La secretaria de Desarrollo Humano, Ana Llanos, confirmó que apoyará la iniciativa de entregar silbatos gratuitos a las mujeres para utilizar ante eventuales casos de ataques sexuales. Y criticó a quienes no tomaron seriamente la medida que apunta a la prevención. “Los funcionarios que critican tendrían que poner de su sueldo para comprar más silbatos”, afirmó
En principio gestionará la compra de diez mil unidades y sugirió que los políticos que cuestionen la iniciativa, aporten de su bolsillo para comprar más silbatos. “Antes nos ponían el silbato en el cuello o en el bolsillo y era una medida preventiva y de defensa, no era por otra cosa. Yo comenté eso a la directora del Hospital Regional y nos pusimos de acuerdo para poder implementarlo desde la Secretaría”, destacó Llanos en el diario Jornada.
Para la funcionaria, la acción es preventiva aunque la solución definitiva es de fondo, reconociendo la grave situación de inseguridad por la que atraviesa especialmente la ciudad. “No digo que sea “la” medida para erradicar el problema. Con el silbato se puede llamar la atención, se puede soplar fuerte para que alguien de la familia o quien lo escuche pueda acudir en ayuda. Tenemos que tener alguna prevención porque las mujeres estamos todo el tiempo en la calle, tenemos que mirar que la gente va a trabajar y que los chicos van a la escuela. Y también de que están cansadas que les roben la cartera, el celular o las zapatillas”.
La secretaria de Desarrollo Humano respondió a las críticas que realizaron entre otros, funcionarios y legisladores provinciales. “Algunos critican pero en vez de hacerlo tendrían que ponerse a pensar. Yo no salgo a decir que pongan en su bolsillo un cuchillo o una navaja. En realidad tendrían que poner de su sueldo para comprar más silbatos para que entreguemos en las escuelas. Lo vamos a implementar y lo vamos a dar a todas las mujeres que lo necesiten”, dijo agregando que solicitó al gobierno provincial la compra de diez mil silbatos y que intentará que empresas locales aporten con el mismo fin.
“Hay que escuchar al prójimo y sobre todo en la necesidad que hoy se tiene. Están totalmente desbordados en el tema seguridad, me llaman a toda hora y aunque es un área que no me pertenece, trato de ayudar a la gente porque no puedo cerrar mi telefóno. La inseguridad la tenemos que convertir en seguridad y tenemos que darle una forma elegante de salida. Surgió hoy lo del silbato, mañana puede ser otra cosa. Yo como madre y abuela creo que hay que acompañar a las mujeres porque la ciudad está desbordada. El tema no es para que lo critiquen sino para que lo adopten”.
