En el Banco Central hay desesperación por el nulo impacto de la suba de más de 20 puntos porcentuales de tasas en los plazos fijos de los bancos privados. Las expectativas de devaluación, a su vez, alimentan la dolarización de los ahorristas previo a las elecciones.
«La suba de más de 20% en las tasas de referencia de Leliq no se está viendo reflejada en los bancos privados y eso está preocupando mucho al Banco Central, que no tiene relación directa con los clientes. El problema es que se está sacrificando actividad industrial para mantener fijo el tipo de cambio sin cumplirse el objetivo. El negocio termina siendo para los banqueros y empresas, y no para la Casa Rosada», analizan desde la city para Urgente 24.
«Según un sondeo entre entidades privadas consultadas por este diario la demanda de dólares del público minorista sigue creciendo, leve, pero sostenida. Sin embargo, el balance entre compra y venta de billetes en bancos resultaría neutro. Es decir que por efecto “des-canuto” (venta de dólares atesorados) y recesión, los pequeños ahorristas siguen comprando dólares pero hay un flujo de oferta privada que empareja la demanda.
Pero por otro lado, las entidades también reconocen que en los últimos días, previo al anuncio de que el FMI dejará vender u$s9.600 millones al Tesoro, la tendencia era que había más cancelaciones de depósitos a plazo fijo que renovaciones. Y esto ya lo muestran los datos oficiales del BCRA que al 14 de marzo dan cuenta que el stock de depósitos privados en pesos a plazo fijo caen entre 0,5 y 0,7% mensual. Claro que aún la comparación interanual resulta altamente positiva porque crecen a un ritmo del 68% interanual.
A modo de referencia, hoy el promedio mensual es de $1.101.147 millones cuando un año atrás era de $540.744 millones. Pero cabe recordar que se viene de un período de alto crecimiento, donde en diciembre lo hicieron al 3,9% mensual, luego en enero al 9,8% y en febrero al 6,9%.
De continuar la tendencia de la primera quincena sería un importante freno al crecimiento de los plazos fijos privados en pesos», detalló el diario especializado Ámbito Financiero.
El Gobierno se siente muy vulnerable para frenar la dolarización electoral, por lo que acudió nuevamente al Fondo Monetario Internacional para negociar asistencia por US$9.600 millones para inyectar en la city porteña. Si bien no era parte del acuerdo inicial, Christine Lagarde autorizó el desembolso.
«Están financiando la campaña a un partido político», disparó el economista Guillermo Nielsen.
En este contexto, surgen serias dudas sobre si le alcanza al gobierno el monto del FMI para frenar la corrida. La Casa Rosada espera 10 mil millones de dólares extras de la cosecha pero desde el sector insisten que creció la demanda de silo bolsa para guardar por 6 meses los granos, a la espera de una nueva devaluación.