Después de publicar una carta abierta donde convocó a una mesa política del Frente de Todos para discutir la estrategia electoral y las candidaturas 2023, el Presidente Alberto Fernández dijo este lunes que «nadie» en la coalición de Gobierno le dijo que no podía presentarse a la reelección y garantizó que el candidato del oficialismo surgirá de una PASO porque «no hay que temerle a la opinión de la gente».
Tajante al momento de asegurar que no le iba a dedicar “un segundo” a la interna del Frente de Todos, el Presidente Alberto Fernández admitió esta mañana que tiene diferencias con la Vicepresidenta Cristina Kirchner. En este sentido, dijo no saber si repetiría fórmula con ella y evitó ahondar en las críticas que recibió de parte del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, por no estar invitado a una actividad con organismos de derechos humanos y el mandatario brasileño, Luis Inácio “Lula” da Silva.
“No voy a dedicar un segundo a la interna. Sé con quién puedo gobernar y con quién no; y gobierno con los que puedo gobernar. Yo voy a seguir gobernando, no importa”, dijo Fernández, en un intento de pasar página, cuando se refirió al conflicto con el ministro kirchnerista. “Preguntale a Wado de Pedro”, deslizó también al respecto.
Dispuesto a minimizar también los cuestionamientos que recibe de los camporistas Máximo Kirchner y Andrés Larroque, enfatizó -según publica La Nación– en que en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) -denostado por la terminal K del Gobierno- se crearon puestos de trabajo, se aumentó la inversión social hasta 1,2% del PBI, y hay 5800 obras públicas en marcha y 2000 terminadas. “Explíquenme dónde está el ajuste”, marcó el mandatario nacional.
Insistente con que la interna oficialista es “lo que menos le preocupa”, sostuvo: “Cada uno tiene derecho a decir lo que quiera y yo tengo derecho a decir lo que pasó. Yo firmé con el Fondo y la Argentina creció, creamos trabajo, el gasto en salud y en obra pública se expandió, invertimos en ciencia y tecnología, y aumentamos el presupuesto. ¿Dónde está el ajuste? No lo sé, yo no lo encuentro”.
Tras convocar finalmente a sus socios a reunirse a una mesa política que seguramente se hará la semana que viene, aseveró: “Vamos a discutir la estrategia para la elección, las cuestiones internas, el problema de las PASO, las diferentes alternativas”.
Luego de afirmar que él “nunca leyó” que otras vertientes del Frente de Todos se oponen a su intento de ir por la reelección, dijo sobre eso: “Tampoco es lo que a mí me importa. Mi mayor problema no es que Alberto Fernández vuelva a ser Presidente, mi problema es que algunos de los canallas que presidieron la Argentina vuelvan a presidirla”.
En esa línea pidió apostar a que la gente se exprese en cuanto a quién es el mejor candidato para representar al oficialismo y planteó que es importante enfocarse en ese 40% de los argentinos que está “desorientado”, según su análisis. “Dejemos que la gente opine. ¿Desde cuándo los peronistas le tenemos miedo a que la gente opine?”, refirió, incluso ante la posibilidad de competir en las PASO con alguno de sus ministros. “No es habitual [que el Presidente vaya a una interna] porque la Argentina tiene historial de personalismos, que no quiero imponer”, deslizó.
“Con Cristina tengo diferencias, miradas diferentes, pero los dos queremos lo mismo”, indicó, a la vez que remarcó que en el Frente de Todos puede haber diferencias, pero que no tienen derecho a dividirse. “No estamos separados. Nadie rompió el bloque y se fue. Estamos juntos con diferencias”, expresó.
En tanto, insistió con que su intento de reforma judicial no tenía “nada que ver” con la situación de la Vicepresidenta y que tampoco está relacionado a Cristina Kirchner su pedido al Congreso para avanzar con el pedido de juicio político a los integrantes de la Corte Suprema.
“Están diciendo que la condenan a no ejercer cargos públicos a perpetuidad, es proscribirla”, opinó sobre la condena de primera instancia en la causa Vialidad a la exmandataria y en medio de los reclamos kirchneristas por una supuesta “proscripción” a su máxima referente. “Cristina fue muy clara, no demos vueltas. Dijo: ‘Anímense a meterme presa, no voy a ser candidata para no hacerme de ningún fuero, anímense’. Ella sabe y nosotros sabemos que tiene razón ella, es una causa inventada, la trajeron de los pelos con argumentos pueriles”, consideró Fernández, que así volvió a respaldar a su vice al menos en el plano judicial.
Al titular del Palacio de Hacienda, Sergio Massa, tercer socio mayoritario de la coalición, lo ponderó. “Sergio ha sido muy valioso como ministro de Economía. Siempre ha sido muy valioso. Eterna gratitud hacia él porque en conflictos internos, difíciles, estuvo al lado mío ayudándome, nunca se paró enfrente a tirarme piedras”, dijo sobre el titular del Frente Renovador.
Por otra parte, ahondó sobre la solicitud de ir contra los supremos y persistió con que los motivos principales que tuvo para propiciar esa cuestión fueron los fallos por la coparticipación y por el Consejo de la Magistratura. “Estoy hablando de cómo funciona la República, mal, porque tenemos uno de los tres poderes que en exceso de independencia pone su pie en los otros dos y los otros dos reaccionan”, resumió, luego de considerar que el máximo tribunal tuvo “varios excesos en la capacidad republicana” y de acotar: “La Corte no está ni para legislar sobre el Consejo de la Magistratura, ni para designar los representantes, ni para resolver cómo administrar la coparticipación”.
En el conflicto con la ciudad de Buenos Aires por estos fondos, se quejó porque el máximo tribunal lo obligó a que empiece a devolverlos desde el momento en que se emitió la decisión. “Yo por ley no puedo pagar la sentencia porque no está prevista en la ley presupuestaria. Por eso ofrecí un modo de resolverlo con bonos”, contó, pese a que desde territorio capitalino se opusieron a ese modo de abonar la deuda.
Dijo Fernández también que este pedido de juicio político no se basó en los supuestos chats entre empresarios de medios, políticos de la Ciudad, espías y miembros de la Justicia. Involucrado en esos contactos teóricamente Silvio Robles, mano derecha del titular de la Corte, Horacio Rosatti, el Presidente añadió en cuanto al asesor: “Todo el mundo sabe que para hablar con Rosatti había que hablar con Robles y que lo sentaba al lado. Todos conocemos el rol de Robles”. Asimismo, el mandatario se jactó de que su gestión sacó “los espías y los operadores judiciales de los tribunales” y que no permitió el espionaje interno.
En el plano económico fueron fervientes sus críticas a la administración económica de Mauricio Macri, y también sus reparos en la pandemia y la guerra en Ucrania, sobre todo al intentar explicar la dinámica inflacionaria de la Argentina. “La inflación es un problema para toda la economía. No quiero justificarla, quiero erradicarla. Esto no se resuelve de un día para otro y no recibí cero de inflación, recibí 54 puntos; deuda; al día 99, una pandemia que afectó la economía de todo el mundo, duró dos años; y cuando terminó, a Rusia se le ocurrió invadir Ucrania. Todo lo demás son lecturas parciales”, planteó el jefe de Estado.