En Florida, la tierra donde vacunarse es tan fácil como ir a Disney, empiezan a ofrecer gratis tratamientos de anticuerpos monoclonales a pacientes de Covid-19.
Pasa en una docena de hospitales públicos de ese estado, que volvió a estar en crisis por la variante Delta. A la vez, las clínicas privadas de la misma zona cobran hasta 5.000 dólares por este tipo de terapias, que fueron muy polémicas por el apoyo que les dio el expresidente Donald Trump cuando aún no estaban aprobadas.
Por más que en sí hay un anticuerpo monoclonal que apenas «pisó» Argentina, este es el principal tipo de tratamiento, sin importar el laboratorio, que nunca logró desembarcar en nuestro país. Ni al Gobierno ni a la Ciudad ni a la Provincia de Buenos Aires les interesó invertir en traer esta bioterapéutica, que también se utiliza en países vecinos como Chile y Uruguay.
«Nosotros no usamos nunca porque en su momento no estaban probados y nos dieron resultados nuestros propios desarrollos. Recurrimos al plasma que fue un desarrollo propio y nos dio muy buenos resultados«, dijeron desde el Ministerio de Salud bonaerense. «No intentamos traer nada desde la Ciudad de lo que fue aprobado», señalaron desde la cartera porteña.
También acá «llegó» el remdesivir, otro fármaco que se utiliza en Estados Unidos y que recibió Trump. Este antiviral lo trajo Gador. Pero según dijeron a Clarín quienes están en la primera línea de atención Covid en clínicas y hospitales, «es carísimo y como no disminuye la mortalidad, parece que no se usa mucho en la práctica».
Más allá de que la eficacia de los anticuerpos monoclonales y del remdesivir se están poniendo a prueba día a día frente a la mortalidad por Delta, está confirmado que evitan hospitalizaciones. Pero nuestro país, como en su momento dejó afuera a Pfizer, no concentró negociaciones en estos fármacos.
La «esperanza» que acá no «pegó»
Los anticuerpos monoclonales son artificiales. No como los del plasma de recuperados ni los que generan las vacunas en el cuerpo. Se producen en el laboratorio contra una región específica de una estructura molecular. Se unen a esta estructura, en general, bloqueando su acción biológica y colaborando para que sea reconocida por el sistema inmune y, así, la elimine.
En el caso de los virus, los anticuerpos se unen a sus estructuras externas. Bloquean muchas veces su unión a las células y los «marcan» para que el sistema inmunológico los extermine por distintos mecanismos. En el caso del coronavirus, los anticuerpos monoclonales son dirigidos contra la proteína S. La que permite la entrada en la célula a través de un receptor. En otras palabras, le sacan la llave al virus para que entre y se multiplique.
En Florida se le administra a quienes dan positivo en el PCR y están dentro del grupo de riesgo de desarrollar una enfermedad grave. Se hace antes de que se enfermen de gravedad, ante los primeros síntomas. Con turno previo, se entrega el cóctel de anticuerpos de la empresa de biotecnología Regeneron. Combina los fármacos casirivimab e imdevimab, y su nombre conocido es REGEN-COV. En la esfera privado se da exactamente lo mismo.
Una investigación realizada por la Clínica Mayo de Estados Unidos detectó efectividad en el uso combinado de estos medicamentos en quienes tienen comorbilidades. Los resultados fueron publicados esta semana en en la revista EClinicalMedicine de The Lancet y muestran que estos anticuerpos monoclonales «mantienen a los pacientes de alto riesgo fuera del hospital cuando se infectan con Covid-19 de leve a moderado».
Al igual que las vacunas de Moderna y de Johnson & Johnson, en Estados Unidos este tratamiento tiene una autorización de emergencias por parte de la FDA (Administración Federal de Alimentos y Medicamentos), equivalente a nuestra ANMAT. La FDA también autorizó otros dos tratamientos con anticuerpos monoclonales: la combinación de benlanivimab + etesevimab y el más reciente, el sotruvimab.
«Estas drogas podrían prevenir dos tercios de las hospitalizaciones por Covid. Serían útiles para evitar que un paciente con Covid leve o moderado se agrave si tiene más de 65 años, es obeso, está inmunosuprimido o tiene insuficiencia renal. No serían útiles para pacientes que ya estén graves. En Argentina no está este tipo de anticuerpos monoclonales«, dice a Clarín Martín Stryjewski, jefe de Internación CEMIC y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
¿Pueden llegar a la Argentina en corto plazo? Stryjewski se muestra levemente esperanzado por que la situación cambie. «Es probable. Sé que hay tratativas para traerlos, pero no mucho más. No hay ninguno aún», insiste.
Si eso sucede, el costo puede ser una limitante mayor. «Por estos valores -recordemos los 5.000 dólares que piden en las clínicas privadas de Florida- los anticuerpos tendrían que ser utilizados fundamentalmente en aquellos pacientes que no responden a las vacunas dado su compromiso inmunitario», dice.
¿Quienes son estos pacientes? Trasplantados, pacientes bajo tratamientos inmunosupresores por enfermedades reumatológicas, pacientes con cáncer bajo quimioterapia.
Por otro lado, resalta que la eficacia de los primeros monoclonales (y se refiere puntualmente al benlanivimab) «puede ser menor y hasta nula contra las variantes actuales como la Delta», y que por eso ya no se está administrando en otros países. Espera que no sea ese tipo de droga el que llegue.
Tampoco es que están «sólo en Estados Unidos». Marta Cohen, la reconocida patóloga pediátrica argentina que fue distinguida con el título de oficial de la Orden del Imperio Británico, dice a Clarín que desde septiembre se hará un uso masivo de anticuerpos monoclonales en el Reino Unido. Desde allá, plantea un escenario más pesimista sobre la eventual llegada de esta terapia acá.
Allí también se va a usar la combinación de casirivimab + imdevimab. «Como es muy caro, se aplicará sólo a quienes estén bajo riesgo. Creo que con el tiempo llegará a Argentina, aquí seguro comienza con cuentagotas, pues hay que producirlos. Pero en el Reino Unido se invirtieron 755 millones de libras en 2020 para esto«, marca Cohen.
La expectativa vs. la realidad
Eleonora Cunto es directora del Comité de Infectología Crítica de la Sociedad Argentina de Infectología (SATI) y jefa de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Muñiz, centro de salud que desde el inicio de la pandemia se abocó al covid y a diferentes ensayos terapéuticos. Ella es una de las personas más autorizadas para hablar de qué se administra a los pacientes frente al Covid y qué podría administrarse a futuro.
«Hoy los pacientes hospitalizados requieren oxígeno y, además, en la Argentina se aprobó la dexametasona (corticoides), el suero equino hiperinmune, el tocilizumab y el remdesivir», detalla Cunto.
El Tocilizumab también es un anticuerpo monoclonal -tiene un valor desde 2.500 dólares en Chile y Uruguay, donde sí se usa- y apenas está presente en el AMBA. Es la única droga de este tipo disponible en nuestro país.
«Cuando lo pedí, cuando fue indicado, me lo dieron. En algunas instituciones privadas está», dice la experta. Fue un caso puntual, remarca, y no recuerda si ocurrió en varias oportunidades. En el CEMIC, agrega Stryjewski, se administra en poquísimos casos. «Es caro. Es a veces inaccesible», sigue Cunto.
«El antiviral remdesivir, que se estudió desde el proyecto Solidaridad, del que participé, también se puede utilizar. Pero es la dexametasona la única que, en la realidad, está al alcance de todos«, cierra la especialista.
Fuente: clarín