Su logro es un ejemplo más de que la perseverancia es uno de los mejores antídotos para la adversidad. Brenda no se conforma: aspira a obtener la Licenciatura en Comunicación Social y más adelante ser docente. El sinuoso camino recorrido pero con compañía que la animó siempre a seguir.
Brenda Pilar Millar Gómez, el nombre que a partir del 11 de julio del 2022 pasó a la historia de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco al ser la primera periodista con discapacidad visual recibida en la casa de altos estudios.
Si bien ya tiene el título, Bren –como le dicen amigos y familia- todavía no cae. “A partir del lunes ya empecé a ser Técnica Universitaria en Periodismo, hasta se me hace raro decirlo”, dice la joven de 26 años, nacida un 3 de julio, al comienzo de la entrevista con EL COMODORENSE.
Detrás del final feliz, hubo una ardua cursada con momentos de zozobra donde parecía que abandonar la carrera era la mejor opción. La accesibilidad jugó un papel fundamental tanto para bien como para mal. Brenda tiene pérdida total de la vista en su ojo izquierdo, mientras que en el derecho cuenta con un pequeño resto visual que le permite ver luces, colores y sombras. Esta discapacidad visual la acarrea desde su nacimiento.
ENCARANDO UN NUEVO DESAFÍO
Tras haber transitado la secundaria en la Escuela de Arte, encaró un nuevo desafío tan grande como lo es la Universidad. La comunicación la cautivó y fue lo que eligió en 2017, cuando ingresó con incertidumbre por sumergirse en algo nuevo, pero sabiendo que la voluntad en el camino no iba a faltar.
Brenda lo demostró día tras día, tomándose cuatro colectivos por jornada, dos para ir desde el Stella Maris a la UNPSJB, y otros dos para volver a casa, ya caída la noche.
Una vez en la casa de altos estudios, cursaba junto a sus compañeros y compañeras habitualmente en horarios de tarde-noche. Para las lecturas “siempre me manejé con el lector de pantalla de la computadora. Otras veces le pedía a compañeros que me los grabaran y leyeran o veía videos en Youtube al respecto”, narra la joven periodista.
Los parciales y finales eran todos en modalidad oral. “Yo estudiaba lo que tenía que estudiar y después los rendía frente al docente. Me hacían preguntas y yo lo iba contestando”, recuerda sobre su cursada en la Licenciatura en Comunicación Social y la Tecnicatura en Periodismo, carreras ligadas que comparten gran mayoría de materias.
SOBREPONERSE A TODO
En su trayecto no faltaron los momentos de intranquilidad donde la mejor opción parecía abandonar los estudios. Pero allí estuvieron sus mayores pilares: los padres. “Esto es un laburo compartido, si bien es algo que yo tuve que poner de mi propia voluntad, a veces te dan ganas de dejar especialmente cuando la institución no se hace cargo de resolver cosas propias de la accesibilidad como los semáforos sonoros”.
En la misma sintonía, añade que “cuando no se toma esa responsabilidad y no se hace nada para resolver el tema te replanteas muchas cosas y te dan ganas de abandonar. No aguantas más, pensás que sos una soldada que se queda sin armas para seguir. Pero tenés a tus papás que se esfuerzan por irte a buscar, que si te perdés un colectivo están ahí para esperarte y también a tus compañeros que te dicen que te consideran ejemplo, y vos no te consideras ejemplo de nada, pero hacés lo que tenés que hacer porque considero que uno tiene que luchar por lo que creemos y soñamos”.
Para ella «hay que darle contra viento y marea. Lo que le diría a cualquier persona que quiera iniciar una carrera es que hay que perseverar y triunfarás, pasa más que nada por ahí”, confía y transmite. Además, aseguró que no será “la última periodista con discapacidad visual en recibirse en Comodoro”, y alienta a que sean más.
BICHO DE RADIO
Si bien fueron varias las materias que le gustaron, ante la pregunta de este medio sobre sus tres favoritas, se puede apreciar cierta preferencia por un área de la comunicación: la radio.
“Taller de radio, Producción Sonora y Lenguaje Escrito son tres materias que me han marcado. Tuve como docentes a Pablo Kennedy y Santiago Sánchez y en Producción Sonora además de ellos a Luciana Lamoide, que fueron pilares. En Lenguaje Escrito tener a Marisol Linares y Laura de la Torre también fue fundamental”, indica, pero Brenda no quería dejar a nadie afuera, por lo que también hizo especial mención a Miguel Becerra y Mónica Baeza de Comunicación Audiovisual I.
Se define como “un bicho de radio”, un amor que se remonta a su niñez. Las mañanas acompañada por locutores y periodistas comodorenses la hizo soñar con algún día estar del otro lado, y también lo logró.
APOSTAR POR UNO MISMO, LA CLAVE DEL TRIUNFO
Seis arduos años pasaron para cerrar de la mejor manera una etapa, pero Brenda está decidida a no quedarse con solo un título. “Sigo yendo por el camino de la licenciatura, pero a la vez por el del profesorado”, comenta con muchas ganas de continuar.
“Me quiero dedicar a la docencia, tengo para dar en ese ámbito. De un momento a otro se me despertó eso de querer enseñar. Quizás en un momento meta la otra tecnicatura en Comunicación de las Organizaciones”, anticipa Bren, que va por todo.
La joven con su simpatía y humildad características supo ganarse al entorno que la rodeó en la Universidad. Pasaron por su vida compañeros y compañeras que quedaron en el camino –académicamente hablando-, pero ella perseveró y el premio finalmente llegó. Siendo la primera periodista con discapacidad visual recibida en Comodoro, inspira al resto confiando en que “si una apuesta por lo que le gusta la batalla ya está ganada”.