El nuevo ministro de Energía, Javier Iguacel, todavía no terminó de acomodarse en su silla y ya tienen que lidiar con un inestable escenario energético internacional. Arabia Saudita, el mayor exportador mundial de crudo que además posee alrededor de la mitad de las reservas de este fluido, decidió suspender sus envíos de petróleo a través del estratégico estrecho de Bab el-Mandeb, tras un nuevo ataque de rebeldes yemeníes a dos de sus buques petroleros.
Esta decisión que puede ser acompañada por otro fuerte exportador de crudo como es Kuwait, tal como anunció el presidente de la principal compañía de este país, tuvo una correlación directa en el precio del Brent que cerró este lunes arriba de los 75 dólares.
De esta manera, se pone en riesgo la estabilidad del barril prevista a partir del anuncio de la OPEP de aumentar la producción de petróleo en un millón de barriles diarios, lo que agrega más dudas al traumático contexto energético argentino.
«El sendero previsto por Aranguren está muerto, pero las propias autoridades reconocen que no tienen ni la menor idea del valor del barril que van a establecer», aseguró a La Política Online una fuente importante del sector.
Los vasos comunicantes del precio de la energía con la economía real son tantos que lo colocan como uno de los precios relativos más importantes. El valor de las naftas es uno de los ítems que más impactan en la evolución del IPC, generando una espiral inflación-dólar que quedó expresada en los últimos datos del Indec.
«A nivel local, una suba del Brent agrava todo el cuadro que estamos transitando. Todavía no se terminaron de acomodar los precios de la última devaluación y ya tenemos un shock externo de esta naturaleza que nos deja aún más lejos. Es la tormenta perfecta: más inflación, más devaluación, es el peor de los mundos. Hoy no se puede establecer ningún precio de referencia, nadie sabe a qué equivale un litro de nafta, ya que estos precios relativos están cambiando todo el tiempo», manifestó Andrés Di Pelino vocero del Centro de Estudio de la Regulación Económica de los Servicios Públicos (Ceres) de la Universidad de Belgrano.
De todos modos, para Di Pelino esto no es novedoso, sino que la volatilidad del barril tiene una dimensión histórica. «El gobierno no puede trazar su política energética imaginando un barril estable. Están corriendo de atrás todos los acontecimientos y no muestran capacidad de reacción», afirmó.
Todavía no se terminaron de acomodar los precios de la última devaluación y ya tenemos un shock externo de esta naturaleza que nos deja aún más lejos. Es la tormenta perfecta: más inflación, más devaluación, es el peor de los mundos, aseguró Di Pelino.
El conflicto Saudí se explica por su injerencia en el levantamiento armado que se desata en Yemén desde 2015, donde Riad combate al grupo rebelde chiíta Huthi al que acusa de estar financiado por Irán.
Los rebeldes han realizado numerosos ataques contra objetivos sauditas en los últimos meses, especialmente en la salida del Mar Rojo en el mencionado estrecho de Bab al Mandeb, que al tener tan sólo un ancho de 20 kilómetros, vuelve muy vulnerables a los buques petroleros que según la gubernamental Administración de Información de Energía estadounidense (EIA), transportan diariamente 4,8 millones de barriles hacia Europa, Estados Unidos y Asia.
De prolongarse esta medida, significaría un aumento en los costos de transporte al tener que desviarse hacia el sur de África, agregando unos 4.300 kilómetros a la ruta original entre Arabia Saudita y Estados Unidos.
La cantidad de riesgos geopolíticos que amenazan el mercado petrolero no terminan allí, dado que Irán amenazó con bloquear el estrecho de Hormuz como respuesta a las últimas sanciones de Trump.
De todas maneras, los especialistas relativizan la problemática dado a la histórica especulación que han realizado las diferentes potencias petroleras de acuerdo a sus intereses. «En esa zona siempre hay mucho movimiento táctico amenazante», sostuvo Marcelo Elizondo. Algunos sostienen que Riad está tratando de presionar a Estados Unidos para lograr un mayor apoyo de la administración Trump respecto al conflicto yemení.
Otros, como el analista financiero Francisco Uriburu, explican que la búsqueda de un mayor precio del crudo se debe al próximo lanzamiento de las acciones de Aramco, la principal petrolera saudí que aún no cotiza en bolsa. «El objetivo es un barril a 80 dólares, lo que le otorgaría a esta operación una dimensión muy importante, ya que se trata de la mayor petrolera del mundo», subrayó Uriburu.