En Argentina no se acostumbra celebrar el Halloween tal como lo hacen en otros lugares. Se trata de una fecha comercial que va tomando fuerza en el país con base en los disfraces y la cada vez más común salida a pedir caramelos. Francisca vivió en primera persona la tradicional fecha en Estados Unidos y quedó fascinada con todo lo que gira en torno al festejo en un lugar donde no se canta amargo y retruco.
Hace 7 meses, Francisca Lázaro emprendía el viaje de su vida desde Comodoro a Estados Unidos para vivir allí por un tiempo. Gracias a un intercambio cultural de trabajo (Au Pair), sería alojada por la familia a la que le cuidaría los hijos trabajando como niñera.
Muchas son las anécdotas que recogió en los meses de residencia en el país de Norteamérica, pero uno de los momentos que más esperaba era Halloween, la fecha que en Argentina se mira más por televisión y las películas, que en las calles.
Más de un mes antes del 31 de octubre, las familias ya comienzan a decorar sus casas con temáticas que dan verdadero terror, la celebración no es algo que se tome a la ligera allí, dice Francisca en conversación con El Comodorense.
“¡Las decoraciones son tremendas! Muchas veces me daba miedo llegar de noche y ver la muñeca que teníamos colgada en el árbol, se lo toman muy en serio y me encanta”, describe asombrada.
Gracias a la globalización acelerada por las redes sociales, la celebración del Halloween está cada vez más presente en Argentina, pese a que todavía tiene muchísima resistencia por lo que representa. Los sectores más conservadores de la sociedad no aceptan la celebración de origen estadounidense y al clásico “dulce o truco” lo responden con un tajante “amargo y retruco”, haciendo alusión a las tradiciones argentinas.
Sin embargo, con el paso de los años cada vez se observa más disfraces, sobre todo entre los más chicos, que son quienes de a poco comienzan a salir a pedir caramelos y dulces.
Lejos estamos aún de la magnitud que tiene esta fecha en Estados Unidos, donde “toda la gente se disfraza, sean niños o adultos, y muchas veces las mascotas también”, dice Francis.
Por supuesto que “la parte que más esperaba de ese día era ir a buscar los caramelos” admite, y recuerda que “ahora por cuestiones del covid la gente pone su mesita afuera con los dulces y los niños pasan diciendo ‘trick or treat?’ (dulce o truco)”. La cantidad de dulces que se dan depende de cada persona, pero todos usualmente vuelven a casa con una bolsa colmada de ellos.
Como si le hubiese faltado emoción a la fecha para la comodorense, cuenta que “¡me eligieron como el mejor disfraz! La gente pasaba diciéndome que fue de los mejores que habían visto en mucho tiempo”.
Confiesa por último que “desde chiquita quise celebrar Halloween como en las películas y ahora que estoy acá lo pude cumplir. Sin dudas fue de los mejores días festivos que he tenido acá, me divertí muchísimo. La verdad me sentía en una película, lo disfruté a mil”.
Francisca sigue viviendo el viaje de su vida, o al menos hasta el momento, puesto que no sabe cuál otro le espera dentro de un tiempo. Mientras tanto, esta oportunidad le permitió vivir algo que nunca imaginó que sería como en las películas, y hasta terminó siendo mejor de lo que esperaba.
