«Todavía lo sigo teniendo, ya veré el momento (de repatriarla). A medida de que recuperemos la confianza». En marzo, dos meses antes de que el presidente Mauricio Macri le pidiera la renuncia, así el ex ministro de Energía Juan José Aranguren confirmó que la mayor parte de su patrimonio continuaba en el exterior.
Su más reciente declaración jurada patrimonial, la última como funcionario del ex CEO de Shell, presentada hace dos días en la Oficina Anticorrupción (OA), revela que los $ 88.003.107 que tenía hace dos años en el exterior en una caja de ahorro en euros y otra en dólares en los Estados Unidos, el año pasado se convirtieron en $ 110.649.340. Dolarizado, tomando el tipo de cambio de los últimos días hábiles de 2016 y 2017, la diferencia es de u$s 390.746, lo que hoy son $ 11.175.335. Entre el efectivo y lo depositado en bancos en el país, tiene $ 5.162.260.
Parte de ese dinero es producto de la venta, obligada por la OA, de sus acciones de Royal Dutch Shell en septiembre de 2016. Tal como el propio Aranguren informó en su anterior declaración jurada, la operatoria le resultó en «un valor de venta de 21,975 euros/acción, arrojando un monto total de 1.329.263,18 euros una vez descontada la comisión correspondiente por la transacción». Lejos de incrementar el promedio de su patrimonio en el exterior, aún con esos casi u$s 400 mil más, Aranguren lo bajó un poco: pasó de tener el 84% de su fortuna afuera al 76%. Una proporción igual elevada.
El año pasado, Aranguren pudo ganarle a la suba de precios. De los $ 104.784.376 de patrimonio en 2016, pasó a declarar $ 144.346.358; un 37% de aumento y unos 12 puntos más que la inflación. Manteniendo los mismos bienes, parte del incremento responde a los $ 16,6 millones que cotizó ahora su casa en Acassuso de 1100 m2, cuando el año anterior la había valuado en $ 2,1 millones.