Alberto Fernández no tiene intenciones de bajar su candidatura presidencial y hará todos los gestos políticos necesarios para buscar su reelección en 2023, pese los constantes enfrentamientos con Cristina Fernández de Kirchner, La Cámpora y el Instituto Patria. Esa determinación personal aplacó su decisión de eyectar a Eduardo “Wado” de Pedro del Ministerio del Interior y definir la convocatoria a una mesa nacional del Frente de Todos para diseñar la estrategia electoral de la coalición oficialista.
El jefe de Estado considera una necesidad política tener en funcionamiento a la Mesa Nacional frente al comienzo de la campaña, pero sólo dará ese paso interno si no se lo toma como una claudicación personal a su objetivo de disputar la reelección presidencial.
Desde esta perspectiva, en Gobierno explican -según publica Infobae– que la Mesa Nacional debería tener representación de todos los sectores del frente oficialista y asumir que será convocada sólo para discutir reglas de juego y estrategias de campaña.
Si Alberto Fernández finalmente consuma la creación de la Mesa Nacional -sostienen en Balcarce 50-, es porque en el kirchnerismo ya tiene entendido que no bajará su candidatura a pesar de la presión constante de la Vicepresidenta.
El vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, está a cargo de las negociaciones con los restantes socios del Frente de Todos y ya tuvo diálogos reservados con “Wado” de Pedro y Sergio Massa, titular del Frente de Renovador. El ministro de Economía comparte a la propuesta presidencial, mientras que el ministro del Interior repitió el guión que Cristina escribió junto a Máximo Kirchner.
Es decir: Alberto Fernández debe terminar su mandato, marchar a Puerto Madero y usar el tiempo libre para escribir sus memorias.
La probable iniciativa del Presidente coloca en una situación incómoda al kirchnerismo. Este sector interno del Frente de Todos insistía con la creación de la Mesa Nacional para forzar el desplazamiento de la candidatura de Alberto Fernández y colocar -en su lugar- a Massa, De Pedro o eventualmente al gobernador Axel Kicillof.
Cristina Fernández ahora deberá definir si participa o no. Si lo hace avalaría que el Presidente está en carrera para disputar su reelección, y si no lo hace, deja un espacio abierto que el jefe de Estado ocupará con una agenda intensa que combinaría política doméstica y distintas giras internacionales
Anoche en Merlo, bajo el auspicio de Máximo Kirchner, el Peronismo bonaerense exhibió su poderío interno y anunció la creación de una mesa provincial para fijar la estrategia electoral en el principal distrito de la Argentina. Kicillof va por la reelección y sabe que la situación es compleja ante el crecimiento constante de Juntos por el Cambio.
En Olivos, mientras se servía la comida en Merlo, Alberto Fernández tomó nota de la situación. El Presidente fue excluido del cónclave por decisión de CFK y Máximo Kirchner, y no esperaba otra actitud. Pero rescató que, si la vicepresidente y el diputado nacional promueven una mesa provincial para fijar una estrategia electoral, porque se negarían a integrar una mesa nacional para establecer una hoja de ruta hacia los comicios Generales de Octubre.
“Wado” de Pedro es el precandidato kirchnerista que mejor mide en ese espacio interno tras su enfrentamiento con Alberto Fernández. Y detrás lo siguen Kicillof y el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich. Cristina avala a De Pedro, pero no descarta a Kicillof, que sueña con la reelección y le escapa al escenario nacional.
Alberto Fernández apuesta a su reelección, y jugará ese partido hasta el final. Sin embargo, ante la imposibilidad de vencer a Juntos por el Cambio, el Presidente medita sobre las candidaturas de Daniel Scioli y Massa. Scioli está dispuesto a pujar por su revancha política, mientras que Massa aguarda la inflación de abril para definir si corre la campaña 2023.
En medio de esta incertidumbre palaciega, el jefe de Estado mastica arena y continua con su plan electoral. Ya autorizó que Gabriela Cerruti -su portavoz- prepare un nuevo video institucional defendiendo su gestión en la Casa Rosada. Son los spots que más irritan a Cristina y Máximo Kirchner.