El ex director de Asuntos Políticos de la Secretaría General de la Presidencia, indicó hoy que “en Chubut hace tiempo que se grita mucho. Y cuando se grita mucho se escucha poco”.
En ese marco, el referente comodorense de Juntos por el Cambio, Emiliano Álvarez Raso, expresó que “las posiciones irreductibles han construido una polarización sobre la industria minera que parece adquirir ribetes bélicos. No solo hay cortes de ruta, también asistimos a tomas de edificios públicos con exigencias de que las autoridades tomen posturas para un lado. La discusión fue suplantada por la coerción. Y donde no hay discusión, no hay argumentos”.
Uno de los desafíos que enfrenta la minería es su interrelación con el medio ambiente y aquí hay un punto importante. El mundo se enfrenta con el reto de modificar las emisiones de gases de efecto invernadero y todas las economías del mundo y los organismos internacionales establecen metas de descarbonización de la vida cotidiana antes de que sea tarde. Marchamos a energías limpias y renovables y para lograr eso la industria minera tiene un rol central. Desde la electrificación de los automóviles a los insumos de la industria eólica o solar necesitan del litio, el cobre, zinc, plata, aluminio, tierras raras, etc. Las fuentes energéticas renovables a gran escala necesitan de una minería que este a la atura de satisfacer su demanda. Los informes sostienen que los principales minerales que se utilizan en la generación de energía verde tendrán un crecimiento exponencial de aquí a 2050”, determinó.
Y agregó que “ssta sola razón nos pone en la obligación de abordar la cuestión minera y su eventual legislación con el rigor que la situación amerita, entendiendo que la disyuntiva no es entre defensores del medio ambiente y quienes no lo son. No solo es una industria heterogénea, sino que también es una industria que va a ser central para cumplir los desafíos ambientales de un mundo con urgencias. Mas allá de la discusión económica, su renta, su aporte a la cadena de valor y las dudas que pueda aparejar, esta vinculación de la industria con el cambio climático no es menor y debe ser tenida en cuenta. También la propia actividad hacia adentro debe ir evolucionando y la tecnología es amistosa con esto. Los avances son cada vez mas fuertes, no solo en control sino también en la producción. Un ejemplo, la minería chilena va en pocos años a utilizar casi en su totalidad agua del mar en su implementación”.
“Los países desarrollados no discuten sus procesos económicos por el si o por el no. Discuten fundamentalmente el “como”. Si todos los actores involucrados en la discusión publica ceden en su dogmatismo quizá se puedan encontrar consensos para lograr no solo empleo y actividad económica, sino también aportar a la tan necesaria transición energética y cumplir con los objetivos del cambio climático”, concluyó.