó conociendo, captaba la atención de niños regalándoles chocolates y dulces para luego matarlos. Dean, junto a dos cómplices, secuestraron, violaron y asesinaron a 28 inocentes nenes.
Violados, torturados y enterrados en una estancia, así aparecieron casi veinte cadáveres de menores que las autoridades desenterraron en los años 70 al noroeste de Houston, Estados Unidos.
Tiempo después, por la confesión de uno de los cómplices de Candyman, lograron identificar a 10 menores más que habían desaparecido durante 1970 y 1973.
Con el tiempo, además de ser apodado Candyman, empezaron a llamarlo el Willy Wonka asesino.
El actor que interpretó a Candyman en una escena de la película: «In a madman’s ´s world (2015).
Problemas y rechazo
Dean Arnold Corll nació a finales de 1939 en Indiana, Estados Unidos. Vivió una infancia complicada por las continuas peleas de sus padres Mary Robinson y Arnold Corll. Luego de años de discusiones, la pareja se terminó divorciando en 1945.
Dean era un niño introvertido y con pocas amistades. En sus primeros años de vida le costó socializar con la gente y esto provocaba que fuese poco aceptado por sus compañeros de escuela.
Años más tarde, siendo adolescente, se mudó con su madre a Memphis, donde ingresó a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, aunque duró poco tiempo. La razón por la que fue excluido fue que se descubrió que Corll era homosexual.
En ese mismo tiempo, su madre volvió a casarse y abrieron un negocio en el ramo de las golosinas y dulces, en el que Dean ayudaba.
Tanto es así que, en 1963, la madre de Dean se divorció y abrió su propia cadena de golosinas llamada «Corll Candy Company», y ya dos años más tarde, el local se mudó enfrente de la Elementary School, donde Dean regalaba dulces y tomaba de empleados a niños.
El comienzo de Candyman
Dean estaba obsesionado con los niños: Tenía 24 años cuando se hizo amigo de David Brooks, un estudiante de 12 años y en sexto grado, a quien le regalaba golosinas. Creó una relación de confianza entre ambos, que terminaría en favores sexuales del niño .
Asi fue como empezó a regalar sus productos a los chicos cuando salían de la escuela. Por esa razón, muy pronto lo empezaron a llamar “Candyman”.
Pero las golosinas obsequiadas no tenían como motivo un impacto publicitario para hacer conocer sus productos: eran parte de un plan siniestro que nadie imaginaba.
Luego de conocer a David en 1967, dos años después éste le presentó a Elmer Henley (14). Los dos niños iban a ser cómplices de los crímenes de Candyman. Con ambos hizo lo mismo: primero les dio trabajo y, cuando se ganó su confianza, les ofreció 200 dólares por cada víctima que pusiera en sus garras.
Tres asesinos
El trío de asesinos, comandado por Candyman, tuvo su primera víctima en 1970. Dean conoció al joven Jeffrey Konen (18) mientras la víctima «hacía dedo en una ruta» en Texas, lugar donde el cuerpo fue hallado años más tarde atado, violado y enterrado en una zona descampada.
Elmer, en su confesión, reveló donde se encontraban los cuerpos de las victimas
El modus operandi de Dean Corll para matar era el siguiente: captaba niños por medio de los dos vehículos que poseía, los llevaba a su casa con una promesa de fiesta, las víctimas eran obligadas a llamar por teléfono a sus padres para decir que estaban bien y luego eran golpeados, torturados, violados y asesinados.
Algunos cuerpos presentaban varios disparos con una pistola. Una vez muertos, Dean los envolvía en láminas de plástico y los enterraba en distintos lugares. En total, fueron 28 los asesinatos que cometió.
El final de Candyman
Para inicios de 1973, las víctimas que formaban parte de la lista de muertos eran amplia. Sin embargo, esa terrible matanza de niños y adolescentes tuvo su punto final.
El 7 de agosto de 1973, Elmer Henley invitó a una nueva víctima (Timothy Kerley, 19) a la casa de Corll, quien aceptó y fueron para beber unos tragos, aunque no contaron con la presencia de un tercer integrante: Rhonde Williams (15), quien también asistió porque se había peleado con su padre y no quiso pasar la noche en su casa.
En ese instante, Corll ya estaba en el departamento y al principio se enojó con la presencia de la niña. Su patrón de víctimas era claro, sólo niños. Dean se molestó tanto que en un ataque de ira decidió también matar a Elmer. Drogó a los tres adolescentes y tras dos horas todos se desmayaron.
Cuando los jovenes se despertaron estaban atados y desnudos, y Corll prometió divertirse con ellos y luego matarlos. Ante esta situación, Henley logró convencer al asesino de que lo ayudaría a realizar su cometido si lo liberaba: el criminal le creyó y lo liberó.
Mientras Elmer llevó a los otros dos chicos a la habitación, donde los ató boca abajo, Corll preparó los cuchillos para llevar a cabo su plan.
La casa de Candyman fue allanada por la policia y encontraron diversos aparatos de tortura.
Candyman no se dio cuenta de que Elmer buscó el arma calibre 22, y tras una fuerte discusión por haberlo intentado matar, le disparó varias veces. Dean se arrastró por el pasillo de su habitación y murió desangrado.
Elmer Henley llamó a la policía, que encontró en la vivienda sogas, esposas y herramientas con las que Corll y sus cómplices asesinaron a sus víctimas.
Además, el cómplice le reveló a la policía los sitios donde estaban enterrados los cuerpos y su participación en los episodios, lo cual hizo fácil para la justicia el enjuiciamiento de los ayudantes de Candyman.
Elmer Henley y David Brooks fueron juzgados por separado. El primero fue acusado de seis muertes, por lo cual fue sentenciado a 99 años de prisión: todavía sigue cumpliendo esa pena.
En tanto, Brooks recibió una sentencia de por vida por un solo cargo de asesinato, pero murió a los 65 años en 2021 a causa del coronavirus.
Elmer fue condenado a 99 años de prisión, en 2025 puede solicitar la libertad condicional.
La terrible historia de Candyman llegó a al cine con: “In a madman´s world», el film está directamente basado en la vida de Elmer Henley antes, durante e inmediatamente después de su complicidad con Dean Corll y David Brooks.
Además de estar en la pantalla grande, se narraron varios libros novelescos de sus crímenes, los más destacados son: «Mass Murder in Houston» (1974), Dean Corll: The True Story of The Houston Mass Murders» (2015) y “Horror in the Heights: The True Story of The Houston Mass Murders» (2015).