“Con sorpresa y decepción”. Así dijo Juan José Aranguren haber recibido el 16 de junio pasado la noticia de su apartamiento como ministro de Energía. La explicación se la dio dos días después el presidente Mauricio Macri, quien para ello utilizó el mismo slogan de su campaña presidencial: “Me dijo que era necesario generar un cambio”, contó el ex funcionario, a la vez que sostuvo que ese cambio estuvo influenciado por el entorno presidencial que especulan con el próximo año electoral. “Algunos piensan en su electorado y que hacer lo que hay que hacer puede posponerse hasta la próxima elección», cuestionó.
Veinte días de silencio se tomó Aranguren para revelar que no renunció a ese cargo y que su eyección fue un triunfo del ala “política” del gobierno por sobre el ala “técnica” a la que él pertenecía. “Y los tiempos no son iguales en la parte política que en la técnica”, fundamentó.
“No quería salir del Gobierno, yo no renuncié”, lanzó el ex presidente de Shell durante una entrevista a LN+, en la que habló de los pormenores de aquel día en que él y Francisco Cabrera se convirtieron en los fusibles de un gobierno jaqueado por la imagen negativa. Según su relato, la noticia se la dio por teléfono el vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, y Macri se la confirmó horas más tarde por Whatsapp.
Recién dos días después habló con el mandatario. “El lunes (18 de junio) tuve una charla de media hora con él y me explicó las razones que fueron totalmente atendibles”, sintetizó y remarcó que lo que le dijo fue “que era necesario generar un cambio”.
De todos modos, reconoció, se la veía venir. “No voy a ser necio, algo esperaba. Vamos a ponerlo de esta manera: no soy alguien que se deje coordinar fácilmente. El Presidente conocía mi naturaleza”, expresó para luego reconocer la cadena de disconformidades que un sector del Gobierno que influenció al jefe de Estado.
“No voy a dejar de mencionar que mi estilo de conducción dentro del ministerio a lo mejor no dejó muy contentos a los allegados del gobierno”, apuntó sin dar nombres pero aludiendo al “partido radical”. “Estoy acostumbrado a decir la verdad” y “tal vez eso generó algún tipo de resquemor en un año político”, añadió –según publica Página 12-.
Lo que Aranguren se preocupó en aclarar fue que él no quiso irse del cargo. “Yo no renuncié porque desde mi punto de vista ser ministro no es un derecho al cual uno pueda renunciar, es una obligación, un deber, una responsabilidad”, definió, aunque no obstante dejó claro su “agradecimiento” a Macri por haberlo convocado para ser parte de su gabinete.
Luego hizo un repaso por las medidas que tomó durante su administración, sobre todo aquella por la cual será más recordado: los tarifazos del 900 por ciento en las tarifas de los servicios públicos.
Lo más grato: la posibilidad de hace lo que había que hacer. Restablecer el imperio de la ley en un sector tan importante como es la energía. Al respecto, se jactó de haber dicho “las cosas que nadie quiere escuchar: que la energía tiene un valor, que hay que pagarla, ahorrarla y que hay que ser eficiente en su uso”.