Nuevamente Amalia Granata está en el centro de la polémica. Luego del intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el día jueves, la diputada calificó el hecho como una “pantomima armada” y reprodujo una fake news que señalaba a un militante kirchnerista como el autor del delito.
Una parte del Frente de Todos en la Cámara de Diputados de Santa Fe, pidió la expulsión de Granata «por ser una vergüenza y una generadora de odio serial». “Amalia Granata es parte de un monobloque, una provocadora serial, una hábil comunicadora, piensa que la política es un set televisivo y por lo tanto utiliza todas las mañanas para descalificar groseramente al resto.”, declaró el diputado del PJ en Santa Fé Luís Rubeo.
Pero la diputada se burló, señalando que «no tienen los votos para echarla», y lanzó un advertencia: «No me busquen, porque miren que voy a empezar a hablar de todos sus chanchurrios”, y agregó que se metería con las “amantes, familias, madres e hijos” de quienes amenazan con echarla.
Y no es la primera vez que Granata está en el ojo de la tormenta por sus opiniones. En junio, cuando la Corte Suprema de Estados Unidos anuló el fallo «Roe vs. Wade» (uno que tenía medio siglo de vigencia) que otorgó a las mujeres estadounidenses la posibilidad de aborto no punidos, la diputada publicó en su Twitter: “En el mundo, hay otra vez Justicia. En Argentina, lo vamos a lograr también”.
Haciendo gala de su posición pública contra la interrupción voluntaria del embarazo, además, ya en marzo de este año Granata había declarado que “si su hija fuera violada, ella criaría al bebé”. “Mi función como madre es que ella entienda que hay una vida dentro de su vientre y esa vida, ella al decidir abortar lo va a matar y es su hijo”, agregó entonces.
Y más polémicas trajo su propuesta de instalar un servicio cívico obligatorio en Santa Fe para «los que ni estudian ni trabajan». Granata fundamentó que su propuesta “encaminaría la conducta de los jóvenes en el país”, y tomó como ejemplo el caso israelí: “Me encantó el servicio militar obligatorio. Me parece fabuloso. La educación en Israel es modelo. Empecemos a tomar ejemplos de países que funcionan y no de Venezuela”.
Finalmente, Granata se opuso públicamente a la asistencia del Estado para esta comunidad trans, argumentando que constituye un “privilegio”, así como también cuestionó la existencia del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad. “No necesito que reconozcan mis derechos en un día festivo, porque ya los tengo. Ante la ley soy igual a los hombres y el respeto de mis pares me lo gano sola con mis acciones. Terminemos con el relato tribunero que atrasa”, declaró Granata el pasado 8 de marzo con motivo del Día de la Mujer.