Las autoridades sanitarias pidieron a la población no descuidar la incidencia de la bronquiolitis, sobretodo en bebés de menos de un año de vida.
En el marco del reporte diario por la pandemia emitido por el Ministerio de Salud de la Nación, la licenciada en enfermería Aldana Ávila, sostuvo que «durante estos meses van a aparecer las primeras bronquiolitis, con síntomas similares al del coronavirus, con tos, fiebre, decaimiento y dificultad para respirar y dormir».
Ávila indicó que se trata de «una enfermedad que inflama los bronquiolos y no existe ninguna vacuna para la misma, porque es ocasionada por varios virus».
Al hacer hincapié en las medidas de prevención, dijo que es importante «el lavado de manos y mantener los ambientes ventilados» y explicó que «estos virus están presentes en los meses de mayo, junio, julio y agosto, con mayor incidencia en los menores de un año».
Además, recomendó a las familias procurar la alimentación de los bebés con leche materna y mantener el calendario de vacunación al día. «La pandemia no tiene que ser un impedimento para que las familias acudan a los sistemas de salud» y que, además de equipos especializados por el coronavirus, «hay otros que se mantienen para atender las enfermedades habituales».
Sostuvo también que a los bebés prematuros y que hayan nacido con cardiopatías congénitas se le debe administrar el anticuerpo palizumab, «que es muy costoso», aunque es administrado por el Estado nacional y las obras sociales están obligados a suministrarlos en esos casos.
La bronquiolitis es una enfermedad de las vías respiratorias y ocurre cuando unas vías diminutas llamadas «bronquiolos» contraen una infección de origen viral, de acuerdo con el sitio Kidshealth. Las vías respiratorias se inflaman, se hinchan y se llenan de mucosidades, lo que puede dificultar la respiración. Afecta más a bebés y niños pequeños porque sus narices y sus vías respiratorias, de tamaño reducido, se obstruyen con más facilidad que las de los niños mayores y los adultos es más frecuente durante los dos primeros años de vida, sobre todo en bebés de entre tres y seis meses de vida.
La enfermedad es más frecuente en el sexo masculino, los bebés prematuros, los niños que no fueron amamantados y los que viven en condiciones de hacinamiento.