El Ministerio de Salud acordó con el gobierno chino el inicio del testeo en Fase 3 de una de las producidas por el laboratorio Sinopharm. Qué tecnología utiliza, cómo genera inmunidad y cuáles son sus diferencias con las otras que tienen desarrollos en el país.
El gobierno Nacional cerró hoy un acuerdo con el régimen chino para comenzar a probar en el país una de las vacunas contra el coronavirus que se produce en el gigante asiático. Es la desarrollada por el laboratorio Sinopharm y se suman así tres los desarrollos de este tipo en la Argentina, además del de la Universidad de Oxford y AstraZeneca, y el de Pfizer, cuyas pruebas ya se están realizando en el Hospital Militar Central, publicó Infobae.
Luego de que esta mañana el ministro de Salud, Ginés González García, mantuviera una videoconferencia con la empresa Sinopharm, bajo control del régimen de Beijing, los especialistas coinciden en que la importancia de estos acuerdos radica en que facilitará el acceso a las dosis en el futuro.
La desarrollada por investigadores de Sinopharm, una unidad del Grupo Farmacéutico Nacional de China, es la primera en utilizar un inmunógeno proteico. Esencialmente, es una vacuna COVID-19 inactivada con virus completo, un enfoque diferente de lo que están haciendo otros candidatos avanzados.
Consultado sobre el anuncio, el biólogo y doctor en ciencias Federico Prada explicó a Infobae que “la tecnología aplicada en esta vacuna consiste en la utilización de virus inactivado aislado de pacientes de Wuhan, que fue aislado en células vero en cultivo”. “Esa amplificación fue inactivada y utilizada para realizar clarificada, es decir como si estuviera purificado el virus y usada para la inmunización”, agregó el director de la licenciatura Bioinformática y la licenciatura en Biotecnología de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
Según un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association en base a los ensayos clínicos de las fases 1 y 2, “la vacuna candidata de Sinopharm es segura y genera una respuesta inmune”, recogió la agencia estatal de noticias Xinhua.
La investigación incluye datos sobre 320 voluntarios de entre 18 y 59 años, de los cuales 96 participaron en ensayos clínicos de la fase 1 y 224 tomaron parte en la fase 2.
Los resultados mostraron que la vacuna indujo eficazmente anticuerpos neutralizantes en los voluntarios y demostró una buena inmunogenicidad, es decir la capacidad de una sustancia para desencadenar una respuesta inmune.
Sinopharm inauguró en junio un complejo farmacéutico en la ciudad de Wuhan para la investigación, el desarrollo y la producción de la vacuna con el objetivo de doblar su capacidad productiva.
Diferencias con las de la Universidad de Oxford y Pfizer
“Las tres vacunas que están relacionadas hoy con el país tienen tecnologías distintas”, comenzó a explicar Prada acerca de qué mecanismo utiliza cada una para generar inmunidad en la persona vacunada.
“La vacuna de la Universidad de Oxford y AstraZeneca utiliza adenovectores recombinantes de chimpancé que portan la información genética para producir proteínas del nuevo coronavirus dentro del cuerpo humano”, resumió, en tanto “la de Pfizer es una estrategia basada en ARN mensajero, que es una molécula que almacena información y que tiene la capacidad dentro de una célula también de ser ‘el molde de la producción de las proteínas del virus’”.
Es decir, que si bien en la vacuna que se está probando en el Hospital Militar no se está utilizando un virus para producir las proteínas del SARS-CoV-2, como es el caso de la de Oxford, “se está utilizando una molécula para producir las proteínas que se necesitan para generar la inmunización y la generación de memoria dentro del organismo vacunado”.
Por último, “la vacuna de Sinopharm tiene una tecnología más antigua, que utiliza virus aislados y escalados un vitro para generar la materia prima con la que se vacuna a las personas, previamente habiéndolo inactivado”.