Se trata de la tercera vez en que las convulsiones sufridas Angela Merkel, son evidenciadas en un acto público.
La salud de la canciller alemana Angela Merkel vuelve a preocupar a la comunidad internacional, después de que protagonizara un tercer episodio de temblores en sus brazos y manos, según quedó registrado en una grabación de la agencia Reuters. En esta ocasión, el síntoma se hizo presente mientras participaba de un desfile militar como parte de su visita oficial a Finlandia. Desde el gobierno alemán aseguran que la mandataria se encuentra bien.
Merkel volvió a sufrir un episodio de convulsiones cuando se encontraba junto al primer ministro finlandés, Antti Rinne. A pesar de esto, un portavoz de la mandataria aseguró que las conversaciones con el líder de Finlandia no se vieron afectadas por los temblores de Merkel, quien pudo continuar con sus actividades como estaban previstas, minutos después
«La gente no tiene que preocuparse por mí», fueron las palabras de la propia Merkel durante una conferencia de prensa, en donde también señaló: «estoy segura de que estoy en forma para el trabajo». Esta fue la tercera vez que la mandataria alemana sufre convulsiones visibles lo que hizo que la prensa mundial comenzara a evaluar su estado de salud.
El último episodio ocurrió el pasado 27 de abril y una vez concluido, la canciller continuó con su agenda tal y como estaba prevista, embarcándose en un viaje a Japón para asistir a la cumbre del G20. La primera vez que sufrió de estos temblores fue el 18 de julio, días de su cumpleaños, mientras recibía la visita del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
«No hay ninguna encuentro anulado para hoy ni mañana, la canciller se encuentra bien. Viajará como previsto en avión a Osaka», indicaron desde la cancillería a la AFP, una vez ocurrido el primer ataque de temblores. «Bebí por lo menos tres vasos de agua, que manifiestamente me faltaba, y ahora me siento muy bien», había declarado Merkel tras sufrir los temblores. En este caso, los espasmos cesaron tras dar unos pasos. Estas no han sido las únicas muestras públicas que ha mostrado la canciller sobre su estado de salud. Durante una entrevista en diciembre de 2014 Merkel sufrió una baja de tensión y la grabación debió ser interrumpida. Su entorno político también culpó a la falta de agua del incidente.
En esa ocasión, aseguró que los temblores fueron a causa de una deshidratación y que tras beber tres vasos de agua volvió a estar mejor. La canciller alemana tiene 65 años, no se le conoce ninguna enfermedad grave y es aficionada al sedentarismo. Se encuentra en el poder desde el 2005, al frente de una coalición que ha bajado notoriamente su popularidad en los ciudadanos alemanes.
En las recientes elecciones de la Unión Europea, el partido de centroderecha de la canciller tuvo la mayoría de los escaños, pero lo hizo con su registro más bajo en la historia, un 28%. Tras aquellos resultados, Günther Oettinger, comisario europeo alemán, tildó como «decepcionante» la elección del partido de Merkel. Otros espacios políticos han ido creciendo en estos últimos años, como Los Verdes (ecologistas) e incluso la ultraderecha.