El ministro de Defensa se presentó ante la comisión bicameral para dar la versión oficial sobre la búsqueda del submarino. Fue duramente castigado por los familiares. Recordó que usó videntes para la búsqueda. Denunciaron intromisión en un grupo de WhatsApp de familiares.
El informe presentado por el ministro de Defensa, Oscar Aguad, ante la comisión bicameral del Congreso y ante los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan, fue apenas un “copiar-pegar” de todo lo que ha dicho el gobierno sobre el tema, desde el 15 de noviembre pasado. “Estas reuniones con el ministro Aguad no sirven para nada, son más de lo mismo y todos, salvo algunos legisladores que están realmente preocupados, se van a su casa tranquilos y nosotros nos quedamos con la misma angustia y sin saber la verdad”. Mabel Castillo, hermana del tripulante Enrique Castillo, hizo ante PáginaI12 “el pobre balance que podemos hacer sobre lo dicho por Aguad”. Durante horas, los familiares hicieron catarsis y expresaron durísimas críticas contra el ministro de Defensa y contra el presidente Mauricio Macri, a la vez que denunciaron una posible maniobra de inteligencia para eliminar información reunida en un grupo de WhatsApp. La sanjuanina Luisa Rodríguez, madre del suboficial segundo Gabriel Alfaro, fue rotunda: “La responsabilidad mayor es del Presidente de la Nación y de usted, ministro, que debería renunciar al cargo si no nos puede dar ninguna respuesta satisfactoria y tendría que dejar que en su lugar asuma una persona idónea para su función”.
La reunión convocada en el Senado de la Nación, un día después de cumplido el quinto mes de la desaparición del ARA San Juan, comenzó con una larga intervención de Aguad, quien recitó como nuevos, viejos conceptos: “Con toda la información que tenemos, objetivamente, podemos decir que el ARA San Juan estaba en condiciones de navegar”, aunque admitió que “si se han señalado problemas, deficiencias, para determinar la verdad está la causa penal que tramita en el juzgado federal de Caleta Olivia, a cargo de la jueza Marta Yáñez, donde el ex jefe de la Armada, Enrique Srur, señaló que si hubiera sabido “todos los problemas en detalle” que tenía el submarino “no hubiera dejado que zarpara” para la última misión.
En la sesión de ayer, abierta a la prensa, Aguad tuvo que escuchar quejas de la hermana del hombre de los servicios de inteligencia naval que estaba en el San Juan y se comprometió a “acompañar en la presentación judicial” al grupo de familiares que, el 10 de marzo pasado, en forma simultánea, perdió “toda la información del grupo de WhatsApp que formaban, incluyendo mensajes y fotos” enviados por tripulantes del submarino. “Hay que investigar, porque eso es un delito”, reconoció Aguad (ver aparte), en alusión a lo que fue presentado como un hecho destinado a coartar la organización de familiares que reclaman que se haga justicia.
El Salón Arturo Illia, del Senado, se llenó de familiares, camarógrafos y fotógrafos de distintos medios de comunicación. Los únicos que no pudieron ingresar al recinto fueron los periodistas de los medios gráficos, quienes tuvieron que seguir la sesión a través de una pantalla de TV. Esto les impidió, en muchos casos, escuchar las críticas y las preguntas que formularon muchos de los familiares, dado que en esos casos no tuvieron al alcance el micrófono que se había dispuesto para que se hicieran oir.
Aguad, durante más de una hora, ayudado por el capitán Enrique Balbi, vocero de la Armada en todo el proceso relacionado con el ARA San Juan. Reiteró datos ya aportados ante familiares y en la causa judicial: ante los reclamos para que siga la búsqueda del submarino, aseguró que se va a realizar la demorada contratación de la empresa venezolana SEA Sistemas Electrónicos que “seguirá la búsqueda durante cien días, más allá del 15 de mayo”, fecha en que se cumplirán los seis meses que permiten, por ley, dar por desaparecidos a los 44 tripulantes y cerrar definitivamente la búsqueda, que es lo que temen los familiares.
En este sentido, Aguad sostuvo que “cualquier país del mundo, incluyendo las grandes potencias, ya hubiera cerrado la búsqueda, porque eso es lo que se hace cuando desaparece un submarino, que es un arma de guerra y por lo tanto tiene secretos que hacen a la defensa nacional, pero nosotros lo vamos a seguir buscando, hasta encontrarlo”.
El ministro aseguró que “no hay problemas de recursos económicos” para continuar con la búsqueda de la nave perdida y precisó que la Armada invirtió hasta el momento “780 millones de pesos” en las operaciones realizadas en el Atlántico Sur; ratificó una vez más, ante la incredulidad de los familiares, que el gobierno nacional “realizará las actuaciones de contratación directa” de un sistema teledirigible para la búsqueda del submarino; cuestionó a los que afirman que el ARA San Juan “no fue buscado en forma adecuada” y afirmó, por el contrario, que se utilizó “la mejor tecnología” para tratar de encontrar a la nave, desde el 15 de noviembre hasta principios de abril.
De ahora en más, reconoció el ministro, todo depende de la contratación de la empresa representada por el venezolano Hugo Marino”, al tiempo que aclaró que “primero hay que acondicionar un barco de la Armada para poder montar sobre él el sistema tecnológico que aportaría esa empresa”. Anticipó que esa tarea puede demorar hasta el mes de junio. Por otra parte, volvió a negar que el ARA San Juan haya realizado una misión cerca de las Islas Malvinas y ratificó que “las coordenadas que así lo indicaban, en un informe que debía haber sido tirado a un tacho de basura y que llegó por error al Congreso, tenía coordenadas que, de haber sido ciertas, y no lo fueron, indicarían que el submarino pasó por el medio de las islas, navegando sobre la tierra; esto demuestra que ese acercamiento a las Malvinas nunca existió”. Precisó que “se escribió una longitud equivocada” en un parte que era “un borrador” de la Armada. Y volvió a insistir, una y cien veces, que “vamos a seguir buscando el submarino, porque es lo que obsesivamente está haciendo el gobierno, porque encontrarlo es una de las formas de poder establecer la verdad”. Otra frase que remarcó varias veces Aguad es que él podría “venir a mentir, sería fácil hacerlo, pero no vengo acá a mentir sino a decir todo lo que sabemos”. Para dar fe de sus bueneas intenciones, recordó que “a pedido de los familiares hicimos subir videntes a los barcos que participan de la búsqueda y también a las familias, para que vieran cómo estábamos trabajando”. También dijo que “aunque algunos no crean lo que pienso no hay respuestas mientras no encontremos el submarino”, que algunos interpretaron como una negativa a dar más información.
Mabel Castillo, en una pausa de la sesión, le dijo a este diario que “no sirve de nada hablar con Aguad, porque hoy nos dice una cosa y mañana otra. Ahora nos dio la novedad de que para poder llevar el teledirigible que va a utilizar la empresa venezolana para buscar al ARA San Juan tenemos que esperar hasta junio, de manera que el gobierno sigue sin agilizar el trámite y pasan los meses sin novedades”. La mujer reconoció que “algunos legisladores que se han reunido con nosotros demuestran que tienen buenas intenciones, que tratan de ayudar, pero el gobierno no hace más que poner trabas y demorar todo. Muchos son puro bla-bla y no resuelven nada”.
Sobre la exposición de Aguad, expresó que “trajo todo preparado, un esquema con documentación que ya conocíamos y en los hechos no hemos avanzado nada de la última reunión en el Congreso, que se hizo hace más de diez días”. Los cuestionamientos dirigidos al ministro Aguad que en un momento dado, un familiar del tripulante Javier Espinoza, le dio su opinión negativa de una manera sencilla y directa: “A mi me da la impresión, señor ministro, que a usted el Presidente de la Nación no lo mandó a investigar este caso sino a sembrar choclos en la orilla del mar”.