Hace hasta poco más de medio año Hermes Binner soñaba con ser presidente de la República. Ayer asumió formalmente la presidencia del Partido Socialista. Desde ese sillón, el líder del Frente Amplio Progresista intentará comandar un proyecto que le permita tomarse revancha. Para eso, dijo, su objetivo será ampliar la fuerza con la que se ubicó detrás de Cristina Kirchner en octubre y no descartó un acercamiento con el radicalismo y la Coalición Cívica, aunque el primer paso será la presentación, antes de fin de año, de un “plan estratégico” para la Argentina de los próximos 20 años, según publicó el diario Clarín.
Pese a que su habitual prudencia le impidió hablar de las candidaturas para las legislativas de 2013, su nombre ya suena para encabezar la lista de diputados nacionales por Santa Fe. “Probablemente sea el paso previo a una eventual postulación por la presidencia. Si volvemos a ganar Santa Fe, el FAP se pone en carrera y le quedarían dos años para armar en todo el país”, dijo a Clarín uno de sus hombres más cercanos.
Por ahora Binner ni se detiene a hablar de temas electorales. “Falta mucho. No estamos en eso”, aseguró. Prefirió privilegiar el armado y advertir que “el pegamento necesario para unir es el programa”. Lo mismo decía en la campaña. Su predecesor en el cargo, el senador Rubén Giustiniani, había señalado en la presentación que el PS “tiene la posibilidad de ser la organización que va a regir los destinos del país , como lo estamos haciendo en Rosario y Santa Fe”.
Ninguno de los dos mencionó al gobernador Antonio Bonfatti. Ni siquiera lo hizo Binner cuando le preguntaron puntualmente por él, acaso para no herir susceptibilidades en momentos en que el mandatario exhibe una buena sintonía con la Casa Rosada.
El flamante presidente socialista, en cambio, se sentó ante los periodistas con un tono confrontativo hacia el Gobierno. Criticó el “ajuste” que están haciendo en las provincias, pareció ir a fondo con el escándalo Boudou ( ver pag. 5 ) y adelantó que el FAP se opondría a una eventual reforma constitucional porque “eso abriría las puertas a una re-reelección ” de Cristina.
“Construir un frente es más difícil que construir un partido, hay que darle tiempo”, sostuvo Binner, rodeado de unos 30 dirigentes socialistas que lo aplaudían en sus intervenciones, en la sede del partido de la avenida Entre Ríos, en la Capital. Los aplausos continuarán esta noche en el primer acto pos asunción. Será en Boedo, en el club Vedra, junto con el diputado y presidente del PS porteño, Roy Cortina. Hablarán ambos y la militancia compartirá un locro .
El nuevo conductor cree en la necesidad de dialogar con otras agrupaciones pero ayer respondió con un categórico “no” cuando se lo indagó acerca de si incluía a Mauricio Macri: “Con él no” , dijo. La afinidad, sugirió, se da con los radicales y con la Coalición Cívica. Pero Binner encuentra reparos en sus socios y en su entorno aseguran que no hará nada para herir el frente que compone con las fuerzas de Margarita Stolbizer, Victoria Donda y Víctor De Gennaro.