La restricción de producción de petróleo decidida por la OPEP a principios de 2017 ha dado sus frutos con un ajuste del precio del crudo y su misión puede considerarse cumplida, según el informe mensual de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicado hoy.
“No nos corresponde declarar en nombre de los países que firmaron el acuerdo de Viena que se trata de una ‘misión cumplida’, pero si nuestra visión es buena, se parece mucho a eso”, indicó la AIE.
A principios de 2017 la OPEP, con sede en Viena, y otros países como Rusia, acordaron reducir las extracciones de petróleo para apuntalar los precios mundiales, que este mes superaron los 70 dólares por barril.
La subida de los precios estimuló al tiempo la producción de petróleo de esquisto en Estados Unidos.
El informe señala que la producción mundial está por debajo de las necesidades a causa de la implosión de las extracciones en Venezuela y de la baja producción en países como Libia y Angola, lo que puede obligar al mundo a recurrir a sus reservas para satisfacer una demanda creciente.
La aceleración de la producción en los países que no forman parte de la OPEP, que alcanzó los 1,8 millones de barriles diarios, no fue suficiente para satisfacer una demanda que se espera que aumente en 1,5 millones de barriles diarios.
La OPEP produjo en marzo 31,83 millones de barriles, por debajo de la demanda de 32,5 millones.
El acuerdo de reducción de extracciones acaba a finales de este año, aunque en junio está previsto que la organización se reúna para estudiarlo y Arabia Saudí, su principal miembro, ya ha mostrado su intención de prolongarlo en 2019.