Los trabajos realizados por el Celag y Gustavo Córdoba y Asociados son domiciliarios. Alberto Fernández ronda el 52 por ciento mientras que Macri queda en el 32 por ciento.
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner atravesarían el 27 de octubre la línea del 50 por ciento de los votos y derrotarían a la fórmula Mauricio Macri–Miguel Angel Pichetto por alrededor de 20 puntos. El aproximado es de 52 por ciento a 32 por ciento, si se proyectan los indecisos y se excluye el voto en blanco, tal como indica la ley electoral. La diferencia entonces se ampliaría respecto de la que hubo en las PASO, que fue de 16,1 puntos. En la provincia de Buenos Aires la victoria de Axel Kicillof–Verónica Magario sería incluso un poco más amplia, algo más de 21 puntos. Más allá de los números electorales, todas las respuestas conceptuales son adversas al presidente Macri, que queda asociado con el fracaso de la gestión e, incluso, al calificativo de «peor presidente de la historia argentina».
Las conclusiones surgen de dos encuestas que, excluidos los votos en blanco –como indica la ley electoral– y asignados proporcionalmente los indecisos, concluyen en ese 52 por ciento a 32 por ciento. Ambos estudios fueron domiciliarios. O sea, que las entrevistas se hicieron en las viviendas de los encuestados, algo que les da más solidez. Los sondeos corresponden, por un lado, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), que conduce el español Alfredo Serrano, y por el otro lado a la consultora Córdoba y Asociados, la consultora que lidera Gustavo Córdoba. La Celag convulsionó el ambiente político cuando antes de las PASO pronosticó una amplia victoria del Frente de Todos por nueve puntos frente a la paridad que mostraba la mayoría. Las muestras de ambas encuestas fueron relevantes: 2.050 encuestados en el caso de la Celag y 1.200 en el trabajo de Gustavo Córdoba. Los dos estudios son nacionales, respetándose las proporciones por sexo, edad y nivel socio-económico.
Serrano explicó la perspectiva de los resultados haciendo eje en la situación del Presidente. «Macri empeoró su imagen negativa tras las PASO, alcanzando el valor peor valor de las cuatro encuestas realizadas por Celag en este año. Su credibilidad está bajísima; solo su núcleo duro de votantes le considera muy o algo creíble (27,3 por ciento). Nada de lo que hizo post PASO le sirvió: la política y la realidad económica son un freno ineludible a los intentos desesperados de Macri por lanzar propuestas de cualquier tipo», argumentó.
Gustavo Córdoba evaluó que «la idea de que las tendencias electorales pueden sufrir un brusco cambio, no parece tener lugar en el actual contexto, debido a que el voto ideológico no supera el 30 por ciento y la mala praxis económica sigue siendo el anclaje del voto opositor al gobierno. Por otro lado, la imagen de Alberto Fernández llega por primera vez al 53,3 por ciento contra un 38 por ciento de negativa. La imagen de Mauricio Macri contrasta de manera simétrica, obteniendo 38 por ciento de imagen positiva versus un 60,5 de imagen negativa».
Serrano afirmó que la fórmula Fernández–Fernández hoy está asociada a la esperanza. A tal punto, que el trabajo de la Celag sostiene que el techo electoral del binomio del Frente de Todos es del 57 por ciento. El techo electoral se calcula restando del 100 por ciento los que dicen que de ninguna manera votarían a esa fórmula. «Alberto Fernández –remarcó Serrano– continúa creciendo en imagen positiva, en sentimientos positivos (confianza como principal), en techo electoral y en intención de voto directo. En julio, el 41 por ciento asociaba el nombre del candidato con la esperanza, mientras que ahora, en octubre, ese porcentaje trepó al 53 por ciento. Por su parte, Mauricio Macri está asociado al rechazo y la decepción en más del 65 por ciento de los ciudadanos».
Un dato de importancia es que, según la Celag, la agenda de los encuestados en la Argentina es progresista. «Hay mayoría en el país que cree que es mejor: determinar salarios por la vía de negociación paritaria, proteger la industria nacional y el mercado interno en vez de abrirse al mundo, renegociar la deuda con FMI antes que pagarla tal como está. Es el trasfondo de la irreversible ventaja que tiene el Frente de Todos», afirmó Serrano.