Impresionante triunfo de la Selección ante Serbia, equipo de grandotes NBA, candidato al título, que fue eliminado por un seleccionado inteligente, corajudo y de nivel mundial que se metió en unas históricas semifinales.
¿Increíble? ¡Real! Es cierto que la lógica antes del Mundial no hubiera apostado por un triunfo ante Serbia, candidato al título, pero esta Selección, que partido a partido fue edificando un presente sorprendente, todo lo puede. Y lo hizo. Tremenda victoria 97-87 frente a los balcánicos para pasar a las semi del Mundial de China, donde se encontrará ante Estados Unidos o Francia.
Argentina tenía que encontrarle la vuelta a la altura de Serbia, con el NBA Jokic, de Denver, con 2,11 como faro en la pintura. En realidad, en esa faceta, claramente iba a perder, por eso debía ser intenso en la defensa abajo y manejar bien la media cancha con efectividad más contar con un plantel largo porque defender a las torres europeas significaba cargarse rápidamente de faltas. Todo eso se dio para un primer cuarto 25-23 pese a la diferencia en rebotes (15-2) y faltas (10-4). Sin embargo, Argentina, con puntería (tres triples) y Campazzo en la conducción ponía nerviosos a los serbios.
Algo que había dicho Oveja Hernández, sobre su plantel completo y dispuesto, se dio en el segundo parcial. Solo Campazzo quedó de los titulares; Vildoza, Fjellerup, Deck y Caffaro bancaron mientras el resto -acumulaba faltas- descansaba. Quizá era desproporcionada la lucha de Caffaro (2,01) cuando entró el gigante Mjaranovic (2,21), pero al pivote le mordieron los tobillos entre todos y, con tres infracciones, debió irse al banco y no volvió. Del otro lado, siguieron metiendo de tres para dejar la estadística en 9-16 desde lejos. No se podía fallar los lanzamientos porque los rebotes eran todos de Serbia (25-8; 28-18 de tantos en la llave). En esa batalla de fuerza e inteligencia, Argentina logró sacar una máxima de ocho y cerrar 54-49 al descanso.
Serbia mejoró la defensa, entraron sus lanzamientos y se acercó con peligro. tanto que se terminó llevando el parcial por 18-14, algo que generaba un último chico para el infarto.
La primera jugada de los 10′ finales fue un triple de Guduric con el cual, Serbia pasaba priera vez al frente, 70-68. ¿Se venía el aluvión? No. Porque Argentina seguía en partido, moviendo la pelota y metiendo triples, como los de Garino y Campazzo para el 76-70, que en un abrir de ojos se transformó en una impensanda máxima de 11 (87-76) a falta de 3m17s. Campazzo ya era doble figura (18 puntos y 12 asistencias) y Scola la metía (20, 10 en el último). Serbia no entendía qué pasaba, de candidato quedaba eliminado. Y así fue, porque se encontró con Argentina, menor en tamaño, pero gigante en todo sentido.