Un juez de Santa Cruz aprobó el pedido de un adolescente de 16 años.
El juez Antonio Fabián Andrade, de primera instancia de Familia de Santa Cruz, aceptó el pedido de un adolescente de 16 años para cambiar su nombre a Matías, sin modificar su género femenino en el DNI.
El Registro Nacional de las Personas había rechazado el trámite, basado en que excedía tanto a sus atribuciones como a lo dispuesto por la ley de identidad de género y el decreto presidencial 476/21, ya que Matías no se identifica con la opción no binaria.
“Resulta trascendental la claridad en la opinión del adolescente Matías, que fuera oído por este magistrado y por su defensa técnica”, plantea el juez en su resolución. “El cambio de prenombre en este caso sería por una clara afectación a la personalidad de Matías, quien tiene mucha claridad en la transición que se encuentra encarando; desde el punto de vista de la normativa se le brindan opciones heteronormativas binarias o no binarias (si tenemos en cuenta el decreto 476/21)”. El magistrado considera que “aún cuán de avanzada resultan la ley Nacional 26743 y el decreto 476/21, tampoco prevén la opción de vida que aquí nos plantea Matías”.
La reacción de Matías y su familia
“En junio nos presentamos en el Registro civil porque a Matías le tocaba la renovación del documento y ya venía con todo su cambio”, contó Franchesca, la mamá, a Página/12. El chico es atendido por una psicóloga y una sexóloga, que –al no presentar disforia de género– aconsejaron que espere hasta los 18 años para el tratamiento hormonal. Cuando supo de la resolución, fechada el 6 de diciembre pasado, Matías se sintió feliz, y “escuchado” por el juez.
La familia se conmovió. “Nos emocionamos, lloramos. Matías no lo podía creer, porque creía que como no había antecedentes en el país, tendría que esperar hasta los 18 años. Y decía que para el mundo es algo mínimo, pero para él es muy importante, porque ya no se identifica con el nombre del DNI”, siguió Franchesca.
Los detalles de la presentación judicial
La presentación fue realizada por Alejandro Pincheira, en carácter de director general del Registro Civil y Capacidad de las Personas de la provincia de Santa Cruz, quien aclara que “si bien el Registro Civil tiene intenciones de favorecer la pretensión del menor, existe una vinculación administrativa con el RENAPER, pero ambos poseen distintas competencias”. El defensor público del niño, Jorge Godoy, acompañó el proceso de Matías, que incluyó una entrevista con el juez.
Tras escuchar a Matías, Andrade recogió que “por un lado expresa la seguridad en sentir su identidad de género desde lo masculino, de allí el pedido de cambio de nombre, aludiendo a que así ya lo llaman en su núcleo familiar y social”. Pero por otro lado, el adolescente “reconoce que su cuerpo tiene rasgos y resabios femeninos, por lo cual hasta que se sienta preparado (en madurez y en lo que hace a lo psico-socio-emocional) para encarar algún tipo de modificación médica en su cuerpo, considera conveniente que se mantenga la designación de su sexualidad como femenina. Detalla también no sentirse cómodo con la opción no binaria, dado que no se siente representado”.
Con citas a Judith Butler y Marlene Wayar
Andrade toma argumentación de Judith Butler. “Planteará que en definitiva sexo y género siguen expresando una idea biologicista y por ende hegemónica. Vale decir el género resulta un discurso político de un contrato social de dominación. De tal forma, el binarismo de género naturalizaría y consolidaría una determinada mirada sobre los cuerpos”, dice el magistrado, que también se refiere a Luce Irigaray, Monique Wittig y el Manifiesto Contrasexual de Paul Preciado.
Otras citas son de autoras argentinas. “La pensadora y activista Marlene Wayar propone una teoría del sujeto trans, una teoría de mutación constante que surge del activismo por los derechos de las personas trans”, plantea el juez, que también retoma a Lohana Berkins. “Pensamos que es posible convivir con el sexo que tenemos y construir un género propio, distinto, nuestro”, retoma. “Con estas citas intento explicar que las posibilidades fuera de la concepción binaria (y aún en la opción no binaria) siguen siendo múltiples. Testimonio explícito es la opción de vida de Matías”, se plantea en el texto firmado por el magistrado.
Cómo es el proceso de transición
Sobre el proceso de transición, Franchesca contó que “lo lleva lento”. “Todavía no se siente identificado para cambiar el género. Por ejemplo, él juega al básquet femenino y si tiene un DNI masculino debería cambiar de equipo”.
Cuando Matías hizo su presentación en el Registro civil, se estaba dictando el decreto 476/21 que incluye la opción no binaria en los DNI. “Él dijo que no lo quería a eso”, contó Franchesca.
Matías sólo quería cambiar su nombre. El nombre interno ya lo cambió. Ya es Matías para su escuela, para su grupo de amigos. Tras el trámite judicial, que fue rápido pero también lento para la espera de Matías, en la familia hubo abrazos.