El presidente de Haití, Jovenel Moise, fue asesinado en un ataque perpetrado este miércoles de madrugada contra su residencia privada en el barrio de Pelerin de Puerto Príncipe y en el que también resultó herida de bala la primera dama.
El ataque se produjo cerca de la 1.00 (hora local), cuando “un grupo de individuos no identificados”, entre ellos “varios que hablaban español”, asaltó la vivienda, según informó el primer ministro interino, Claude Joseph, en un comunicado recogido por medios locales como la emisora Juno7 y ‘Gazette Haiti’.
Joseph condenó este acto “odioso, inhumano y bárbaro” y llamó a la población “a la calma”. “La situación de seguridad del país está bajo control de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas”, dijo el primer ministro interino, que confía en que “la democracia y la República vencerán” esta escalada de tensiones.
“Confío en que la democracia y la República vencerán”, aseveró Joseph.
Moise gobernó por decreto Haití, el país más pobre del continente americano, después de que las elecciones legislativas previstas para 2018 se retrasaran. El asesinato se produce dos meses antes de las elecciones presidenciales y legislativas convocadas para el próximo 26 de septiembre, unos comicios en los que Moise no podía ser candidato.
Haití atraviesa una fuerte crisis política desde mediados de 2018 y vivió su momento más grave el pasado 7 de febrero, fecha en la que Moise denunció que la oposición, con el apoyo de jueces, tramaban un golpe de Estado. El mandatario se enfrentó a una fuerte oposición por parte de sectores de la sociedad que consideraban su mandato ilegítimo. En los últimos cuatro años el país tuvo siete primeros ministros.
El mandatario había convocado para la misma fecha un referéndum para aprobar una nueva Constitución, un proyecto que no contaba con el apoyo de la oposición ni de la comunidad internacional.
La reforma constitucional, apoyada por Moise y destinada a reforzar el poder ejecutivo, fue rechazada mayoritariamente por la oposición y muchas organizaciones de la sociedad civil. La Carta Magna actual fue redactada en 1987, tras la caída de la dictadura de Duvalier, y declara que “toda consulta popular destinada a modificar la Constitución por referéndum está formalmente prohibida”. Los críticos también afirmaron que es imposible organizar una consulta debido a la inseguridad que sufre el país.
De forma paralela, Haití sufre de una profunda crisis de inseguridad, agravada por un importante crecimiento en los secuestros, que se agravó desde comienzos de junio por luchas territoriales entre las bandas armadas que se disputan el control de los barrios más pobres de Puerto Príncipe.
Fuente: TN