El candidato del Frente de Todos evita las definiciones, pero da señales sobre las figuras que lo acompañarían en su gobierno
Cuando Néstor Kirchner pensó su gabinete punteó uno a uno los nombres sentado a una mesa con Alberto Fernández. Fernández iba anotando cada nombre y dibujando el esquema del gobierno que asumiría el 25 de mayo del año 2003. Entonces el santacruceño preguntó “¿qué falta?”, Fernández miró la lista y respondió que faltaba el nombre del jefe de gabinete. “Escribí tu nombre”, mandó entonces el nuevo jefe del peronismo y del país que llegaba al poder con el 23% de los votos.
La anécdota la cuenta el hoy candidato a presidente por el Frente de Todos para evitar las definiciones. Su jefe de gabinete será su alter ego, agrega. Y revela que quien ocupará esa silla ya fue notificado. Lo demás son especulaciones, muchas sobre señales que deja o datos de su esquema de trabajo. Varios hacen ya “mandados” como si estuvieran ejerciendo uno u otro cargo.
Indignados, algunos intendentes relatan que en un municipio bonaerense uno de sus colegas se sienta a repartir posibles puestos pensando en que Axel Kicillof, a quien ayudó, escuchará su voz cuando sea gobernador. Y mientras algunos se calzan el traje de ministros nacionales otros se molestan porque no figuran en las listas que circulan. Ni a Fernández ni a Kicillof les agrada que se mencionen nombres sin su consentimiento. Tampoco los de los ya elegidos que no hablan al respecto ni con sus más íntimos colaboradores.
“No tengo idea quién es y, por lo que dice, inspira poca confianza”, se sorprendió Alberto Fernández cuando leyó las declaraciones de Marcos ‘Chino’ Maidana anunciando el pasado fin de semana que sería su Secretario de Deportes. Un colaborador llamó a Fernández también sorprendido con la noticia y terminó explicándole quién es el ex boxeador que tiene una productora de eventos y que hasta dijo que le prometieron un espacio en la TV Pública. No fue tachado de la lista porque nunca se lo anotó. Tampoco figura un folklorista que dijo haber sido convocado para el área de Cultura.
En el caso de Kicillof sólo ha dado una pista: en puestos clave estará su círculo de confianza con el que compartió Ministerio de Economía. Alberto Fernández dejó varias señales bastante certeras. Ambos prefieren esperar a después del 27 de octubre porque aún no fueron electos y principalmente para evitar desgastes y usar los anuncios para sumar imagen y capital político.
El nieto de Cafiero y la mesa chica
En la Basílica de San Cayetano hace una semana, por fin tuvo lugar una reunión anhelada por uno de los más estrechos colaboradores de Fernández. Junto con cinco curas y un obispo villero conversó sobre la situación social y escuchó un durísimo panorama.
Mientras los curas salían sonrientes y lo llevaban del comedor donde charlaron hasta el interior de la Iglesia, un joven de rulos largos, con imagen más juvenil que sus cuarenta años, entró en la Santería y compró un rosario y una pulsera con figuras religiosas.
“Necesito alguien que me las bendiga”, se acercó a los curas con las manos formando un cuenco y el rosario blanco y la pulsera de madera hechos dos rollitos. Uno de los curas posó sus manos sobre las de Santiago Cafiero y las bendijo. Después, el nieto del ex gobernador Antonio Cafiero e hijo de Juan Pablo Cafiero (ex embajador en el Vaticano), uno de los que más tiempo pasa con Alberto Fernández y que más gestiones hace por él, entró al templo y mientras el candidato se sacaba selfies él se acercó solo y en silencio hasta la imagen de San Cayetano.
Tal vez pensando que nadie lo miraba metió la mano en su bolsillo derecho, sacó un billete y lo depositó como ofrenda en una urna frente al Santo al que se le pide trabajo. “Va a ser una grata sorpresa para los que no lo conocen”, le dijeron a Infobae sobre el desempeño que tendría en caso de confirmarse que será el Jefe de Gabinete.
El Secretario General también tiene despacho en la Casa Rosada, a metros del Presidente. “Pero ese es un cargo puramente administrativo”, lo descartan muchos de los que hoy se desvelan por una cita con Cafiero que mamó la política desde chico y junto a uno de los hombres más respetados como fue su abuelo, el líder de la renovación.
El esquema es grande. Pero la atención se concentra en los puestos más importantes. Economía aglutinará varias secretarías, el campo no volverá a tener un ministerio aún cuando Fernández recuperó el diálogo con grandes, medianos y pequeños productores. Ya no se habla de Roberto Lavagna porque el candidato a presidente por Consenso Federal está en campaña y es “muy difícil” convencerlo, en palabras del propio Alberto Fernández, que ahora jura no tenerlo en la lista. Guillermo Nielsen, que es a quien más escucha Fernández en materia de deuda, preferiría, dicen, estar en el área de Energía, sector por el que apuesta el presidenciable. De Vaca Muerta, de la minería y de las exportaciones del agro ingresarán dólares para pagar la deuda, sostiene Fernández obsesionado con el tema.
Matías Kulfas y Cecilia Todesca son dos de los economistas más formados y más confiables para el candidato que quedan entonces en la primera línea. Seguramente estarán en puestos clave. Ella participa de varios grupos de trabajo en áreas vinculadas a la economía. Emmanuel Álvarez Agis, también economista, tiene perfil propio, charla con el candidato pero en la práctica podría decirse que no trabaja para Fernández porque es consultor con una buena cartera de clientes. Sí intercambian mensajes telefónicos en forma permanente. En paralelo, el candidato escucha todas las variantes y escuelas económicas, desde Carlos Melconian a Martín Redrado, a quien se menciona para el Banco Central. En la reunión con los representantes de la Mesa de Enlace (CRA, SRA, Coninagro y Carbap) fue fundamental el armado de Javier de Urquiza que es uno de los nombres para continuar el trabajo con el sector aunque no el único.
No hay apuestas respecto a Eduardo “Wado” de Pedro. Alberto Fernández lo tiene entre sus favoritos. Él ya hace gestiones con gobernadores y también con intendentes en las provincias. Funciona más como un ministro del Interior que como un ministro de Justicia. Es más, aseguran que no sólo es por su habilidad en el arte de negociar, que también se entiende muy bien con Fernández y que si no va a Justicia será una señal para aquellos que sostienen la hipótesis de que el kirchnerismo quiere influir ante los jueces. Entonces, ¿será Marcela Losardo la ministra de Justicia? Abogada, socia, un puntal para Fernández y hasta su amiga. ¿Sería viceministra? La Secretaría de Legal y Técnica es otro cargo estratégico. ¿Sería ella la secretaria o el ex ministro de Justicia Alberto Iribarne? Ambos están siempre cerca.
A Felipe Solá ya en broma lo llaman “canciller”. Acompaña prácticamente en todos los viajes a Alberto Fernández, que lo sentó a su lado en las reuniones con presidentes de otros países (España, Portugal, Bolivia y Perú), empardando a la figura de los cancilleres anfitriones. Dicen que Solá conversa casi a diario con embajadores en Buenos Aires y que se ha puesto mirar películas con subtítulos en el idioma original o incluso sin subtítulos para entrenar su oído. Ciertamente no domina la lengua como varios ex ministros peronistas, aunque en el albertismo plantean que por regla en las reuniones internacionales, foros y debates un presidente o un canciller deben hablar su idioma nativo y hasta criticaron a Mauricio Macri por expresarse fuera de Argentina en inglés.
Los nombres que vuelven a estar cerca
De a poco se conocen más nombres. Diez días atrás sorprendió la presencia del politólogo Christian Asinelli en la reunión de Alberto Fernández con Luis Moreno y los representantes del BID. Son pocos los que pueden ocupar hoy una silla en la mesa chica y en los eventos de alto vuelo. Asinelli, de 43 años, fue funcionario de la jefatura de Gabinete pero, tras la salida de Fernández del entorno K, empezó a distanciarse y buscó nuevos horizontes. Fue la pata peronista en el equipo de Martín Lousteau lo que le valió perder a algunos amigos del PJ. Cuando Horacio Rodríguez Larreta inició el operativo seducción para configurar Cambiemos versión porteña, ‘mimó’ a Lousteau. El acuerdo político con los radicales incluyó puestos en la Defensoría del Pueblo y la presidencia de la Fundación del Banco Ciudad. El cargo en la entidad crediticia fue para Asinelli que la semana pasada presentó su renuncia. Todavía ocupa el cargo a la espera de que el Directorio acepte su dimisión.
En caso de ganar, Fernández necesitará economistas en distintas áreas, el Banco Central, el Nación, Producción y Desarrollo, por ejemplo. Para “encender la economía”, como promete, planea inyectar plata en los bolsillos de la gente a través de la construcción de viviendas. “Hablá con María Eugenia Bielsa”, repite a cada intendente o candidato a intendente. La santafesina ya está instalada en las charlas diarias del candidato y pone en marcha un plan.
Ya son varios lo que tienen indicaciones precisas y áreas en las que tienen ‘deberes’ para hacer en nombre del candidato. Daniel Arroyo es el puente con los movimientos sociales y quien trabaja en un programa social. Con algunos referentes habla directamente Fernández pero el diputado bonaerense, que ya estuvo en el área en Nación y Provincia, se mueve con comodidad y parece trabajar por indicación del posible presidente. Un rol similar tiene Carlos Castagneto. Si uno de ellos se quedara con el cargo, obviamente Juan Grabois quedaría fuera. En cambio el líder del Movimiento Evita, Fernando ‘Chino’ Navarro, conversa con los movimientos de los que él mismo forma parte pero su rol hoy es más político en otros armados.
Mensajes al sindicalismo y a los empresarios
Trabajo volverá a ser ministerio. Lo prometió Fernández en el encuentro con los líderes de la CGT. Se decía que, para calmar posibles reclamos en meses difíciles que habrá que enfrentar, pondría a cargo al secretario de la central obrera, su amigo Héctor Daer. Pero el actual secretario general ya dijo que no y se perfila con más chances Claudio Moroni, ex titular de la Anses y de la AFIP. El nombre de Moroni tendría un guiño favorable desde la central obrera por lo que suena más débil la posibilidad de que sea Nicolás Trotta cuyo nombre también se menciona para Educación y algún área política. La jugada incluye la vuelta de Hugo Moyano a la CGT y un proyecto para la unidad de las representaciones sindicales más allá del Camionero. Excepto Luis Barrionuevo y Ramón Ayala de UATRE que quedarían como sindicalistas de la oposición. De eso habló Sergio Massa con todo el clan Moyano una semana atrás asado de por medio en su casa de Tigre.
Aseguran quienes conocen al candidato a presidente que cambiará los nombres de algunos ministerios, que buscará mostrar caras nuevas aunque con experiencia y que no repetiría ex ministros en el mismo cargo que ya hayan ocupado alguna vez. Por eso se menciona en las tertulias a Daniel Filmus para Ciencia y Tecnología aunque hay quienes se empeñan en volver a tildarlo en Educación. ¿Qué lugar ocuparía en ese caso Fernando Peirano? Integrante del Grupo Callao, habitué en México 337, Peirano (de la Universidad de Quilmes y la UBA) es hiperactivo en la materia, el fin de semana pasado estuvo en el Polo Tecnológico de Rosario y el jueves 26 dio una charla sobre cuál es el potencial de la producción pública de medicamentos en la Argentina.
En Hurlingham bajo la intendencia de Juan Zabaleta se producen remedios genéricos. Podría ser una idea para el futuro gobierno como encarar la producción estatal de cannabis medicinal. El único nombre que se repite con su propia historia es el de Ginés González García. Ex ministro de Salud nacional, reconocido en la materia, es uno de los dirigentes porteños cercanos al candidato. ¿Hará con él la excepción? ¿Dejará bajo su órbita el PAMI? Son rumores que se escuchan. Ginés es otro dirigente que ya juega en el lugar que podría ocupar: el jueves estuvo en Córdoba en el congreso nacional de Sanidad, el gremio que lidera Héctor Daer. De todos modos, puede tal vez tener un lugar de menos trajín que el que tiene un ministro aunque con responsabilidades acordes a su experiencia.
En ese marco, jóvenes ya no tan jóvenes que fueron ‘castigados’ por el kirchnerismo, están cerca o de regreso. El candidato había dejado de conversar unos meses atrás con Florencio Randazzo y se juntaron finalmente a almorzar el miércoles. Hace rato que el ex ministro y ex candidato a senador se autoexcluyó de la pelea política y se siente cómodo en la actividad privada. Fernández insiste en no haberle ofrecido un cargo a cambio de su regreso a la política. Por el momento Randazzo parece lejos. .
Años atrás también fue castigado por la joven tropa K Trotta, hoy rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo. Juega entre Víctor Santa María y Fernández, tiene vínculo con líderes progresistas de Latinoamérica y coordina en nombre del candidato a presidente todos los equipos técnicos. Lo hace en tándem con la ex senadora Virginia García. García, licenciada en Ciencias de la Comunicación, es experta en tarea legislativa y se la menciona para continuar como secretaria Parlamentaria cuando Cristina Fernández, si ganan, controle el Senado, acompañada por algún joven de La Cámpora como vicepresidente provisional. En la pared de su despacho la ex cuñada de Máximo Kirchner tiene un panel con fotos imantadas de todos los senadores para armar bosquejos de las votaciones. Su habilidad parlamentaria y en la coordinación de todos los equipos podría dejarla en otro cargo. De todos modos un importante senador le dijo a Infobae que todavía no se habló con Cristina Fernández el reparto de lugares ni si unificarán los bloques de Unidad Ciudadana y PJ, es decir los que hoy manejan Marcelo Fuentes y Carlos Caserio respectivamente.
Con Gustavo Béliz tendían puentes desde el PJ Capital. Finalmente se reencontró con Fernández. Con perfil bajo dentro del país, su nombre se potenció como experto en políticas educativas y modernización. Recién podrá romper el silencio que debe a su puesto como director en el BID el 1 de otubre. Lo esperan, tal vez, para planear nuevos esquemas y la modernización del Estado. Mientras tanto continúa con su agenda y este fin de semana fue una de las voces en la Pastoral Social donde hubo otros hombres de Alberto Fernández como el ex embajador en el Vaticano y candidato a diputado Eduardo Valdés.
La presidencia de YPF queda también bajo elección presidencial. Alguien oyó mencionar a Diego Bossio, diputado nacional de condianza de Sergio Massa. El massismo tiene lugares en las listas bonaerenses, provinciales y nacionales, pero el empeño por la unidad y en la campaña, comentan, merecería más ‘premios’ como ubicar a José Ignacio de Mendiguren, diputado y de la UIA, en Producción (Desarrollo podría ser el nombre elegido o a Mirta Tundis en el PAMI.
Varias veces se ha dicho que algún gobernador y algún intendente podrían sumarse a la gestión. Juan Manzur era el más mencionado. Por ahora Fernández ha dicho que quiere y necesita a cada gobernador en su lugar. Serán su sostén político para los tiempos difíciles que debará afrontar si es electo. ¿La regla aplicaría para los intendentes? Al último viaje, Bolivia y Perú, subió a Juan Zabaleta y a Gabriel Katopodis. Ambos aseguran que serán reelectos y asumirán en sus municipios. Al intendente de San Martín lo señalan algunos referentes para un cargo político o en la estratégica Anses por la que pasaron Amado Boudou y Sergio Massa.
Federalismo, género y extrapartidarios
Alberto Fernández promueve el federalismo y entre las propuestas acordadas con gobernadores, les prometió llevar algunas áreas a las provincias. Turismo podría ser una de ellas. Los que conocen su entorno mencionan a Miguel Cuberos que ya cumplió ese rol en la Provincia mientras que cerca del dirigente del Grupo Callao y amigo personal aseguran que prefiere ‘cuidar’ al posible presidente desde alguna segunda línea. Aunque Cuberos jura no tener ninguna pretención se lo ve acompañando al candidato en viajes de política exterior y se ha convertido en una persona recurrente en los viajes por el interior. Un radical también podría ocupar ese u otros cargos. El misionero Maurice Closs circula en una lista que no fue autorizada por el búnker de San Telmo. Closs estuvo el lunes con Fernández en el acto de apoyo del alfonsinismo K a su candidatura y a Matías Lammens en Capital. Quien parece estar descartado es Ricardo Alfonsín. Aunque Fernández está interesado en charlar con él y mantienen ambos una relación lejana pero de afecto, el candidato está convencido de que el hijo del ex presidente nunca dejaría la UCR. Sí cree posible un diálogo político fluído y sumarlo al acuerdo social pero no a su equipo.
El Ministerio de los Géneros, como lo llaman internamente (mencionado por el candidato como Ministerio de la Mujer), era a medida de Victoria Donda. Así lo dijo Fernández luego de los cierres de listas cuando en lugar de ocupar el primer puesto pasó al cuarto. El propio candidato aclaró en una ocasión que el ministerio sería una especie de Defensoría de la Mujer para poner la lupa en las políticas de Estado y hasta en los papers de los funcionarios. Hay quienes dudan, como en todos los casos, con el nombre que quedará finalmente. Se habla desde referentes de la Cultura que impulsaron nuevos derechos y la ley para la interrupción voluntaria del embarazo hasta la propia Donda, que fue el nombre anunciado oficialmente. De hecho, del 70% que dijo Fernández que ya definió, es el único nombre que pronunció públicamente.
Seguridad es una brasa caliente. En los equipos técnicos trabaja la ex ministra Cecilia Rodríguez, hoy en el municipio de Avellaneda, pero también podría pesar la opinión del massismo que tiene en Diego Gorgal un fuerte referente.
A la lista se le agregan nombres de todas las patas que conformaron la unidad, nombres de figuras ligadas a los gobernadores, kirchnerismo duro y quienes estarían en la oposición. De buen diálogo con Emilio Monzó, ex peronista, en el Frente de Todos verían con buenos ojos tenerlo cerca. Sin embargo el actual presidente de la Cámara de Diputados insiste en que el 11 de diciembre estará en la consultora que montará con Nicolás Massot, jefe del bloque del PRO que actualmente está becado en Estados Unidos. Monzó quiere tomarse una pausa, recuperarse de los cimbronazos de los últimos casi cuatro años y de las heridas que le propinó su propio Gobierno.
La lista de ministerios, secretarías y organismos es extensa. Los aspirantes también. Si ganan habrá puestos libres para distintos rangos. En la línea de partida el Grupo Callao podría aportar más nombres de mujeres (Victoria Tolosa Paz, que perdió la interna en La Plata por 800 votos o Cecilia Gómez Mirada) y de varones (además de los economistas, Guillermo Chaves teje mano a mano con Cafiero el vínculo con gobernadores). ¿Qué lugar ocuparían Juan Cabandié (ex Cámpora) o Leandro Santoro? De un gran amigo albertista, José ‘Pepe’ Albistur se dicen varias cosas. La primera versión lo pone en la Secretaría de Inteligencia. Hay preguntas, expectativas y pocas respuestas.
¿Qué lugar ocuparían los viejos y nuevos amigos? Juan Manuel Olmos está detrás de la estrategia porteña. Ex Consejo de la Magistratura de la Ciudad es un operador dispuesto a abonar terreno político y judicial. ¿Podría ser él el ministro de Justicia o secretario del área por ejemplo? Claudio Ferreño es el único albertista puro en la lista de legisladores porteños y camina a diario las calles de la Ciudad y las unidades básicas para calmar roces internos y convencer a los que dudan por quién votar contra Horacio Rodríguez Larreta. Incluso lidera charlas en las básicas de La Cámpora. Si ganan, ¿asumirá? ¿O irá a un cargo en el Ejecutivo? Se descuenta que Fernández necesitará tener ojos propios en la Legislatura porteña, especialmente si Matías Lammens no pudiera derrotar a Rodríguez Larreta que en tal caso quedaría como único lider triunfador de Juntos por el Cambio.
La danza de nombres sonará a minué recién después del 27 de octubre. “Todavía no ganamos”, repiten algunos mientras que Fernández le respondió a Mauricio Macri: “Hagamos que suceda de nuevo” y pide repetir y subir el porcentaje de votos de las PASO. Cerca suyo Sergio Massa prohibió hablar de cargos. Y en México 337 prefieren guardar silencio. El único con voz autorizada es Alberto Fernández que repite una broma: a los periodistas que le preguntan por un ministerio les responde “vos” y les ofrece el cargo. Ante la insistencia de esta cronista Fernández respondió ofreciéndole el Ministerio de Economía. Obviamente para el bien del país la oferta era un chiste y fue rechazada.