Tras la aprobación con modificaciones de la ley Bases y el paquete fiscal, que volvieron en segunda revisión a Diputados, el oficialismo se prepara para enfrentar una potencial derrota por las jubilaciones. En paralelo, un sector dialoguista de la Cámara alta, entre los que se encuentran radicales y peronistas disidentes buscarán blindar nuevos acuerdos junto al oficialismo para dar un golpe al alicaído kirchnerismo y sancionar la Boleta Única de Papel.
La cuestión, adelantada en Infobae por Federico Mayol -en mayo pasado-, se reactivó luego de la sesión del miércoles y jueves pasado en la Cámara alta. En realidad, el oficialismo nunca dejó de tenerla en la mira. Ahora, con la ayuda de radicales como el bonaerense Maximiliano Abad y del peronista disidente Juan Carlos Romero (Salta), entre otros, intentará destrabar el tema y llevarlo al recinto.
El desafío es mayor, si se tiene en cuenta lo ocurrido en el último período estival. Allí, en sesiones extraordinarias, se logró un dictamen de mayoría de las comisiones de Asuntos Constitucionales; y de Justicia y Asuntos Penales del Senado. No obstante, en dicho plenario, la entonces eventual aliada del oficialismo Mónica Silva, que representa a Juntos Somos Río Negro -fuerza que apoyó el texto de Diputados, en 2022-, presentó un despacho de minoría con cambios, que fue apoyado por el cristinismo.
Al dictamen de Silva se sumó su compañero de interbloque y renovador misionero, Carlos Arce. Este partido se ausentó en la Cámara baja cuando se votó la Boleta Única de Papel. Entonces, si a los 39 legisladores del oficialismo y la oposición no K que se unieron el 13 de diciembre para votar autoridades se le restaran Silva, Arce y la también misionera Sonia Rojas Decut, el proyecto quedaba bloqueado, ya que necesita la mayoría absoluta del pleno, es decir, 37 voluntades. Aquí no puede desempatar la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel.
El legislador radical Maximiliano Abad (Prensa Senado)
Con este panorama, las opciones que se barajan son pocas, aunque delicadas. Primero, convencer a los dos renovadores misioneros de revisar su postura inicial y acompañar el dictamen de minoría. Difícil que sólo lo haga Decut para no exponer a Arce, que firmó el despacho de Silva. Ambos legisladores, reacios a hablar cuando se los cruza en un pasillo, se mueven en tándem y responden al mandamás provincial, Carlos Rovira.
Al oficialismo y los dialoguistas se le agrega un problema más que engorroso, que pinceló el análisis de la ley Bases y el paquete fiscal: los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano. La segunda firmó el dictamen de mayoría. Sin embargo, lo ocurrido días atrás sembró una nube oscura a la hora de negociar estos legisladores, quienes hicieron mal las cuentas y terminaron pegados al kirchnerismo -enemigo provincial-, más allá de algunos guiños en las votaciones en particular.
La iniciativa avalada en la Cámara baja se basa en el modelo cordobés, que establece una papeleta completa para todas las categorías en disputa: presidente y vice, diputados, senadores y legisladores del Parlasur, según corresponda para los últimos dos casos. En cuanto a los distritos con elecciones locales atadas, el texto permitirá la aplicación de ambos sistemas o el mismo, aunque en urnas diferentes para las dos ocasiones.
Para las provincias que tengan más de cinco candidatos por lista -Buenos Aires, Capital Federal y Córdoba, por ejemplo- habrá afiches con todos los nombres en el cuarto oscuro. Otro punto importante es que, para las PASO, no estará la posibilidad de votar la lista completa. Si el partido no participa en alguna de las categorías de cargos a elegir, en el espacio correspondiente se incluirá la inscripción “No presenta candidato”.
Los senadores misioneros renovadores -no massistas- Carlos Arce y Sonia Rojas Decut (Franco Fafasuli)
En tanto, los lugares de cada alianza serán sorteados para las PASO mientras que, para las generales, el orden será de acuerdo a los porcentajes obtenidos en las primarias. Otra particularidad que tiene el sistema cordobés y que no se contempló en Diputados es que, en la provincia que comanda el peronista Martín Llaryora, se especifica la mutación progresiva del papel a la tecnología.
La postura de Silva
Durante el plenario de esto último, Silva explicó que el tema más importante de su dictamen era virar del modelo cordobés de boleta única para todas las categorías nacionales hacia el santafecino, por ende, de boleta para cada categoría. Así, se modificaría una cuestión principal de lo tratado en la Cámara baja.
Otra cuestión que la legisladora consideró “esencial para la igualdad de condiciones de partidos nacionales y provinciales” fue la “eliminación del ‘botón’ para votar la lista completa”. En ese sentido, reclamó “elegir una cruz en cada una de las categorías que se votan”, algo que chocaría con el uso del modelo santafecino que ella misma exigió. Además, incorporó puntos relacionados con mejoras en la actividad de las autoridades de mesa, fiscales y quienes se encarguen del escrutinio.
Silva también dijo que sintió “como una presión” algunos intercambios que tuvo con personas que le sugirieron acompañar la iniciativa votada en la Cámara baja. De manera inmediata el Frente de Todos, a través del también rionegrino Martín Doñate y de legisladoras como la peronista Florencia López (La Rioja), adhirió a su propuesta.
La legisladora riojana del Frente de Todos Florencia López (Prensa Senado)
Por su parte, el cristinista Oscar Parrilli no sólo reforzó esa postura, sino que deslizó el verdadero objetivo del Frente de Todos. “El mejor sistema es el que no se modifica”, destacó, e incluso fue más allá y puso de ejemplo el sistema electoral de los Estados Unidos. “Hace 200 años que funciona”, aseveró el senador neuquino.
Desde el PRO Guadalupe Tagliaferri recordó al cristinismo que “durmió” la iniciativa desde que se aprobó en Diputados, en junio de 2022, y que no constituyó la comisión de Asuntos Constitucionales -una de las que trata Boleta Única- durante casi todo el período de sesiones ordinarias del año pasado.
En los próximos días se acelerarán los contactos informales entre legisladores. Lo que no puede obviar el oficialismo, en caso de llegar a buen puerto, es que el escenario en la Cámara alta tiene a La Libertad Avanza con siete de 72 senadores y una oposición dialoguista muy aceitosa en casos particulares. Un grifo cerrado puede significar abrir uno nuevo. “Esto es despacho por despacho. Con llamadas y reuniones todos los días. Sin parar. ¿Qué necesitás? ¿Cómo te puedo ayudar? Es la única forma de sobrevivir con esta actualidad. No te sobra nada”, reflexionó ante este medio un experimentado asesor peronista.