Las entidades plantearán bajar al menos un punto la tasa en tarjetas de crédito que le cobran a los supermercadistas y volver a las compras en cuotas sin interés. Se busca destrabar la puja de intereses con las cadenas.
El temblor que generó la tarjeta de crédito que propone el gobierno nacional para reducir los costos de los supermercados podría tener un pronto final. En las próximas horas, los bancos presentarán al secretario de Comercio Interior un proyecto para reducir la comisión que les cobran a los supermercados en materia de tarjetas de crédito.
En el marco buscar allanar el terreno para extender el congelamiento de precios, las entidades y las administradoras de tarjetas (que son de su propiedad) discutieron hasta última hora de ayer los detalles de la propuesta.
Según publica el diario La Nación, la primera alternativa que se barajó en la reunión que tuvo lugar en el edificio de Visa fue retornar a las ofertas de pago en cuotas por hasta 12 meses a tasa de interés del 0% para electrodomésticos y equipamiento, y por hasta 6 meses para compras generales, y proponer además la rebaja del seguro que cobran cuando financian saldos deudores (en aquellas casos donde el cliente no cancela el total del resumen).
Sin embargo, la opción no habría satisfecho a Guillermo Moreno, quien fue consultado por los bancos para chequear si era viable la idea. Si bien vio con buenos ojos reestablecer los pagos en cuotas, el funcionario insistió con el pedido de rebaja de comisiones de las tarjetas.
Con esa respuesta, se comenzó a dar forma a la propuesta que incluye una reducción en un punto porcentual (del 3 al 2 por ciento) de la comisión que cobran a supermercados e hipermercados y la vuelta a los planes en pagos en hasta seis cuotas a tasa cero.
Así, la reacción del sector financiero llegó luego de que el secretario Guillermo Moreno amenace con el proyecto de la Supercard, la tarjeta oficial cuya comisión sería del 1% y cuya aceptación tendría carácter excluyente en los comercios que adhieran al congelamiento de precios. De concretarse, la iniciativa pondría en jaque la parte del león del negocio de los bancos, ya que las tarjetas de crédito representan la segunda línea de financiamiento que ofrecen las entidades.
Sin embargo, esta propuesta que estarían llevando hoy los bancos no enterraría de manera definitiva el plástico impulsado desde el Gobierno. Lo que se frenaría es que su adopción sea única y excluyente para las cadenas que la acepten en su negocio.
«El proyecto de la tarjeta de Moreno seguramente se mantenga y desde ya que vamos a estar abiertos a incorporar cualquier nuevo medio de pago», explicó una cadena al matutino.