En marzo, las ventas se desplomaron y acumula diez meses de caídas superiores a los dos dígitos. Es el peor trimestre desde el 2006.
Por su parte, la comparación con el mes anterior arrojó un retroceso del 3,1%, que demuestra que el sector aún no tocó piso. A su vez, el acumulado de los primeros tres meses del año mantiene un histórico retroceso del 49,5%, desempeño que atraviesa desde junio del 2018.
En dicho año, la merma final del 10,9% no llegó a ser mayor a raíz del buen desempeño de los primeros cinco meses que promediaron incrementos superiores a los dos dígitos.
Ya para este año las perspectivas para el sector parecen ser mucho peores, con cifras que no se veían hace 13 años. «Son meses con números extremadamente preocupantes. Para encontrar un primer trimestre como este, donde los patentamientos no superan las 140.000 unidades, debemos remitirnos al 2006, año que finalizó con 450.000 patentamientos», alertó el presidente de Acara Dante Álvarez.
«El problema se agudiza si tenemos en cuenta que nuestra red de concesionarios ha venido creciendo con fuertes inversiones porque proyectaba tener un mercado cercano al millón de unidades, lo que ya está generando problemas de sustentabilidad graves. El otro aspecto vital, es la ausencia de financiación, prácticamente inexistente, algo que para nuestro sector siempre ha sido clave y también una presión impositiva creciente hacia una actividad que emplea a más de 70.000 personas de manera directa «, agregó.
Este último punto es sin duda el más comentado en el sector automotriz, que sufre como pocos las altísimas tasas de interés, ya que históricamente han promovido sus ventas mediante planes de financiamiento que en este contexto resultan inviables.
Paralelamente, las empresas denuncian que la morosidad está llegando al 50% porque los planes se tornaron impagables. Sucede que la elevada inflación espiralizó todos los precios relacionados al mantenimiento de un auto como los seguros, las patentes y los combustibles.
El momento es tan malo, que la mayoría de las firmas ya realizaron suspensiones masivas de personal y hasta se habla de un posible cierre de plantas. Es las siete mayores firmas tuvieron bajas mayores al 40%, con algunos picos de hasta el 62%.