Ni brotes verdes, ni luz al final de ningún túnel. El mercado de trabajo ya empezó a sentir los primeros impactos de la crisis económica que -desde abril- golpea a la Argentina, donde además se refleja un incremento de la precarización laboral. Unos 97.400 empleos registrados se perdieron en la Argentina en los últimos cuatro meses, de los cuales casi 34.000 son del sector formal privado, advirtió hoy un estudio.
El Observatorio de Comercio Exterior, Producción y Empleo (CEPE), organismo dependiente de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), presentó el doceavo informe económico que monitorea el empleo registrado.
El análisis señaló que el mercado de trabajo ya empezó a sentir los «primeros impactos de la crisis» económica que desde abril golpea a la Argentina.
El estudio destaca que en sólo cuatro meses se destruyeron 97.400 empleos registrados, de los cuales casi 34.000 puestos de trabajo son del sector formal privado, aquellos de mayor calidad y salario.
A su vez, el desempleo ascendió al 9,6%, por lo que se incrementó 0,9 punto porcentual en un año.
«Los números revelan que los primeros impactos de la crisis económica se reflejan tanto en una pérdida de puestos de trabajo como en un incremento de la precarización laboral», dijo el estudio.
Según el CEPE, «la informalidad alcanza el 34,3% en la comparación interanual, reforzando la tendencia en alza de precarización laboral que sufren los trabajadores».
Nicolás Trotta, rector de la UMET, opinó que «la crisis aceleró aún más la destrucción que se venía dando en los empleos registrados».
Según el académico, las «malas medidas económicas» tomadas por el Gobierno impactaron con fuerza en el sector formal durante los últimos meses.
«Un dato muy importante es que la cantidad de trabajadores registrados privados cayeron de manera pronunciada entre marzo y julio de 2018», dijo y agregó que «en ese periodo se destruyeron casi 34 mil puestos de trabajo del sector privado».
El informe detalla también que la precarización laboral crece continuamente hace dos años y esta tendencia que se profundiza –según publica Infonews-.
En el último año el trabajo asalariado disminuyó 1,1 punto porcentual y el no registrado creció 0,5 puntos, cayendo de este modo la participación del empleo formal en el total de los ocupados.
Paula Español, coordinadora del CEPE, expresó que «como era de esperar, el impacto de de la crisis económica sobre el empleo ya se ve reflejado en los números».
De la misma manera, se acelera la precarización en el mercado de trabajo por la suba tanto de la informalidad laboral como del descontento de los trabajadores en su condición actual, dijo Español.
Los datos del estudio relevan que los asalariados registrados representan menos del 50% del total de los trabajadores ocupados del país, en el segundo trimestre de 2018, por lo que hubo una caída de 1,7 puntos respecto al segundo trimestre de 2016.
«Estos indicadores relevados irán empeorando con el correr de los meses, ya que todavía falta que impacte la peor fase de la crisis que transitamos en la actualidad», concluyó la coordinadora del CEPE.