El gobierno les pie a las provincias que bajen el gasto y no aumenten los impuestos.
La necesidad de ajuste fiscal ha sido un tema casi permanente de la agenda política desde la asunción de Mauricio Macri. Hoy, cerrado el acuerdo con el FMI y fijadas metas mucho más finas para los próximos años, parece estar en su momento clave. Hay a esta altura un avance en las negociaciones entre el gobierno y las provincias para consensuar un Presupuesto: para facilitar un acuerdo, Nación se hará cargo de la mayor parte del ajuste. El monto definido de gasto a recortar para el 2019 –no exento, sin embargo, de discusión–, es de 300.000 millones de pesos, dos tercios el gobierno nacional, un tercio entre los distritos. “Cada provincia va a ir definiendo dónde hace el ahorro que le corresponde”, dicen en el Ejecutivo, sobre lo que será el capítulo más delicado de esta historia. No faltan opciones para elegir qué recortar.
Breve historia: Para acceder al préstamo de 50.000 millones de dólares, el gobierno acordó con el Fondo Monetario nuevas metas de reducción fiscal para llegar al 2020 con déficit cero: este año, y todo indica que así será, el déficit no deberá superar el 2,7% del PBI. Pero en 2019, el déficit tendrá que quedar debajo de 1,3% del PBI. El Ejecutivo estimó que, traducido a pesos, se trata de un recorte de $300.000 millones. La idea original del gobierno, y así lo hizo trascender, era que provincias y Nación se repartieran el peso del ajuste en 50/50. Pero los primeros sondeos con los gobernadores no dieron buenas perspectivas de acuerdo.
Las negociaciones están hoy en etapa de reuniones ministeriales. Los ministros de Interior, Rogelio Frigerio, y de Hacienda, Nicolás Dujovne, se reunieron en la semana con los responsables de los ministerios de Economía provinciales. Pasaron primero las provincias gobernadas por Cambiemos (Provincia y Ciudad de Buenos Aires, Corrientes, Jujuy y Mendoza). Y el jueves fue el turno de los distritos gobernados por partidos provinciales y el peronismo más dialoguista: Río Negro, Neuquén, Misiones, Córdoba, Tierra del Fuego, Entre Ríos, Salta, San Juan, Chaco y Tucumán.
El Ejecutivo fue con una oferta: del 66,7% del ajuste se hará cargo Nación y del otro 33,3%, las provincias. De esos $300.000 millones, los $99.930 millones que corresponden a las provincias se repartirán de acuerdo al porcentaje de coparticipación que percibe cada distrito. En este sentido, a Río Negro le corresponderían casi 2300 millones y a Neuquén unos 1700 millones. Hubo buen recibimiento de la oferta, aseguraron en ambos ministerios nacionales. Pero quedan para esta semana las reuniones con las provincias más duras: La Pampa, La Rioja, San Luis, Santa Cruz, Catamarca, Formosa. También, Santiago del Estero y Santa Fe.
El número sobre el que trabaja Nación genera dudas y algunas especulaciones. El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) publicó un informe en la semana, en base a los mismos datos utilizados por Hacienda, que señala que el ajuste necesario no es de 300.000 millones, sino $148.000 millones. El estudio indica, además, que si se recortara el monto que propone el gobierno, el año que viene se alcanzaría, directamente, el superávit.
Aunque en los mismos ministerios aseguran que con las provincias se trabaja sobre la base de esos 300.000 millones, en la semana, ante una consulta al respecto, Dujovne aseguró que nunca hubo pronunciamiento público sobre “cuál es el recorte que necesitamos para el año que viene” y “la única realidad es que tenemos que bajar nuestro déficit primario de 2,7 a 1,3”.
“A veces se dice 400 mil para negociar 300 mil”, dice una altísima fuente del gabinete nacional. ¿Se buscaría un déficit menor al 1,3%? ¿El gobierno sobregira el ajuste, consciente de que en un año electoral puede ser difícil sostener acuerdos o evitar nuevos pedidos de las provincias (incluidas las propias)?
Sea un número u otro, habrá que recortar, y mucho. Según informan en gobierno, el criterio de recorte no será el mismo para todas las provincias. El Ejecutivo negociaría en las próximas semanas con cada distrito qué fondos dejará de percibir del Estado nacional. Suenan algunas opciones: achique de obra pública nacional; provincias se hagan cargo de servicios o de fondos para programas de salud, educación, vivienda, seguridad, transporte; o una disminución de transferencias no automáticas –hoy ya en claro retroceso–.
No es una opción, aseguran en el Ejecutivo y el presidente Macri lo dejó en claro, ninguna suspensión del plan de reducción de impuestos acordado en el pacto fiscal de fines del año pasado. Un argumento esgrimen en Nación: por el acuerdo –orientado también a cumplir con el fallo de la Corte Suprema que ordenó devolver a las provincias el 15 por ciento que se retenía de los fondos de la Anses– crecerán en más de 250.000 millones los fondos coparticipables.
En el mismo sentido, pese a ciertas presiones internas de una parte del radicalismo y pese a que estuvo sobre la mesa en la negociación con el FMI, el presidente también descartó que se vaya a suspender el cronograma de reducción de retenciones a la soja.
Los ministros nacionales y provinciales quedaron en volver a encontrarse los próximos días, mientras se empiezan a definir encuentros ya con los gobernadores. Lo único absolutamente seguro es que habrá que pasar la tijera al Presupuesto.