La Argentina volvió a quedar en el último puesto del Índice Mundial de Pensiones, que realiza la consultora Mercer y que revela el nivel de preparación que tiene cada país para el envejecimiento poblacional. Este año, Holanda desplazó del primer lugar a Dinamarca, que quedó en el segundo puesto. Finlancia se ubicó tercero y en cuarto y quinto lugar quedaron Australia y Suecia.
El índice mide 34 sistemas de pensiones y refleja que Holanda y Dinamarca ofrecen sistemas de ingresos de jubilación de grado A con buenos beneficios, «lo que demuestra claramente su preparación para el envejecimiento del mundo», señala el informe.
«Las poblaciones envejecidas continúan siendo un desafío para los gobiernos de todo el mundo, ya que los responsables de la formulación de políticas luchan por equilibrar los objetivos de brindar seguridad financiera a sus jubilados, de forma adecuada para el individuo y sostenible para la economía», planteó Mercer en el documento.
David Knox, autor del estudio y socio principal de Mercer Australia, considera que «el punto de partida natural para tener un sistema de pensiones de clase mundial es garantizar el equilibrio correcto entre la suficiencia y la sostenibilidad».
Mejorar la recaudación
En el caso de la Argentina, la directora de Wealth de la consultora, Ana María Weisz, afirmó que «no es casual que haya quedado en el último lugar», ya que «aspectos positivos como brindar una prestación universal al adulto mayor quedaron desmerecidos por no haberlo implementado sólo para quienes están en edad avanzada y en la pobreza».
La directiva recalcó en que «mejorar la recaudación daría aire a la financiación del sistema» y que, por ejemplo, dar una jubilación mínima para quienes llegaron por moratoria o simplemente no aportado no alcanza ese importe; también debería ser escaneado desde la mirada de la situación económica».
Como aspectos positivos, Weisz destacó la posibilidad de que el trabajador pueda permanecer activo hasta los 70 años y la deducibilidad impositiva para el ahorro para la pensión anunciada en la reforma tributaria, y que comenzaría a regir el año próximo.
Sin embargo, queda mucho por hacer si se compara el sistema previsional argentino con los que tienen los países desarrollados, según se desprende del informe.
En diálogo con El Cronista, Weisz planteó algunos de los puntos que deberían cambiar en la Argentina para ir hacia un sistema previsional más sustentable. «Hay que empezar por los lugares débiles. Hay cuatro millones de personas que se jubilaron vía la moratoria. El problema es haberle garantizado igual la jubilación mínima aunque el cálculo les haya dado menos. La mínima debería estar librada a cuestiones de asistencia social», remarcó le directiva de Mercer.
Edad jubilatoria de la mujer
También sostuvo que habría que unificar la edad de jubilación de la mujer, ya que hoy puede extender su vida laboral hasta los 65, pero según su voluntad. «La mujer vive más y tiene una carrera laboral más errática, además de que estamos con toda esta lucha por la igualdad de derechos», remarcó.
Por último, Weisz consideró que «habría que ver si es necesario mantener de por vida una pensión por viudez en los casos de personas jóvenes que tienen la posibilidad de trabajar».
El informe hace referencia a los cambios en la forma en que hoy las personas trabajan y en la necesidad de que los países se aseguren de que los sistemas incluyan a todos, para que toda la fuerza laboral ahorre para el futuro.
El presidente internacional de Mercer, David Anderson, afirmó que «fue un paso positivo ver a los gobiernos abordar la reforma de las pensiones a medida que aumentan las expectativas de vida».