El ‘Xeneize’ perdía 2 a 0 en el Monumental con el ‘Millonario’ por los goles de Ponzio (con ayuda de Orión) en el nacimiento del juego y Mora promediando el complemento. Pero Silva de penal le dio vida a los de Falcioni que igualaron en el descuento gracias a Erviti y evitaron el festejo de Almeyda y compañía.
River lo tenía cocinado con un golazo de Mora, pero al toque González Pirez regaló un penal y Silva no perdonó. Y en el final, Erviti lo empató con una ayudita de Barovero. Final caliente, según el Diario Deportivo Olé.
No, seguro que no lo podés creer. Vos, que sos de River. Y vos, que sos de Boca, tampoco. Gol al minuto de Ponzio con regalito de Orion, 2-0 de Mora en el segundo tiempo y rival nocaut, o casi nocaut mejor dicho. Porque el equipo de Almeyda era más, tenía confianza, estaba dos goles arriba, y el rival era todo lo contrario, poco punzante y derrumbado anímicamente. Pero enseguida González Pirez hizo un penal de los bien tontos y le dio una vida a Boca. Silva descontó y entonces hubo 15 minutos de suspenso, en los que River la llevaba tranquilo pese al 2-1.
Pero, pero… Increíble el final. River en ataque, pateó Trezeguet y en el rebote se gestó el empate milagroso. Milagroso de verdad, porque quién se imaginaba un 2-2 a esa altura. En esa jugada del descuento, ya sin Mora en cancha (¿¡por qué lo sacó Almeyda?!), llegó el momento inesperado: Paredes llevó la pelota, se la abrió a Acosta, y el ex Lanús tiró el centro. Silva ganó arriba, Barovero se quedó estancado en el área y Erviti metió el gol de su vida. Y lo que era fiesta total de River, finalmente fue todo azul y oro.
¿Que quedó afuera de la pelea del campeonato, a siete puntos de Newell’s? Eso qué le importa a este Boca, que jugó bastante mal pero que llegó al empate en el descuento. Tampoco le importa que haya habido un equipo con tan poca reacción en desventaja. Sacó la lotería en ese final y, habiendo inquietado antes una sola vez a Barovero, se llevó un 2-2 que es como un triunfo, sin dudas.
River se fue golpeado, herido. Porque la verdad es que regaló un superclásico que lo tenía en el bolsillo. Realmente lo tenía así, después de haberse puesto arriba al minuto de juego. Se había mostrado equilibrado y había dominado psicológicamnente el partido, pero durmió en momentos en los que no podés dormir y chau. Fue 2-2, ganó Boca.