Histórico cambio en la política petrolera regional

Chubut busca recuperar el control de un sector que se ha convertido, en los últimos años, en una brasa caliente en la política patagónica. Conflictos sociales y recursos declinantes, factores que alimentan el cambio de…

jueves 15/03/2012 - 10:05
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Chubut busca recuperar el control de un sector que se ha convertido, en los últimos años, en una brasa caliente en la política patagónica. Conflictos sociales y recursos declinantes, factores que alimentan el cambio de escenario.

En una nota publicada en Página 12 por Raúl Dellatorre explicó que la decisión del gobierno de Chubut de dar por caducadas dos concesiones de áreas se eslabona con, al menos, otros tres anuncios realizados por el mandatario provincial en los últimos meses. Prácticamente desde el inicio de su gestión, el mandatario provincial, Martín Buzzi, había dispuesto elevar el rango de la Secretaría de Hidrocarburos a ministerio, e inmediatamente le impuso un primer objetivo a la nueva gestión: generar un nuevo marco regulatorio en la provincia para la actividad petrolera, teniendo en cuenta aspectos económicos y ambientales. El tercer anuncio de significación en esas primeras semanas de mandato fue la futura instalación, en conjunto con la provincia de Santa Cruz, de una destilería de magnitud como para agregar valor al hidrocarburo extraído en la zona. En las últimas semanas, al mismo ritmo que se calentaba la disputa con YPF, fue definiendo más claramente el objetivo que les da marco a aquellos anuncios y al efectuado ayer: una política petrolera interprovincial unificada en la cuenca del golfo de San Jorge.

Tradicionalmente, el petróleo y el gas han sido, por medio de las regalías, el principal recurso de bienestar para las provincias patagónicas, cuya administración se veía favorecida además por la baja densidad poblacional. Pero en los últimos años, esa bendición se convirtió en un fuerte dolor de cabeza. El sector petrolero no sólo se transformó en un eje de conflicto social, con picos que marcaron hasta la desestabilización de un gobernador (Sergio Acevedo, de Santa Cruz), sino que además dejó de ser una fuente de recursos segura para pasar a tener un aporte declinante. El gobierno de Chubut responsabiliza abiertamente a la política de YPF en la región por tales consecuencias.

Martín Buzzi llegó a la jefatura del gobierno de Chubut casi como delfín de Mario Das Neves –a quien reemplazó en el cargo–, en un momento en que este último protagonizaba un ruidoso alejamiento del kirchnerismo. Buzzi derrotó por escasísimo margen en las elecciones a quien se exhibía como el candidato del gobierno nacional, Carlos Eliceche. Sin embargo, inmediatamente después de ser elegido produjo un rápido acercamiento al gobierno nacional y a la por entonces candidatura de Cristina a la reelección. Das Neves quedó, en forma solitaria, acompañando en la fórmula presidencial a Eduardo Duhalde. La estrepitosa derrota de éstos, a nivel provincial y nacional, agrandó aun más el valor del salto que había pegado Buzzi.

Heredero de Das Neves también en la titularidad de la Ofephi –la entidad que agrupa a las provincias con hidrocarburos en su subsuelo–, Buzzi revitalizó el organismo que su antecesor había dejado dormir durante años. Fue en la provincia de Chubut donde se elaboró el informe que demostraba la retracción relativa de las inversiones de YPF respecto de otras empresas y la caída de su participación en la producción global de petróleo. Fue a partir de ese documento que Nación y provincias patagónicas unificaron la estrategia de reclamo a las petroleras apuntando a la reversión de las áreas insuficientemente explotadas.

Buzzi obtuvo así el respaldo del gobierno nacional a su ambiciosa estrategia petrolera, que tiene como ejes el rol protagónico que espera darle al Ministerio de Hidrocarburos y a la estatal Petrominera Chubut, por un lado, y a la alianza, por otro, con Pan American Energy (PAE), principal productora en la provincia y con creciente participación en sus áreas. Sin embargo, es prematuro establecer qué papel cumplirán estos actores con relación a las áreas cuya concesión se le quitó ayer a YPF. Se abre a partir de ahora –si no aparece una salida negociada– un sinuoso camino legal para dirimir derechos e incumplimientos de las partes antes de que se defina el desplazamiento definitivo de YPF y su reemplazo por un organismo público o por otro concesionario.

La estrategia enunciada por Chubut, hasta ahora, se basa principalmente en gestos fuertes, pero recién empieza a desmalezar el terreno para hacerlo transitable. Buzzi puso en pie los organismos provinciales que actuarán en el área, promete darle un nuevo marco legal y ayer ejecutó la acción política más contundente con el anuncio de la caducidad de las concesiones. Estos últimos dos temas serán materia de tratamiento en las legislaturas provinciales en las próximas semanas. Mientras tanto, se espera alguna acción a nivel del gobierno nacional. “Señora Presidenta: acá tiene los pueblos de pie, avance y haga lo que tenga que hacer”, se animó a desafiar Daniel Peralta, el gobernador santacruceño, cuyo discurso precedió al de Buzzi. La presencia del secretario de Energía, Daniel Cameron (también fue orador en el acto), y de Roberto Baratta, coordinador del Ministerio de Planificación y hombre de estrecha confianza de De Vido, señalan el respaldo explícito del gobierno nacional.

“Hoy vamos a cambiar la historia”, proclamó Buzzi desde el estrado. Ya se verá si es así. Por lo pronto, hay un viraje claro en la política petrolera, con Chubut como actor principal y el gobierno nacional como director de escenario.

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