El informe sobre Estadísticas de la deuda internacional del BM estimó que el gobierno de Macri, el año pasado, aumentó 19 por ciento el stock, liderando así el ranking de países que más deuda externa sumó.
El Banco Mundial estimó que Argentina fue el país que más se endeudó en 2018. “Un caso aparte entre los principales tomadores de deuda es Argentina donde el stock de la deuda externa aumentó 19 por ciento, atribuible en gran parte al paquete de ayuda del Fondo Monetario Internacional y al incremento en el endeudamiento de corto plazo”, indica el organismo multilateral en su último reporte sobre Estadísticas de la deuda internacional. Aunque el mercado financiero está clausurado y el FMI todavía no habilitó el desembolso previsto de unos 5400 millones de dólares, las sucesivas devaluaciones elevaron el stock de la deuda externa por encima del 100 por ciento del Producto en 2019. Si bien anticipa una contracción del 3,1 por ciento del PBI, el Banco Mundial no asocia el endeudamiento con el estallido de la crisis.
El reporte publicado a comienzos de mes realiza una tímida advertencia sobre el incremento en el endeudamiento externo de los países en desarrollo. “Los indicadores de deuda indican que la carga de la deuda quizás está contribuyendo a las vulnerabilidades económicas”, sostiene el reporte que apenas dos años atrás destacaba la reinserción plena de la Argentina en la lógica de los mercados financieros internacionales. Entre los indicadores globales de riesgo que identifica el Banco Mundial se destaca el incremento en la relación entre deuda y exportaciones que ascendió al 120 por ciento en 2018. La dinámica de esa cifra reflejaría las crecientes dificultades de los países de ingreso mediano para generar recursos genuinos que les permitan hacer frente a sus obligaciones financieras.
A lo largo del año pasado también aumentó el saldo de la deuda entre los 10 principales tomadores de deuda del mundo entre los que figuran Brasil, India México, Indonesia, Sudáfrica, Rusia y Turquía pero en todos los casos disminuyó el ritmo al que crecieron los pasivos. La excepción en el grupo fue el vertiginoso endeudamiento argentino que desde mediados de 2018 es abastecido con el respirador artificial del Fondo. Otro país que mostró un incremento, aunque levemente inferior al argentino, fue China con un alza del 18 por ciento y que, por su dimensión, impulsó el crecimiento de la deuda entre los países en desarrollo.
¿Qué decía el mismo informe en su edición publicada apenas dos años atrás? “El evento más relevante de 2016 fue el muy exitoso retorno de la Argentina a los mercados después de 15 años de ausencia”, celebraba el reporte al referirse al acuerdo con los fondos buitre que junto con el proceso de desregulación financiera y cambiaria allanaron el camino para el nuevo ciclo de endeudamiento.
El proceso emprendido por las distintas capas geológicas de funcionarios cambiemitas que se sucedieron desde la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada exacerbó la vulnerabilidad externa para conducir al país hacia una nueva crisis de deuda con consecuencias directas sobre las condiciones de vida. “Si se excluye a la Argentina, los ingresos netos por bonos en 2016 muestran pocos cambios con 2015”, indicaba el documento del Banco Mundial.
El año pasado el endeudamiento argentino fue a contramano del resto del mundo en desarrollo. “Los flujos de deuda para los países de bajos y medianos ingresos cayeron 28 por ciento en 2018, hasta los 529 mil millones de dólares, impulsado por caídas en los flujos de corto y largo plazo”, sostiene el Banco Mundial al precisar que las caídas estuvieron explicadas por la reducción los fondos provistos a los países por los acreedores privados a través de la compra de bonos y otros instrumentos de deuda. El financiamiento neto otorgado por los organismos multilaterales, en cambio, registró un incremento del 86 por ciento que “refleja el apoyo del FMI a la Argentina”. Los flujos provistos por esas entidades de crédito “aumentaron 61 mil millones de dólares, de los cuales la mitad fue para Argentina”.
El Banco Mundial estimó la semana pasada que la economía Argentina se contraerá 3,1 por ciento este año. El organismo multilateral que acompañó y celebró el «programa de reformas» impulsado por el gobierno de Mauricio Macri proyectaba a comienzos de año una caída de “apenas” 1,7 por ciento en 2019. El reporte publicado último jueves por la entidad tampoco ofrece explicaciones para la crisis argentina.