Fuerte retroceso del albertismo en la la cumbre del Frente de Todos que terminó monopolizada por las denuncias de proscripción del kirchnerismo.
Alberto Fernández por primera vez sugirió la posibilidad de resignar su aspiración de buscar la reelección. En la cumbre del Frente de Todos de la calle Matheu, afirmó que si alguien mide más que él, está dispuesto a declinar la búsqueda de un nuevo mandato.
En la misma reunión se acordó crear una comisión que se encargue de visitar a Cristina -la única ausente del trío que conduce la coalición oficialista-, para tratar de convencerla de que revea su negativa a competir en las elecciones de este año.
El kirchnerismo logró monopolizar el contenido del encuentro con su denuncia de la proscripción de la vicepresidenta y un pedido bastante explícito a Alberto para que se baje. El ariete fue el chaqueño Jorge Capitanich que pidió en la reunión que se defina rápido el candidato a presidente, una manera de pedirle a Alberto, que lo escuchaba atentamente, que se baje.
Para completar el martirio al Presidente se acordó crear una «comisión» que vaya a ver a Cristina para tratar de convencerla de que revea su negativa a participar en las elecciones de este año. Alberto repitió que no es un «obstáculo» para ganar.
Las caras de los albertistas que acompañaron al Presidente a la salida del encuentro eran elocuentes de lo mal que resultó la reunión para ellos. Hace menos de una semana que Santiago Cafiero pidió por la reelección de Alberto y el encuentro terminó con la creación de una comisión para convencer a Cristina que sea candidata.
Las caras de los albertistas que acompañaron al Presidente a la salida del encuentro eran elocuentes de lo mal que resultó la reunión para ellos. Hace menos de una semana que Santiago Cafiero pidió por la reelección de Alberto. Y la asunción de Agustín Rossi como jefe de Gabinete fue otro gesto de supuesta voluntad de pelea del Presidente.
De hecho, Alberto llegó a la sede de Matheu en dos autos, rodeado de aquellos que empujan su reelección, con Rossi en un lugar central. Los seguían Cafiero, Victoria Tolosa Paz, Juan Manuel Olmos y Julio Vitobello. Fue una demostración de fuerza que duró poco: la camioneta presidencial se quedó sin batería en el medio del encuentro y los choferes debieron usar el vehículo de Cafiero para hacerle de puente. En paralelo, el planteo en la reunión giró rápidamente al problema de la proscripción de Cristina. Y de hecho el único párrafo del comunicado final que menciona un dirigente, hace referencia a la proscripción de la vice.
«Quienes integramos esta mesa, tenemos como responsabilidad disponer las acciones necesarias para impedir la proscripción de la compañera vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner cuyo liderazgo y potencia electoral no nos puede ser arrebatado. No hay, o no debería haber, ningún poder económico, mediático o judicial capaz de decidir por encima de la voluntad popular», sostiene el texto en su párrafo más político.
Con cara de derrota, Rossi afirmó al terminar la reunión que se extendió por cinco horas: «Rechazamos la proscripción de la vicepresidenta». No es un secreto la pésima relación del flamante jefe de Gabinete con Cristina, que en las elecciones pasadas selló una alianza con el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti y lo enfrentó -y le ganó- en las primarias. Esas diferencias se mantienen.
Con cara de derrota, Rossi afirmó al terminar la reunión: «Rechazamos la proscripción de la vicepresidenta».
Sergio Massa, el posible candidato más mencionado si Cristina no juega, mantuvo un deliberado perfil bajo al ingresar y salir. Evitó hacer declaraciones.
Tanto el ministro de Economía como el Presidente se acercaron a la sede de Matheu, luego de que sorpresivamente irrumpiera en el encuentro Máximo Kirchner, cuya presencia no estaba prevista. El hijo de la vicepresidenta decidió pasar cinco horas de su cumpleaños al lado de Alberto con tal de conseguir que empiece a declinar su candidatura.
En la previa la poca gente que se acercó a la sede del PJ llevaba carteles contra la «proscripción de Cristina». Un anticipo del tono que terminaría tomando el primer encuentro de una mesa política que se armó para debatir la estrategia electoral del peronismo, que por ahora, parece atada a la decisión que tome la vicepresidenta.