La recesión es, sin lugar a dudas, el mayor desafío para el Gobierno de Javier Milei en el corto plazo. En poco más de dos semanas, la economía entrará en la fase de mayor tensión cuando el fuerte impacto del ajuste fiscal lleve la actividad a tocar su nivel mínimo de los últimos años. Es lo que prevén los analistas privados de las distintas consultoras y también el equipo económico donde anticipan que el cimbronazo se sentirá fuerte en el primer y segundo trimestre, indica Infobae.
En la estadística, advierten, el parate se disimulará en parte por la recuperación del sector agropecuario entre abril y julio tras el derrumbe el año pasado por el efecto de la sequía. Pero, aislando la performance de ese sector, se prevé que la contracción económica oscilará entre 5% y 7% del PBI, retroceso que será percibido con mayor intensidad en los centros urbanos.
La contracara de ese complicadísimo panorama en lo inminente es la mirada a un plazo algo mayor. El ministro de Economía, Luis Caputo, y sus colaboradores están convencidos de que superado el primer semestre, ya no habrá dudas de la tendencia a la baja de la inflación, lo que pondrá piso a la caída de la actividad económica y permitirá un fuerte rebote. A tal punto que prevén que la recuperación del poder adquisitivo de los salarios empiece a ser palpable en el último trimestre del año para tornarse claramente positivo en 2025.
Ese pronóstico luce optimista y requiere superar, en términos políticos y de tolerancia social, el trance más duro del año caracterizado por la violenta corrección de precios relativos. Pero si eso ocurre, los economistas privados coinciden con Caputo y sus hombres: si el plan da resultados, la recuperación tendrá forma de V y ya en diciembre la actividad económica tendría el mismo nivel de antes de asumir Milei. Hacia 2025, claro, se reafirmaría la senda del crecimiento. Esa es, al menos, la proyección de Econviews, la consultora fundada por el economista Miguel Kiguel, donde prevén una recesión de 2,6% para este año algo menor a la pauta de 2,8% que publicó el FMI.
“Las expectativas no mejoraron en enero y la incertidumbre política puede prolongar la contracción. La recesión puede ser más grave de lo que esperábamos. Esto suma problemas para la legitimidad del programa de Milei y potencialmente sobre la capacidad de recaudación. Pero sí vemos una mejora de la economía a partir de mayo, primero incipiente y luego más robusta. Esto es condicional a que la inflación vuelva a un dígito, lo que llevaría a que el ingreso disponible se recupere”, sostuvo el último informe de la consultora.
El gráfico que ilustra esta proyección marca claramente que ya en octubre se volvería al piso, modesto por cierto, de noviembre del año pasado mientras que en diciembre, la actividad económica superaría el nivel de fines de 2022.
Pero el tránsito es largo y repleto de peligros. Por caso, los que señaló durante el fin de semana la consultora de Dante Sica, ex ministro de Producción y Trabajo durante la gestión de Mauricio Macri y economista de referencia de Patricia Bullrich durante su campaña electoral: “En este mes (marzo) comienza la temporada alta de paritarias y protestas y ello ocurrirá en el momento en que la corrección de precios relativos -tarifas, prepagas, colegios, combustibles y transporte- estarán incidiendo con fuerza en los consumidores y los costos de las firmas. Los salarios y los ingresos reales de quienes dependen del sector público van a estar muy deteriorados y, si a ello se agregan atrasos en los pagos de provincias y municipios, el Gobierno estaría generando las condiciones para que quienes se sientan perjudicados puedan coordinar fácilmente sus reclamos en forma colectiva”, advirtió Abeceb.
“Este escenario se va a dar en un contexto de intensa estanflación. La recesión se va a sentir particularmente en los sectores no transables proyectando una caída del PBI (excluyendo el agro) de casi 7% para 2024″, concluyó la consultora.