El seleccionado nacional cayó esta tarde por 86 a 80 ante Estados Unidos, pero mostró un rendimiento dignísimo, se mantuvo casi siempre en juego y cerró su mejor actuación de toda la preparación. Buenas sensaciones a una semana del debut.
Argentina cerró su mejor partido de la preparación y, si bien cedió ante Estados Unidos por 86-80, demostró carácter y dio un paso adelante tanto en ataque como en defensa. El plantel necesitaba un partido así y lo consiguió. Necesitaba demostrar que podía ser competitivo ante una potencia. Valioso para el juego y para la cabeza de cara al debut con Lituania del domingo próximo.
En el inicio, el equipo de Lamas arrancó apagado y pagó carísimo su apuesta zonal 2-3: 5-5 triples en contra en apenas un ratito (Durant 3-3). Por eso, el parcial de 19-3 en contra en poco más de tres minutos. Pero con el correr del cuarto, la imagen cambió. Hubo reacción y paciencia desde el oficio y la experiencia. Hubo otra dinámica ofensiva, una mayor convicción para asegurar los tableros (25-16 el PT) y un decisivo aporte del líder Scola.
El despegue se terminó de concretar en la segunda mitad, cuando el partido se picó (Campazzo recibió una fuerte falta de Paul y se pusieron cara a cara Kevin Durant con Luis Scola). Porque en ese lapso, Delfino creció en ataque (ocho en el PT), Campazzo no se amedrentó y los norteamericanos bajaron su efectividad (hasta parecieron aburridos). Conclusión: parcial de 21-8 a favor y una desventaja de apenas siete tantos al descanso (40-47).
Tras el descanso, la tendencia del partido se mantuvo. Es decir, Estados Unidos conservó el liderazgo, parsimonioso, siempre sin sobrarle nada y Argentina supo mantenerse en partido con más actitud que juego. Limitó las corridas del rival, peleó la lucha aérea y confundió con sus alternativas defensivas. También, es cierto, apareció Ginóbili (terminó como goleador con 23 puntos) para sostener individualmente las falencias colectivas. Por eso el cierre fue ajustado (el equipo de Lamas llegó a estar 76-81 a falta de 2m24s). Por eso los norteamericanos debieron terminar con sus titulares en cancha. Pero allí, la Selección se quedó sin nafta y se resignó a la derrota digna. Una derrota que deja muchísimas sensaciones positivas.
Fuente: Diario Olé
