El líder brasileño admitió su deseo de alinearse a las políticas del presidente de Estados Unidos.
La visita del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a Washington para mantener una reunión con su par de Estados Unidos, Donald Trump, incluirá una agenda de comercio bilateral y el uso de la base espacial brasileña de Alcántara por empresas estadounidenses. Pero desde un punto de vista político, Bolsonaro quiere estrechar la relación con Trump, ambos represesntantes de la derecha en el continente.
Bolsonaro eligió a Estados Unidos como su primer destino oficial al extranjero para demostrar que su prioridad en política es un mayor acercamiento a la economía exterior. Así, Trump recibirá al mandatario brasileño en la Blair House, la residencia para los invitados especiales del Gobierno estadounidense ubicado en la Casa Blanca.
Los voceros de ambos Gobiernos comentaron que otro eje importante a charlar en el encuentro será la situación de Venezuela, ya que ambos países están alineados en el Grupo de Lima. Brasil y Estados Unidos fueron dos de los primeros países en reconocer a Juan Guaidó, el presidente del Parlamento venezolano, como el legítimo mandatario de Venezuela por considerar que Nicolás Maduro está usurpando el poder.
»Reiteraremos nuestro compromiso de defensa de la democracia, especialmente en la región y más específicamente en Venezuela, en lo que venimos actuando de forma muy incisiva”, afirmó el canciller brasileño, Ernesto Araújo, en una reciente transmisión al vivo en Facebook junto a Bolsonaro.
En ese contexto, los presidentes tienen como prioridad discutir posibles medidas para hacer llegar la ayuda humanitaria ofrecida a Venezuela por ambos países y que está retenida por la decisión del Gobierno de Caracas de cerrar sus fronteras.
Bolsonaro ya anticipó que aprovechará la visita para firmar un acuerdo de salvaguardas tecnológicas que permita que Estados Unidos lance cohetes transportadores de satélites desde Alcántara, una base espacial brasileña que por su ubicación estratégica, próxima a la línea del Ecuador, permite un significativo ahorro de combustible en las operaciones espaciales.
“Es un acuerdo muy importante. Estamos perdiendo dinero en esa región desde hace mucho tiempo. Si ya hubiéramos firmado, seríamos el mayor lanzador de satélites del mundo”, confirmó.