El presidente brasileño pidió «volver a la normalidad» y le restó importancia al avance de la pandemia, que ya registra 2201 infectados y 46 de muertos en su país.
A contramano del discurso de los expertos y autoridades sanitarias de Brasil, Jair Bolsonaro le restó importancia al coronavirus, lo tildó de «gripecita» y pidió «volver a la normalidad», a través de un video grabado, de cinco minutos de duración, que se transmitió este martes por la noche por la radio y televisión estatal. Mientras el presidente hablaba, en varios estados fue repudiado con cacerolazos.
El mandatario brasileño culpó a los medios de comunicación de generar una sensación de «temor» e «histeria» por haber mostrado lo que ocurre en Italia y dijo que si él se infecta, como es un atleta, no tendrá más que un «pequeño resfriado».
«El virus ha llegado, nos enfrentamos y pasará pronto. Nuestras vidas deben continuar. Se deben mantener los empleos. Se debe preservar el sustento de las familias. Debemos volver a la normalidad. Algunas autoridades estatales y municipales deben abandonar la prohibición del transporte, el cierre de tiendas y el confinamiento masivo», solicitó el presidente y agregó: «Lo que está sucediendo en el mundo ha demostrado que el grupo de riesgo es el de las personas mayores de 60 años, ¿por qué cerrar las escuelas?».
Bolsonaro dijo también que «son raros los casos fatales de personas sanas menores de 40 años» y alegó que «el 90% de nosotros no tendremos ninguna manifestación si se contamina. Debemos estar extremadamente preocupados por no transmitir el virus a otros, especialmente a nuestros queridos padres y abuelos, respetando las pautas del Ministerio de Salud».
Mientras que el pueblo brasileño teme convertirse en la Italia de América Latina, siendo hoy el país de la región con más infectados y muertes por el virus, Bolsonaro dijo que Italia se diferencia de Brasil por su «gran población anciana y por su clima frío».
Las palabras de Bolsonaro hicieron que en el país vuelvan a sonar los cacerolazos, que se hicieron sentir fuerte en Brasilia, Río de Janeiro, Porto Alegre, Recife, Belo Horizonte, Salvador de Bahía y San Pablo, según informaron los medios locales. Hasta los barrios en los que el presidente tenía mayor popularidad salieron a criticar su postura.
Este es el octavo día de protestas contra el presidente en Brasil, que ya había salido a criticar las medidas de aislamiento social adoptadas por los gobernadores de San Pablo y de Río de Janeiro.
Al 25 de marzo, en Brasil ya suman 2201 los casos de infectados, 46 muertos y 2 recuperados, según cifras difundidas diariamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En tanto, el país se encuentra en el puesto 16 de países con mayor cantidad de infectados, y es el primero en América Latina.
Fuente: TN