A días del fin de la cuarentena obligatoria, Gabriela Ensinck, especialista en infectología y secretaria del comité de la Sociedad Argentina de Pediatría, en diálogo con Infobae, se explayó sobre el COVID-19 y lo que sucederá a partir de ahora.
-¿En Argentina se deberían hacer más testeos?
-Están las experiencias de diferentes países, ¿no? Como esto que decíamos de lo que pasaba en Corea del Sur y Taiwán, que tuvieron muchos testeos. Al tener muchos, facilita hacer aislamiento de esos casos y de forma individual. Eso es lo que permite rápidamente ver aquellos positivos y aquellos positivos poder aislarlos, sin tomar estas medidas de cuarentena y de distanciamiento social. Y lo otro que se puede hacer si uno no tiene tantos testeos son las medidas de cuarentena y de distanciamiento social. Son dos tácticas diferentes que uno puede tomar en una pandemia.
-¿Cuándo y cómo se debería salir de la cuarentena?
-Se debería salir en forma organizada. No se puede salir de golpe. Cuando uno está en estas etapas de mitigación y toma estas medidas, la puede ir flexibilizando de a poco. No pueden ingresar los vuelos con la gente del exterior todos juntos, no se pueden abrir todos los teatros y estadios de fútbol. Se pueden ir implementando y flexibilizando de a poco, de tal manera de ver si el número de casos aumenta en gran medida. Si van aumentando demasiado, de nuevo se tienen que restringir esas medidas que se flexibilizaron, o sea, que más o menos uno trabajaría así. Flexibilizando o haciendo medidas más restringidas si aumenta el número de casos. Es como intermitente.
-Se está hablando de esta curva. ¿Usted cómo lo analiza, cómo lo explica, cómo lo podemos entender?
-Las curvas son epidemiológicas que se van trazando de acuerdo al número de casos que hay cada día. Hay un dato que es interesante que se llama el “día de la duplicación de casos”, que uno dice “bueno, por ejemplo, de tres a seis, al inicio de la toma de las medidas para duplicar el número era en tres días. En cambio ahora para duplicar el número se llegó a estar separado por once días. Entonces, en vez de ser una curva exponencial, se hizo como una curva más linea. Eso permite a los sistemas de salud no estar abarrotados, tener camas cuando se requieren.
-Las cifras que se están validando todos los días, ¿son los números reales?
-Aparecen los números de testeo y los números de casos positivos. Nosotros estamos alrededor de un 12%. No se están escapando tantos casos porque se está testeando mucho más de los casos que tenemos. Estamos en una cifra que es bastante verdadera. Un 12 ó 13 por ciento de los testeos son positivos, no es que hacemos cien testeos y los cien son positivos. Hay una gran cantidad de testeos que fueron negativos. Entonces, si bien yo creo que se puede testear más, que se puede testear asintomáticos como grupos centinela para ver lo que sucede, tampoco es tan bajo el número de testeos que se está haciendo actualmente.
-¿Hay algún tratamiento que esté funcionando actualmente?
-La evidencia que hay hasta el momento es escasa, y en pediatría menos todavía. Lo primero que se tiene que ver de una droga es la seguridad, tiene que ser una droga segura, no ocasionar más daño que el beneficio. Y lo otro es su eficacia. Recién se están dando en muchos ensayos clínicos que evalúan esto. La seguridad y la eficacia. No hay una gran droga maravillosa hasta el momento en cuanto al tratamiento, pero cada vez se sabe más de cómo funciona el virus, de cómo responde nuestro cuerpo y cómo a lo mejor hay que combinar cosas. Combinar un tratamiento antiviral, antibiótico y antiinflamatorio, a lo mejor hay que tomar una serie de medidas para que evolucionen mejor los pacientes enfermos.
-¿Usted para cuándo estima que puede haber una vacuna?
-Hay muchos países que están trabajando en distintos tipos de vacuna. Se calcula alrededor de un año para que aparezcan las vacunas. Un año, un año y medio. Se está trabajando arduamente en poder descubrir estas vacunas. En el mientras tanto tenemos que ir trabajando con estas medidas epidemiológicas de distanciamiento social, de cuarentena, de evitar concurrir y aglomerarnos en sitios públicos, sin saturar el sistema de salud y llegar a la vacuna.
-¿Qué cambiaremos de ahora en adelante?
–Es probable que cambiemos de acá en más algunas de nuestras rutinas. Esto de tener la costumbre de venir de la calle y lavarnos las manos con agua y jabón, o cada vez que vamos en un transporte público, todo lo que se toca mucho como barandas, picaportes, tenerlo más conscientes a ese lavado de manos. Y a lo mejor ese distanciamiento, nosotros no éramos muy respetuosos de eso en pleno invierno. El ir a trabajar resfriado, el tomar mates con un compañero… No éramos muy respetuosos, éramos muy libres en ese sentido. Entonces tenemos que aprender a convivir con esas nuevas medidas que son mucho más seguras. Siempre con los virus respiratorios, del invierno, el virus de la gripe o el virus sincicial respiratorio en los niños, lo más importante es el lavado de manos y el distanciamiento, que los países orientales lo tienen mucho más aplicado. Ellos vivieron el SARS o la gripe aviar, vivieron el MERS, o sea, ellos están mucho más entrenados que nosotros con las medidas de distanciamiento, y nosotros las aprendemos ahora.
-¿Cuándo pronostica usted que llegaremos al pico?
-Yo creo que como se van tomando las medidas y como se van aumentando los casos, cuando se flexibilice a lo mejor, inicio de junio, mediados de junio, puede ser que haya más casos, pero si esa flexibilización de las medidas es gradual, no debería el pico de la curva ser alto. Puede ser un pico bajo y mantenerse tipo meseta y eso es lo ideal que nos podría pasar a nosotros. Primero porque se está viendo si las personas que adquirieron la enfermedad desarrollan anticuerpos y eso haría que no vuelvan a contraer la enfermedad, más la adquisición de la vacuna. Quizás el pico no sea alto en nuestro país.
-¿Se tomaron rápidas las medidas?
-Yo creo que en Argentina se tomaron las medidas muy precozmente, mucho más, dos o tres semanas antes que otros países de Latinoamérica y que tenemos que ser respetuosos de cómo se van a ir flexibilizando gradualmente. Probablemente se van a flexibilizar y entonces la gente va a poder ir a trabajar pero siempre que eso permita que el número de casos no se dispare porque lo que uno quiere es que todos tengamos la oportunidad de una cama y un tratamiento si lo necesitamos. Tengo la esperanza de que al haberse tomado precozmente las medidas, no lleguemos a esos números tan catastróficos, ¿no? Como se mencionan. Tengo esa esperanza.
-¿Cómo se debe flexibilizar?
-Eso es lo más importante. Cómo hacerlo, cómo ir flexibilizando las medidas porque también no estamos ajenos a lo que pasa económicamente y que la gente tiene que ir a trabajar. A lo mejor, esto de mantener la distancia cuando vayamos al trabajo, de usar el tapaboca, de lavarnos las manos. En las guardias de los hospitales casi no hay pacientes en el día de hoy; las medidas están disminuyendo otras infecciones que vemos habitualmente. En pediatría por las bronquiolitis se llenan las guardias en esta época. Sin embargo, no hay casi pacientes en los hospitales porque estas medidas están impidiendo que hayan otras infecciones, no solo el COVID-19, entonces hay que ir haciéndolas de a poco e ir intentándolo. Cuando vemos que se escapa habrá que volver y eso es lo que consiste estas medidas de mitigación
-¿Cuántos pacientes suele tener usted en esta época habitualmente?
-En mi hospital llega a haber entre 300 o 400 consultas en la guardia externa. Hoy hay 40. Diez veces menos.
Fuente: Infobae