La reciente entrega de 41 hectáreas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Cerrillos, Salta, al Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) para el desarrollo de viviendas sociales encendió una alarma en el ámbito agropecuario.
Esta decisión, que generó el rechazo de los sectores rurales salteños por su impacto en la investigación y el desarrollo tecnológico, parece abrir un escenario preocupante en otros puntos del país.
La inquietud ahora se centra en Bariloche, donde se mencionó la posible desafectación de tierras pertenecientes a la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) del INTA.
Las hectáreas en cuestión se encuentran en las costas del lago Nahuel Huapi, un área de gran valor inmobiliario.
Mauro Sarasola, director del INTA Bariloche, confirmó que estas son las únicas tierras del organismo en la región, pero se abstuvo de comentar sobre el posible traspaso.
El INTA posee exclusivamente el terreno ubicado en las costas del lago Nahuel Huapi, en la calle Modesta Victoria 4450. Este terreno, de alto valor inmobiliario, es fundamental para las investigaciones y actividades del instituto en la región.
No obstante, el INTA enfrenta desafíos significativos con respecto a otros terrenos. En la zona de El Bolsón, cerca del Mirador del Azul, se registraron problemas recurrentes de tomas de tierras.
Se estima que entre 200 y 300 hectáreas de campos experimentales fueron urbanizadas, generando conflictos que afectan el desarrollo de los proyectos de investigación y experimentación en la región.
Mariano Lavin, interventor del Instituto de Planificación y Promoción de la Vivienda (IPPV) de Río Negro, desmintió que durante su gestión se haya solicitado la desafectación de tierras del INTA en Bariloche.
Lavin aclaró que no existe un pedido formal desde el organismo para ceder tierras destinadas al desarrollo de viviendas sociales, lo que aparentemente descarta una eventual cesión de estas hectáreas para dicho propósito.
En tanto, Mario Romero, secretario general de la Asociación del Personal del INTA (Apinta), expresó su inquietud sobre la posible entrega de tierras que actualmente están destinadas a la investigación.
Romero advirtió que podría haber un avance sobre los bienes del INTA, señaló que la cesión de tierras podría estar motivada por intereses inmobiliarios más que por necesidades sociales o de desarrollo.
El procedimiento para la cesión de tierras del INTA requiere que el interesado presente una solicitud tanto al organismo como a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE).
En este contexto, Romero destacó la reciente implementación del “silencio administrativo positivo”, que entrará en vigor el 1° de noviembre y que podría facilitar la cesión de terrenos si la Administración Pública Nacional no responde en tiempo y forma.