El Gobierno de Javier Milei anunció la apertura de importaciones de algunos productos de la canasta básica, con el objetivo de acelerar el proceso de caída de la inflación. Si bien la medida fue ponderada por economistas, debido a que daría al mercado interno valores de referencia y potenciaría la competencia, en el sector empresario el rechazo fue mayoritario.
“A las importaciones les bajan impuestos y les dan financiamiento y a la industria nacional le mantienen una tasa imponible alta y no le dan ninguna forma de financiamiento. Es decir, nos mandan a competir sin capacidad, sin financiamiento, sin crédito, con una tasa impositiva alta y con energía alta, obviamente que vamos a fracasar”, resumió el referente de Apyme Santa Fe, Mario Galizzi, empresario de una de las principales provincias productoras de alimentos de la Argentina.
La herramienta de apertura de importaciones para presionar a la baja a los precios del mercado interno se convirtió en una amenaza latente a la que apelaron varios gobiernos, -según publica TN-.
En el peor momento de tensión entre la administración del expresidente Alberto Fernández y el sector alimenticio, el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, había amenazado con permitir el ingreso de productos, pero el rechazo de todo el arco político y productivo fue unánime. Ahora, la idea fue reflotada por Milei.
La decisión se adoptó tras el fracaso de la reunión del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, con el sector supermercadista. El enojo del titular del Palacio de Hacienda es que los precios de los alimentos vienen bajando a una velocidad mayor de la que refleja el Indec, pero no se puede apreciar porque se aplican promociones. El pedido fue que sinceren los precios por unidad, pero los empresarios no cedieron. Horas después, se confirmó la apertura de importaciones.
“Se ha tomado la determinación de abrir definitivamente las importaciones de determinados productos de la canasta familiar, en pos de poder hacer los precios más competitivos y en beneficio de las familias y los consumidores argentinos”, anunció este martes el vocero presidencial, Manuel Adorni.
Rechazo empresario a la apertura de importaciones
Empresarios consultados advirtieron que la apertura de importaciones sería el golpe de gracia para el sector productivo, que sufre una caída del consumo del 27% en los primeros dos meses del año, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), y un desplome de la actividad industrial del 12,4% en enero, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Desde la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba), plantearon que la Argentina debe “importar lo necesario para mejorar la cadena de valor productiva e incentivar el consumo” y que esos dos “son los ejes principales del desarrollo”.
“Venimos de un 2023 con faltantes de insumos que puso en jaque a las pymes industriales y comerciales. Hoy, necesitamos marcar sector por sector sus necesidades, se lo venimos comunicando a cada uno de los funcionarios, con los cuales nos venimos reuniendo habitualmente. Las importaciones de materias primas y elementos que se les pueda agregar valor es lo necesario. Las pymes argentinas no somos formadoras de precios, somos el 99% de la productividad y casi el 70% del empleo real, pero la estanflación y la concentración es lapidaria”, agregaron.
Por su parte, la Unión Industrial Argentina (UIA) difundió un comunicado en el que manifestó “preocupación” por lo que consideran un “trato desigual para la industria”.
“Mientras los productores nacionales deben pagar en 4 cuotas mensuales y con impuesto PAIS los insumos necesarios para la fabricación, los importadores de bienes terminados estarán exentos de impuestos y tendrán acceso total a las divisas necesarias en un solo pago a 30 días. El anuncio realizado hoy afecta seriamente la competitividad de las empresas que operan, producen y emplean en el país”, aseveró.
La lectura coincide con la de Galizzi. “Es un jaque mate a la industria de la alimentación, igual que en los años 90. La única forma de competir es que nos saquen los impuestos para que nos pongan en las mismas condiciones que la industria internacional. Nos vamos a quedar sin industria y sin trabajo y la Argentina va a ser solamente extractiva”, planteó.
También para el presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, la decisión del Gobierno “provocará la quiebra de miles de pymes industriales y una destrucción masiva de puestos de trabajo, lo que generará una espiral de la crisis económica y social de los argentinos”.
“No se tuvieron en cuenta la suba de los costos de la producción, que generó la liberación de precios, luego de la devaluación de diciembre, ni la rentabilidad inédita de las grandes cadenas de supermercados, quienes llegaron a casi duplicar los precios que se envían desde las fábricas”, agregó.
“Darán beneficios para la importación de alimentos y dentro está la ‘carne de cerdo’. No se enteraron de que en lo que va del año bajó un 25% el precio, cuando todo subió. Por favor, avísenle al presidente @JMilei y a @TotoCaputoAR van a fundir a los pocos productores que quedan”, escribió Juan Luis Uccelli en su cuenta de la red social X.
Economistas destacan el lado positivo de la apertura de importaciones
Si bien en el sector productivo la apertura de importaciones de productos de la canasta básica generó rechazo, economistas consultados por TN destacaron el lado positivo.
Para Matías De Luca, economista de Empiria, “la idea es disciplinar los precios internos” y “en teoría, esto debería contener los márgenes de subas de los productores locales”. “Actuarían como precio de referencia y, además, un detalle importante es que los productos de la canasta básica no están alcanzados por el impuesto PAIS en el caso de la importación”, explicó.
Rocío Bisang, economista de Eco Go, coincidió en que “la apertura de importaciones puede tener algún efecto sobre la inflación”, pero advirtió que “todavía queda ver específicamente de qué productos se está hablando en concreto”, por eso “va a permitir entender mejor el efecto que puede llegar a tener”.
“No necesariamente abrir las importaciones equivale a bajar los precios, depende un poco de la estructura de la cadena productiva y de los circuitos de distribución de cada industria en particular, del poder de mercado de las empresas y la capacidad de imponerse que puedan tener”, puntualizó.
Por su parte, María Castiglioni, socia de C&T, explicó que “el efecto de la apertura de importaciones sobre la inflación es puntual y por única vez”, contexto en el que calificó a la decisión como “positiva”. “Una vez que los productos importados ingresaron, la referencia de precios pierde potencia”, advirtió.